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Felices y prudentes días

    AYER, mientras caminaba por la calle guardando las distancias y con mi mascarilla, escuché a una pareja de jóvenes hablar. “Todo el mundo pasa de todo hasta que le toca. Y después empieza a buscar culpables”. En mi opinión, que es sólo mía y seguramente muy sesgada, pocas frases pueden resumir mejor lo que está pasando. Y os lo dice alguien que en el último mes ha tenido que organizar dos eventos con mucha gente, que pidió test de antígenos además de certificados a todos los asistentes que tenían que estar sin mascarilla, que fue tildado de exagerado por muchos y al que luego, tras surgir dos positivos, uno en cada evento, muchos quisieron buscar a quien señalar con el dedo. Por prudencia, que no por fortuna, las medidas aplicadas “con exageración” evitaron que hubiera más contagios.

    ¿Qué quiero decir con esto? Quiero decir que tenemos que tener mucho cuidado en los días que vienen por delante. No voy a compartir ni discutir más cifras. Bastantes artículos he dedicado ya a hablar y a predecir lo que estaba por venir. Cada uno que vea lo que quiera ver. Estoy seguro que incluso habrá quién prefiera no ver nada. Como decía una amiga mía: para algunos, la felicidad es vivir en la ignorancia. ¡Somos libres! Allá cada cual.

    Pero no olvidemos que lo que unos quieren ignorar, y las consecuencias de su mirar para otro lado, acaba también por afectar a quienes no piensan ni actúan igual que ellos. Cuidémonos para cuidar a los demás. ¡De eso va la empatía! Porque la libertad de unos termina donde empieza la de los otros.

    Dicen los que saben que “los problemas de después se solucionan antes”. Solucionar esto hace un mes es ya imposible. Pero, ¿cómo lo podemos minimizar ahora? En tanto que los que pueden hacer algo no van, una vez más, a reunir el valor para hacer lo único que conseguiría frenar esta debacle, sólo nos queda extremar las medidas que ya sabemos. Mascarilla homologada siempre que podamos, distancia entre no convivientes, grupos reducidos en interiores, ventilación cruzada, test de antígenos muy poco antes de cualquier comida. ¿En serio es tan difícil de cumplir? Parece que sí...

    Y sí. Ya sé. ¿Por qué lo voy a hacer yo si los que nos lo recomiendan no lo hacen? Pues por ti y por los tuyos. Porque, como dijo Pablo Motos hace tres días: “No esperemos a que lleguen las prohibiciones. Protegeros. Y si ya lo hacéis, hacedlo más”. Ni de lejos es el mensaje de Navidad que me gustaría escribir. Pero qué mayor felicidad te puedo desear que tu cuidado y el de los tuyos. ¡Feliz Navidad y que brille la prudencia en tu hogar!

    23 dic 2021 / 01:00
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