Felicidades

HOY es festivo en toda España. La Inmaculada Concepción mantiene su presencia en el calendario anual como testimonio de una devoción muy presente a lo largo de la Historia, tal como nos muestra tanto una abundante literatura vinculada al culto mariano así como el mundo del arte, con testimonios, muy relevantes, a partir de los tiempos medievales, todo ello expresión de un sentimiento religioso particularmente vinculado al catolicismo.

Y, por eso –partiendo de una determinada forma de aproximarnos a María–, son muchas las mujeres que llevan su nombre. Unas han optado por llamarse Inmaculada, Inma y otras variables que pueden partir de esa misma denominación. Y lo mismo sucede con Concepción, palabra de la que nacen otras como Concha o Conchita. A todas ellas, muchas felicidades en este día tan especial que, en la España democrática –desde el momento en el que se festeja, cada día 6 de Diciembre, la promulgación de la Constitución de 1978–, conlleva un puente, al propiciar que el día intermedio entre ambos se tome por muchos, también, como de descanso, algo que siempre resulta estimulante para quien trabaja y puede contar, de este modo, con unas pequeñas vacaciones.

Inmaculada es, más allá de su identificación con el culto mariano, un término hermoso porque, como adjetivo, significa que no tiene mancha. Y también resulta preciosa la palabra concepción, una bella palabra femenina, ya que, con ella, se expresa “la acción de concebir o engendrar”, lo que, mejor que nada, para la humanidad entera, supone nacimiento. Hemos sido concebidos por una mujer y esa evocación a la citada concepción supone el principio de la vida misma, algo que, en clave cristiana, anticipa la Natividad, a festejar en ese nuevo tiempo, tan próximo, que ya nos espera.