¿Esto tiene remedio?

DICEN las lenguas sueltas que Alberto Núñez Feijóo no volverá a participar en más debates con Pedro Sánchez que se celebraban en el Senado. Es una pena. Supongo que a los senadores les ha disgustado semejante escapada, aunque sólo fuese porque esos debates le daban una presencia a la Cámara Alta que por sí sola no alcanza.

Nunca un presidente del Gobierno había asistido con tanta asiduidad a las sesiones Senado y nada menos que para celebrar debates especialmente personalizados con el líder de la oposición, que hasta ahora sólo habían tenido acogida en el Congreso de los Diputados. Lo dicho: una pena.

Pena para los senadores, digo, pero también para el público en general, que teníamos la oportunidad de seguir esos debates para dar sustento a nuestra capacidad de enjuiciamiento de los líderes y de sus propuestas, incluso de su estilo oratorio personal, que siempre acaba pesando en las inclinaciones empáticas que ilustran el voto.

Sí, sí, acepten conmigo que muchas veces votamos más por simpatía que por raciocinio. Y así, por lo que dijesen y por como lo pudiesen decir, esos debates eran claramente ilustrativos.

Pero, ¿qué se le va a hacer? Puede que no todos viésemos la misma utilidad en las disputas parlamentarias entre Núñez Feijóo y Pedro Sánchez. Es posible que incluso a ellos acabase por parecerles que eran útiles unas veces y otras no. Y que, si en unas ocasiones le salían bien, en otras le salían mal.

Creo que esto puede haberle sucedido muy especialmente a Alberto Núñez Feijóo, que después de haber participado en tres, no logró dar continuidad a un estilo o forma de presentar sus propuestas. En realidad, dedicó todo el tiempo del que reglamentariamente pudo disponer en hacer una crítica, estrictamente personal e incluso agria, de Pedro Sánchez, sin prácticamente ninguna mención a lo que él pudiese proponer. Sabemos que a Núñez Feijoo le cae muy mal Pedro Sánchez, pero no sabemos que haría si pudiese estar en el sitio que él ocupa.

Tampoco le fue bien al jefe de la oposición en las valoraciones que los medios, excepción hecha de algunos de los afines, que no todos, realizaron después de cada uno de los debates. No creo que esas valoraciones mediáticas tengan necesariamente trascendencia electoral, pero gastan y disgustan al mal valorado.

Así, desde el punto de vista de Núñez Feijóo, no deja de ser acertado, aunque sólo sea por prudencia, que desista de los debates senatoriales con Pedro Sánchez. Si no le benefician, ¿para qué?

El público, sin embargo,
se queda con un vacío polí-
tico muy difícil de perdo-
nar. Una pena.