Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

La revolución de los AVRIL

    Habrá que inundar de claveles las estaciones, poner macetas en los andenes, hacer que florezcan los cumplimientos políticos, para que las mil primaveras que nacieron con el AVE a Ourense alcance al territorio gallego en su conjunto. No será por falta de riego, por reivindicación, por Xacobeo, por plegarias, o por demandas razonadas. Los gallegos nos subimos toda la vida a los trenes y a los barcos sin complejos, si necesario era, que lo era, en tercera, con la maleta de cartón y, más que con la ilusión de un viaje, con la de una vida en Alemania, en Francia o en Suiza, cuando estos países eran poco menos que unas empresas en las afueras y el billete de un Franco se cambiaba a 14 pesetas.

    Han de llegar los AVRIL para reemplazar a los ALVIA. Han de llegar a Santiago, a Coruña, a Pontevedra, a Vigo. Y se han de dotar a las líneas a Lugo y a Ferrol con los trenes reemplazados -los trazados a estas ciudades, las más aisladas de Galicia en materia ferroviaria, aun no permiten la circulación de convoyes de alta velocidad-, pero habrá que compensar a estas urbes.

    El tren está revolucionando la comunicación en y con Galicia. Han influido de manera determinante en la llegada del turismo, especialmente en el nacional; fomentan la conexión entre las urbes gallegas; contribuyen de forma notable a que Ourense sea un destino de moda, ayudado por unas campañas inteligentes de promoción y, sin duda, a sus atractivos balnearios y entornos naturales; e incluso propician que la Comunidad Autónoma sea elegida como lugar de segunda residencia para muchos madrileños y castellanos. Han cambiado incluso los hábitos residenciales de los profesores y estudiantes universitarios santiagueses, muchos de los cuales pueden seguir residiendo en sus ciudades de origen. Y como complemento a las conexiones con las comarcas ayudan las estaciones intermodales.

    El ferrocarril es un elemento vertebrador del territorio, influye en su economía, acerca a sus gentes, es cómodo y seguro. Hace bien la Xunta en reivindicar rapidez en los suministros de los nuevos convoyes para aumentar el potencial de las conexiones con Madrid o a Alicante, en reclamar concreciones del Gobierno central sobre la implantación de infraestructuras capaces de obtener el máximo potencial de la alta velocidad, en exigir trenes nuevos, no remodelados, y mayores frecuencias. Y hacen bien ADIF y RENFE en exigir a TALGO las pruebas y comprobaciones de seguridad necesarias. Las prisas no son buenas para algunas cosas, bien lo saben en Angrois.

    Afortunadamente, el tren va, lento, pero va. Atrás quedan aquellos convoyes tartamudos y humeantes, que atravesaban poblaciones con pasos a nivel, que tardaban casi un día en llegar de Vigo a Barcelona, que necesitaban la máquina de refuerzo de los Lloves al sobrevolar Redondela, que sufrían retrasos interminables y producían emisiones que hoy resultarían intolerables. Con ellos se fueron encantadores vagones restaurantes, evocadores coches cama, tertulias deliciosas o compartir de literas. Además desaparecieron los vendedores de roscones en Monforte, rosquillas en Ribadavia o mantecadas en Astorga. Han llegado billetes gratuitos, vagones silenciosos, trenes turísticos o el transporte de bicicletas para peregrinos. Las estaciones han perdido, en favor de la practicidad y la rapidez, su mística y su mítica. Y todo prosigue su marcha, gobernado por administraciones y empresas que no parecen puntuales pero que llegarán a destino.

    Los AVRIL arribarán con retraso, más llegarán, no son como la primavera pero son algo más que una esperanza y resultarán una hermosa revolución.

    28 ene 2023 / 06:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.