La vida nos ha cambiado
“QUE la vida haga lo que quiera. Es cosa suya”, escribió el genial Julio Camba. Y la vida quiso que se cruzara en la de todos ese maldito coronavirus, procedente de la lejana China. Y nos ha cambiado la vida de todos, ni siquiera la normalidad en la que pronto entraremos será la misma a la que estábamos habituados, y, muchos, condenados. Por eso para algunos será una liberación dejar atrás para siempre los días que agobiaban, los trabajos que tanto frustraban y la rutina que los alimentaba. En la espuma de aquellos días que mirábamos con desprecio a esos pocos que llevaban puesta una mascarilla en la boca, y que veíamos con extrañeza que otra plaga asolaba en países exóticos. Esos días han quedado atrás, y no volverán.
La vida después de la covid- 19, nos enseñará para siempre el valor de la humildad y de la auténtica solidaridad. Viviremos materialmente peor, pero viviremos más satisfechos. No hará falta poseer de todo, para que todo nos parezca suficiente. Trabajaremos menos tiempo, y de otras maneras, para que todos podamos trabajar.
Si la vida es cosa suya, como decía Camba, nosotros apreciaremos mucho más la vida de los que nos rodean, aunque no los conozcamos. Alteraremos la escala de las cosas importantes de la vida para desear, a toda costa, adquirir un abrazo impagable y un beso que no cotiza en los mercados. La vida seguirá adelante, pero sus pasos no los marcarán ya el ritmo frenético de los atascos y los horarios laborales. La vida sale a nuestro encuentro, renovada y purificada de tanta contaminación y despreocupada por la cuenta corriente. Hay que atraparla con todas nuestras fuerzas para que nunca más se escape por la impericia de aquellos a los que les pagamos. Vivamos en fin, recordando las palabras precisas del poeta: “Atrás se va quedando el acumulativo/ refrendo de los días/ el denso , imprecisable/ aluvión de memorias/donde se alternan discontinuamente/ figuras, horizontes, episodios, /las ganancias y pérdidas/ que en el ámbar del tiempo se excluyen/ Vivir es ir dejando atrás la vida.” (José Manuel Caballero Bonald).