Eso del paro
ESCUCHO a los miembros del Gobierno de España anunciar que el paro ha descendido al nivel más bajo de los últimos quince años y que la cifra de personas sin empleo está por debajo de la mítica cantidad de los tres millones. Inmediatamente otros partidos, los sindicatos, organizaciones empresariales y profesionales aplauden la situación y el efecto de la reforma laboral de Pedro Sánchez. Tengo la sensación de que en ese terreno acaba bien el año. Pero no.
Un minuto después Cuca Gamarra, Bendodo y Feijóo llaman a la rebelión contra las cifras y desde el más alto escalón del PP califican al presidente del Gobierno de trilero y otras lindezas para desacreditar los datos. Cinco minutos más tarde los consejeros de empleo de las comunidades autónomas de Madrid, Andalucía, Murcia y Castilla y León, todos del PP, sacan pecho con las mismas cifras y se atribuyen ser los artífices de los buenos resultados.
Hago memoria. La metodología que utiliza el SISPE proviene de una orden de 1985. Todos los gobiernos posteriores del PSOE y PP han pedaleado con ella. Se han realizado revisiones y ajustes en 2005 y 2021, esta última con la colaboración y acuerdo de todas las comunidades autónomas, con el fin de aplicar al sistema las nuevas tecnologías informáticas. Entonces la ciudadanía y yo nos preguntamos por qué el principal partido de la oposición se empeña en fracasar con sus estrategias de confrontación, si nieva no hay nieve, si llueve falta agua, si hay sequía es porque el Gobierno oculta las nubes y así hasta el infinito de una caricatura del ejercicio de la oposición con más interés por los titulares en los medios afines que por la realidad y la opinión ciudadana.
Tengo para mí que la reforma laboral de Sánchez le está quitando agua a la economía sumergida y votos al PP. De ahí algún cambio en los datos no analizados. Pero esa es otra historia. Visto este suceso del paro en la boca de los conservadores, la calle se pregunta: ¿Quién manda en las estrategias del PP, el senador Feijóo o una oculta sombra alargada?