Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

La traslación del apóstol Santiago de Zebedeo al finibusterre de Galécia

El 30 de diciembre de 2022, en la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela, se celebrará, con la acostumbrada solemnidad, la Festividad de la Traslación del Apóstol Santiago de Zebedeo de la ciudad de Jerusalén [donde habría sufrido martirio en el año 44 d.C.] al noroeste de la Hispania romana [donde sus restos mortales aguardarían el segundo advenimiento de Jesucristo al fin de los tiempos]. En este sentido, en esta nueva colaboración, aspiramos a diseccionar quirúrgicamente este relato jacobeo, observando cada elemento constitutivo de un discurso santiaguista que se fue forjando desde el descubrimiento de sus sagradas reliquias en los primeros compases de la novena centuria (ca. 820-830).

Según la tradición bíblica, el rey Herodes Agripa “hizo matar a espada a Santiago, hermano de Juan” («Hechos de los Apóstoles», 12, 1-2). La escueta anotación de este acontecimiento, nuclear en el discurso jacobeo, debe completarse con determinadas aportaciones realizadas en los siglos centrales de la Edad Media. Así, en primer lugar, sobre la localidad de nacimiento de “James the son of Zebedee”, en «The Holy Pilgrimages» (1229-1239), se informa de que “from Nazareth to Cana of Galilee is two leagues; and there was born St James of Galilee”.

En segundo lugar, acerca de su martirio, en la «Ernoul’s Chronicle» (ca. 1231) se indica que, en la geografía sacra de Jerusalén, “David’s Gate is to the west and is directly aligned with the Golden Gates, which are to the east, behind the Lord’s Temple. That gate is adjacent to the Tower of David, for which reason it is called David’s Gate. After entering that gate one turns right into a street in front of the Tower of David; [from there] one may go to Mount Sion, for that street goes to the street of Mount Sion through a postern that exists there. In that street, on the left, just as one is about to go out through the postern, is a church of my lord St James of Galicia, who was the brother of my lord St John the Evangelist. There it is said that St James had his head cut off; and for that reason that church was made there”. A su vez, en «The Holy Pilgrimages» se añade que “facing the Tower of David you will find beside the steps a chapel in which are the relics of St John Golden Mouth, St Demetrius and St Martin; and a little afterwards is the church of the Armenians, where St James of Galicia was beheaded”. Se trata de la basílica monástica y hospitalaria de Santiago, construida a mediados del siglo XII como centro del Patriarcado Armenio de Jerusalén, cuya reliquia más venerada era y sigue siendo la cabeza atribuida a Santiago de Zebedeo. Como anécdota, durante las guerras árabe-israelíes de 1948 y 1967, entre los armenios jerosolimitanos se extendió la creencia de que el apóstol jacobeo patrullaba el santuario [con sus ciento cincuenta mil metros cuadrados] y desviaba los misiles del complejo eclesiástico con gran efectividad.

En este sentido, no debe confundirse con la capilla martirial del apóstol Santiago de Alfeo, cuyo cadáver fue trasladado y enterrado en el valle de Cedrón. Así, en la «Ernoul’s Chronicle» se afirma que “next to the church of the Temple, there is a chapel of my lord St James the Less. The chapel is there because he was martyred there, when the Jews threw him down from on top of the Temple. Inside that chapel is the place where God freed the sinner who was being led away to be stoned to death because she had been taken in adultery. And He asked her when He had rescued her where those people were who had accused her; and she said that she did not know. And so God told her to go away and sin no more”.

Finalmente, con relación al traslado de los restos mortales jacobeos, en «The Holy Pilgrimages» únicamente se apunta que “in Jaffa one finds, up in the castle in the church of St Peter, the stone of St James”, instantánea que se amplía en «The Ways and Pilgrimages of the Holy Land» (1261-1265): “From Arsuf to Jaffa, which is a town and castle, is three leagues, and there is a castle on the sea. And there is [the] count of Jaffa. One finds up in the castle in the church of St Peter the stone of St James, the apostle of Galicia”.

Abandonamos temporalmente las tierras jerosolimitanas y atravesamos el mar Mediterráneo en dirección al finibusterre de la Península Ibérica, en donde, a mediados del siglo XII, aparentemente, abundaban y bullían las versiones acerca del modo de la translación y arribada de las reliquias jacobeas. Como se registra en el apócrifo sermón del papa Guido de Vienne, incluido en el «Liber Sancti Iacobi. Codex Calixtinus», se contaba y escribía que “sentado sobre un peñasco, vino desde Jerusalén a Galicia por en medio de las olas del mar, cumpliendo el mandato del Señor, sin barca alguna, y que un pedazo de este peñasco quedó en Jafa”, que “los ángeles por los aires trajeron su cuerpo de Jerusalén a Galicia sin aportación humana” o que “fue traído en una nave de cristal de Jerusalén a Galicia, navegando los tripulantes sobre las olas del mar”. Consideradas patrañas y supercherías aborrecibles, merecedoras de la condena al anatema, se instituye un relato canónico, en virtud del cual “el venerable cuerpo entero que había sido degollado por Herodes, acompañándolo un ángel por el mar fue trasladado en una navecilla por sus discípulos de Jerusalén a Galicia entre grandes manifestaciones milagrosas”.

Este asunto se retoma en la «Historia Compostelana», en la cual se abunda en el martirio y abandono a la intemperie del cadáver de Santiago de Zebedeo, que “sus discípulos, a los que había ordenado en vida que llevaran su cuerpo a Hispania para enterrarle, recogieron el cuerpo con la cabeza durante la noche, según atestigua el papa León, llegaron hasta la orilla del mar con paso apresurado y, al buscar allí un barco para hacer el viaje a Hispania, encontraron en la playa una nave que les había sido preparada por Dios, en la cual se hicieron a la mar llenos de gozo dando gracias a Dios de manera unánime tras embarcar el sacratísimo cuerpo, y después de evitar Escila y Caribdis junto con las peligrosas Sirtes, siguiendo el rumbo de la mano del Señor, arribaron a bordo del afortunado navío primero al puerto de Iria y luego llevaron el venerable cuerpo al lugar que entonces se llamaba “Liberum donum” y que ahora se llama Compostela, donde lo sepultaron siguiendo el rito eclesiástico bajo unos arcos de mármol”.

Sin embargo, este discurso santiaguista no cuajó completamente en Tierra Santa. Así, por ejemplo, John of Würzburg (1160-1170) describe como “there is a large church built in honour of St. James the Great, inhabited by Armenians monks, and they have in the same place a large hospice for the reception of the poor of their nation. Therein is preserved with great veneration the head of that Apostle, for he was beheaded by Herod, and his body was placed by his disciples on board a ship at Joppa and carried to Galicia, but his head remained in Palestine. This same head is at the present day exhibited in this church to pilgrims”.

A su vez, el palmero franciscano Odorico de Pordenone acudió a los Santos Lugares de Oriente en el año 1318 y en el apartado duodécimo de sus memorias de viaje, redactadas en 1330, bajo el epígrafe “De peregrinacionibus montis Syon”, manifiesta que “postea debet homo ire ad montem Syon, et in itinere inuenitur ecclesia beati Iacobi Zebedei, que est hermenorum, in qua est locus in qua quondam repositum fuit caput ipsius beati Iacobi allatum de Ioppe per manus angelorum ubi fuit decollatus ut quidam dicunt”. Y en sentido contrario, el palmero Marino Sanudo (1466-1536) anota que “the pilgrim should go to Mount Sion. On the way hither, over against David’s Tower, one finds the place where Herod Agrippa slew James the brother of John with the sword. They do err who say that this head was brought thither by the hands of angels from Joppa and buried there”.

Por su parte, el palmero franciscano Niccolò da Poggibonsi visitó el complejo eclesiástico armenio de Santiago a mediados del siglo XIV y en su «Libro d’Oltramare» recuerda como “tornando adietro alla strada grande, infra levante e mezzo giorno, per una gittata di balestro, andando ad mano sinistra, trovi una porta grande volta in arco, e l’entrata piccola; e ivi dentro si è un bello munistero grande, e la chiesa bellissima, con due porti piccole, e all’entrata si è una cisterna; al mezzo del muro della chiesa si è una piccola tribuna, con un altare molto bello, dentro richiuso; sotto l’altare si è una pietra grande, di marmo rosso, con un foro tondo, quatro dita largo, e un palmo alto; et ivi fu tagliata la testa a santo Iacopo, e ivi, per divino miracolo, lo seguente di si trovò Galizia, con due de’suoi discepoli; et ivi sempre ardono tre lampane. Il detto luogo si è arcivescovado, e tengolo gli Ermini, ad obedienzia della chiesa romana. Ecci perdono di colpa e di pena”.

En definitiva, sin duda diversidad y variedad serían los substantivos calificativos de las versiones relativas al martirio y la translación del apóstol Santiago de Zebedeo al finibusterre de Galécia presentes en los extremos hispano y latino de la “Christianitas Occidentalis”. Aunque desde el siglo XII las autoridades de la sede de Compostela intentaron establecer un discurso único, que interesadamente incidía en el traslado del cadáver completo de Santiago de Zebedeo, siempre se encontró con el escollo de las tradiciones jerosolimitanas, que cruzados y palmeros extenderían a través de la cuenca del mar Mediterráneo. Sin embargo, la trama de la hidra jacobea es harina de otro costal... ¡Ultreia et Suseia!

18 dic 2022 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.