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La selección española

    LUIS Enrique es un buen entrenador. Le recuerdo en el Celta. Un buen entrenador es aquel que sabe motivar a los suyos en mayor medida que la persona que solo aprendió fútbol en la escuela correspondiente, alguien que proporciona alma a un grupo, que sabe ilusionarlo, animarlo con un espíritu de cooperación y esfuerzo. Luis Enrique parece haberlo conseguido con su joven y personalísima selección española y ese es su mérito. Pero la selección deja sin embargo dudas referidas a su objetivo último: ganar.

    El proyecto personal del entrenador probablemente era formar a un grupo joven con sus propias ideas para que madurase bajo su dirección, aunque quizá él mismo sabía que no obtendría rendimientos inmediatos y que su combinado con futuro no era el más potente posible. España no está capacitada para proporcionar ahora un equipo nacional extraordinario pero es una potencia media lo bastante importante para poder formar dos o quizá tres equipos medios de similar potencial.

    Luis Enrique optó por uno de ellos hecho de jóvenes con el que parece haber querido sellar un compromiso de continuidad y éxito futuro. Es un buen equipo, como demostró en su último partido, pero siguiendo con lo dicho, España podría formar al menos un equipo más de similar potencial. Por ejemplo un equipo con jugadores maduros y jóvenes que contase con Ramos, Lucas Vázquez, Navas y Aspas en sus filas, probablemente hoy por hoy se impondría a su selección española, y lo que le aventajaría en juventud lo perdería en experiencia y habilidad.

    La selección, proyecto personal de Luis Enrique, mueve muy bien la pelota y tiene jugadores de talento, pero el entrenador no contó en exceso ni siquiera con sus pocos seleccionados para meter gol. El equipo desplegó en encomiables calidad y trabajo lo que le faltó en veteranía defensiva y astucia y virtuosismo en la delantera ante el gol, objeto último del juego.

    Probablemente el entrenador no trató de dar más equilibrio al equipo entre jóvenes y veteranos llamando a delanteros más capaces de moverse entre el bosque de piernas defensivo del fútbol de selecciones por lo ya antes apuntada: querría formar y tutelar in fundamentis la evolución de un equipo joven y propio. No se le puede reprochar, es el entrenador. Pero hubiese aumentado con seguridad, las probabilidades de ganar del equipo nacional, en exceso abonado a la lotería de penaltis.

    13 jul 2021 / 01:00
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