Inmutable Selva Negra
LA sabana africana, la selva brasileña, los maizales de Iowa o los abetos de la Selva Negra. Costaría entender que en solo unas décadas sus paisajes mutasen de modo que tuviésemos que llamarlos de otro modo. En Galicia está pasando. Al bosque atlántico le sucede el australiano. Eliminamos fincas para pastos, carballos, castaños o los pinos de nuestro himno por la especie importada por Frei Rosendo Salvado.
El árbol del himno es el principal suministro de la empresa líder en la Península en la fabricación de chapas y tableros de madera. Y con sede social en Galicia. Factura más de 800 millones de euros. No es la única. Son media docena de empresas que cuentan con nueve fábricas generando empleo, introduciendo productos de mayor valor añadido, como suelos, tabiques, muebles en kit, etc. Estas industrias triplican la facturación total de la que se nutre de la especie invasora.
Por el contrario, parece que el triste destino de nuestros montes es surtir a una sola industria irracionalmente ubicada e inicialmente alimentada de pinos, que en solo unos sesenta años fue capaz de convertir una especie exótica en predominante en muchos de nuestros paisajes. A diferencia de la que es nuestra principal industria en el sector forestal, no solo su sede se ubica en una comunidad de la que en nada se nutre de su materia prima, sino que aquí cuenta con una única planta y, según sus propios datos, su facturación es de solo 175 millones de euros. Ocho veces menos que la industria del tablero.
En una hipotética relación coste / beneficio, la cifra de ingresos que esa actividad representa, comparada con las principales industrias de sectores como el textil, la automoción, la pesca, la conserva, el aluminio, etc., la convierten en marginal frente a su trascendencia en el medio ambiente o el paisaje.
Ni sus promesas cumplieron. En 2001 se anunciaba la constitución de la sociedad que pretendía “cerrar en Galicia el ciclo productivo del árbol australiano, desde el bosque hasta la fabricación del papel”. O en 2008 su traslado a Cerceda o As Pontes. No sería concebible que los alemanes tolerasen la sustitución de los abetos de su Selva Negra a cambio de tan escasa contrapartida. ¿Por qué aquí sí?