Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

La política como publicidad

    DICE Feijóo que el Gobierno quiere aislar al PP no a Vox. Es una evidencia que no valdría la pena de comentar pero la política-basura de consumo lo exige. Llamo política-basura al rifirrafe cotidiano destinado a esa gran mayoría de votantes, que podemos ser casi todos, sin mucha más información concreta sobre lo que realmente está ocurriendo que ciertas impresiones más o menos fundadas, pero deseosos de creer cualquier cosa por el estrecho sectarismo que prevalece en la vida política.

    La política-basura es aquella política electoralmente orientada que admite perversas distorsiones, como la contradicción entre lo que se dice y se hace, porque la palabra no expresa unas ideas y valores sino mero valor publicitario para ser trucado por los ridículos altavoces políticos. Tomemos por ejemplo aquello a que se refiere Feijóo. La política-consumo.

    Sánchez trata ahora de escandalizar con la involución democrática que supondría el pacto con Vox cualquiera fuese su contenido. Una fábula electoralista que se levanta sobre el hecho real de que tal pacto tendría sus servidumbres y sería preferible evitarlo. Se ha tratado de hacer ver la irrelevancia lógica de este miedo más o menos fingido a Vox al ser más radicales los pactos que condicionan la acción de un Gobierno, que por ello gasta p. ej. mucho dinero en memeces como la manipulación del lenguaje.

    Si esta evidencia es ignorada es porque el debate político solo está sujeto a la lógica publicitaria, y de lo que se trata es de colocar un mensaje cuya falsedad de fondo es bien conocida por quienes lo emiten. Juego del que participa incluso gente tenida por seria.

    Todo el mundo sabe que el presidente de EE.UU –un liberal, no Trump–, el país central occidental, ha expresado el rechazo a las alianzas del presidente español marginándole de consultas y encuentros y sometiéndonos a los españoles a la humillación de no concederle ni un minuto sino arrastrarle a lo largo de un pasillo sin detenerse mientras el presidente español iba farfullando a su paso vete a saber qué.

    Franco, habrá sido lo que haya sido, pero hizo desplazarse desde París en tren y esperar una hora al führer y éste –que le tenía por un sargento– juró que no volvería a pasar por trance similar. La política de consumo está totalmente vacía de sentido de Estado, y a veces incluso de dignidad.

    26 abr 2022 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.