¿Es la mejor ubicación?

Los países desarrollados buscan pasar página de las energías fósiles y escribir el futuro de color verde. Hablar de descarbonización, de coches eléctricos, de renovables o de eólica se convirtió en una constante entre los gobernantes de la Unión Europea y de los estados miembros. La lucha contra el cambio climático sobre la que alertan los científicos se juega en ese campo de batalla, del que se descolgó en su día para asombro mundial el presidente norteamericano Donald Trump y al que volvió ahora su sucesor Joe Biden.

Los gobiernos son los que toman las decisiones, pero hay una vanguardia que presiona en esa dirección formada por innumerables grupos ecologistas y ambientalistas. Si bien hay un dicho en ámbitos hostiles que sostiene que “ecología es a ecologismo lo mismo que sociología a socialismo”, lo cierto es que quienes luchan por preservar el medio suelen jugar contra los intereses económicos de los sectores que explotan los recursos naturales, una acción que en sí misma no debe ser vista como negativa de manera constante.

Con los parques eólicos en Galicia la confrontación está servida. La energía limpia que generan los molinos, pese a sus ventajas, deja también su impronta en el medio. Torres elevadas o apertura de accesos en lugares vírgenes, entre otros factores, llevan a los ecologistas a elevar la voz. En todo caso, los mecanismos que permiten funcionar al mundo requieren de numerosas fuentes de energía y es evidente que es un paso adelante importantísimo que las verdes, entre ellas la eólica, se abran paso. No siempre ni en todos los lugares. ¿En los aledaños de las Fragas do Eume es la mejor ubicación? La pregunta está en el aire. a. vidal