Feijóo se explica
LA intervención del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ante la Junta Directiva Nacional de su organización ha sido moderada en el tono y firme en el fondo en lo que entiende que ha de ser su principal misión en la vida política, defender los pilares de la democracia, denunciar los atropellos que a su juicio están sufriendo por la acción del Gobierno y “llegar hasta donde haga falta por defender la Constitución”.
Feijóo, que ante los suyos habló de defender la separación de poderes, nada dijo sobre la situación que atraviesa el Consejo General del Poder Judicial, que es la madre del cordero de la crisis institucional que se vive en estos días con presiones por todas partes que se están llevando por delante el crédito de las instituciones.
Porque a estas alturas y a la vista de cómo se han desarrollado las maniobras en el órgano de gobierno de los jueces por parte de la mayoría conservadora para evitar su renovación y luego la elección de los magistrados del TC que le corresponden –que es lo que pretende el Gobierno con la reforma de las leyes que rigen ambas instituciones–, se ha demostrado que hacen el juego y siguen las directrices del propio Partido Popular que no quiere perder la preeminencia de las mayorías conservadoras. Y si acusa a Sánchez de plantear medidas inconstitucionales a sabiendas de que los son, él mismo sabe que está incumpliendo la Constitución impidiendo que en el CGPJ y el TC se renueven los mandatos caducados.
Feijóo está dispuesto a defender la Constitución incluso en Europa. Pero en esa actuación parece que se le ha adelantado incluso Unidas Podemos que ha pedido que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea resuelva, tras la presentación de una cuestión prejudicial, si los dos magistrados del TC que han de ser sustituidos son recusables para que no interfieran en el debate sobre su situación.
Como su predecesor en el cargo, Feijóo demanda la celebración de nuevas elecciones generales para lo que espera el aval de las municipales y autonómicas que tendrán lugar con carácter previo, para poner fin “a la pesadilla” que se acabará cuando haya elecciones. Al menos en su intervención, Feijóo le quitó una de las defensas que Pedro Sánchez ha venido utilizando frente a él, al reconocer que es “legítimamente” presidente, aunque sus medidas políticas no lo sean.
El presidente popular, que reivindicó su oferta de gestión respeto y unión, lo hizo con una apelación a su moderación que nadie le va a cambiar, una excusatio non petita, en la que no señaló a quienes le presionan pero que se puede leer como una acusatio manifesta, Sobre todo si a continuación lanza el eslogan de que será preciso elegir entre “o este Gobierno o España” de reminiscencias ayusianas.