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‘La Presidenta’

    ¿HAS leído La Presidenta? Publicado por Alfaguara, es lo último de Alicia Giménez y no tiene desperdicio. Cuenta la historia de una mujer “muy particular”. Fumadora, colérica, mal hablada, despótica y desconfiada, La Presidenta es el relato de una persona ambiciosa que, víctima de sus propias tramas, acaba siendo asesinada en un hotel de Madrid.

    Para esclarecer los hechos, la policía encarga a dos jóvenes detectives “sin muchas luces” investigar el caso. Es lo que muchos llaman una encomienda de mano negra, que son esas manos especialistas en bajar hasta el infinito la intensidad de la luz en los lugares en los que no conviene que nadie hurgue. Conforme avanza el caso, la pericia de las jóvenes detectives va creciendo. Y se va descubriendo toda una trama de corrupción organizada con la que la aquiescencia como factor motivador primario. ¿Es consentir peor, igual o mejor que ejecutar? Gran pregunta. Seguramente “todas por igual”.

    Al final, una necesidad de adoración y de obediencia desmedidas llevaron a La Presidenta al borde del abismo en un entorno en el que el hambre de poder eclipsaba hasta al hambre de dinero. Y llegó la devastación, como casi siempre, de la mano de los que, amparados en la aquiescencia, acabaron por creer que todo era posible y aceptable.

    La Presidenta nos deja muchas lecciones que no debemos dejar pasar. Nos habla de la injusticia de las imágenes y los estereotipos fakeados en la era de la posverdad. Nos habla de lo fácil que es disfrazar la mentira de verdad usando la pena como estandarte. Nos habla de esa doble moral que genera males abstractos con culpables abstractos que llevan a callejones sin salida de solución imposible.

    Nos habla de la crisis del “no hacer” y “del mirar para otro lado por la pasividad y el miedo a hacer lo que hay que hacer”. Nos habla de un drama que, entre malas gestiones y horteradas, nos acaba por descubrir una gran realidad: al final, la historia siempre acaba poniendo cada cosa en su sitio. Cuidado con lo que hacemos, con lo que no hacemos y con lo que dejamos hacer. Porque hay muchas maneras de pasar a la historia y el desprestigio es un sitio terrible para quedarse en ella.

    Me quedo con el último consejo de la autora: “Cuidado con los frailes que antes no fueron cocineros. Porque quien cocina pócimas sin experiencia suele acabar haciendo saltar todo por los aires”.”Lástima –apostilla– que La Presidenta no lo viera a tiempo”.

    14 abr 2022 / 01:00
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