Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

La nefasta política de Sánchez con Marruecos y Argelia

LA situación geopolítica del norte de África es fácil de entender. Allí hay dos países si no enemigos declarados, por lo menos tremendos rivales. Son el Reino de Marruecos y la República de Argelia. Entre el sur marroquí y la parte más al sur del occidente argelino se encuentra una amplia zona desértica hasta el Océano Atlántico que fue colonia española y luego pasó a depender de Marruecos, con el mandato expreso de la ONU de que se celebrara allí un referéndum para ser descolonizada.

Argelia apoya esa postura y quiere que se convierta aquel territorio en un Estado independiente y esto no porque los argelinos sean fervientes partidarios de los saharauis. Simplemente quieren tener un acceso al Atlántico a través del potencial nuevo Estado. Marruecos, por su parte, además de querer integrar a este territorio dentro de su Estado –lo que ya ha hecho de facto, desde la famosa marcha verde–, no quiere bajo ningún concepto tener frontera por el sur con un nuevo país satélite de Argelia.

Resulta que el señor Brahim Ghali, jefe del Frente Polisario (organización terrorista que a tantos españoles mató), fue denunciado ante la justicia, en España, por delitos gravísimos, tales como torturas y asesinatos, entre otros. Habiendo venido en dos ocasiones y localizado por la policía fue llamado a declarar al Juzgado. La respuesta de Ghali fue coger un avión e irse. Resulta que este sujeto se encontraba ingresado en Argelia por un covid grave y a petición de las autoridades argelinas el Gobierno español lo trae ilegalmente con pasaporte falso, incumpliendo toda clase de normativa al respecto, a un hospital de Logroño vía Zaragoza. Una vez curado, lo deja ir. Como no podía ser de otra manera, el asunto se destapa y Marruecos agarra un mosqueo monumental, puesto que allí también lo reclama la justicia, desencadenándose como resultado una crisis migratoria. Ya nos creamos un enemigo Y en Argelia tan contentos.

En España, siguiendo criterios propios y las directrices de la ONU, los diferentes gobiernos, fueran del signo político que fueran, siempre fueron partidarios del referéndum de autodeterminación para el Sahara Occidental. Entonces resulta que el Sr. Sánchez se lía la manta a la cabeza y sin saber la razón cambia de opinión y bajo su exclusiva responsabilidad declara por escrito que aquellas tierras son parte del reino de Marruecos. Es posible que hiciera esto con el vano intento de contentar a Mohamed VI. El resultado ha sido que las autoridades argelinas han cogido un cabreo de dimensiones siderales que se ha traducido en cambiar a España por Italia para hacer un gaseoducto a Europa. Y la cosa no queda ahí. El gas argelino no subirá de precio para los países europeos, excepto para España, que lo pagará mas caro.

En resumen. Primero con el asunto Ghali quedamos mal con Marruecos, que se enemista con nosotros y nos inunda de inmigrantes ilegales. Segundo, luego el presidente del Gobierno cambia de criterio sobre el Sahara Occidental, con lo que ahora es Argelia la que nos margina con respecto a su gas.

Repasando la historia, no he encontrado un ejemplo peor de diplomacia y política exterior que este. Estas dos decisiones del Gobierno nos han perjudicado lo indecible. Ya podemos vanagloriarnos de que tenemos a dos países enemistados con nosotros que a su vez son enemigos entre si. Lo nunca visto. Siempre se dijo que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Aquí se puede decir que el enemigo de mi enemigo es mi enemigo.

Lo más grave de estos asuntos, siéndolo mucho, no es ya que el Gobierno de la nación cometa un acto ilegal metiendo en España camufladamente a un perseguido por la justicia, o que el presidente del Gobierno cambie las directrices de la política internacional por medio de un acto personal, sin consultar con el resto de las fuerzas políticas, como es obligatorio hacer ante una política de Estado. Lo mas grave de la situación es que somos los ciudadanos españoles los que vamos a pagar las consecuencias de estos actos irresponsables, y a veces ilegales, del jefe del Gobierno.

06 may 2022 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito