Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Memoria histórica

    MUCHO se ha hablado y escrito estas semanas pasadas sobre la visita del rey Emérito a nuestro país que, a fin de cuentas, también es el suyo. Personalmente, no es un tema que me interese demasiado, quizás porque hay cuestiones más urgentes que nos preocupan a los ciudadanos de a pie. Pero sí me ha llamado la atención el contraste entre el rechazo hacia su persona por parte de un sector de la política, y el recibimiento que le profesó el pueblo.

    Dándole vueltas a este asunto, parece que la mayoría de la ciudadanía preserva eso que se llama memoria histórica y no puede evitar recordar que, cuando menos, nuestro anterior rey trajo estabilidad a un país convulso y contribuyó a la consolidación de la democracia que ahora disfrutamos todos. Imagino que, además, muchos españoles, entre los que me incluyo, vemos en realidad a un anciano que, a lo largo de su vida, hizo cosas buenas y otras menos apropiadas dada su posición.

    Además de la estabilidad ya mencionada, medió en la consecución de contratos para nuestro país, y nos representó con dignidad a nivel internacional durante años. Parece que sus contactos le proporcionaron beneficios económicos que no reconoció en su momento ante el fisco, como se debe hacer, aunque regularizó a posteriori su situación.

    Eso no está bien, y ahora le piden unas disculpas públicas que, sin embargo, no se exigen a quienes defendieron otrora la violencia o incluso cometieron o ampararon atentados contra vidas humanas, y a los que sí se les concede el beneficio de la reinserción e incluso la legitimidad de sus puestos de representación pública.

    Las comparaciones son odiosas, pero ahí están. También tienen casi todos los partidos políticos casos de corrupción y de aprovechamiento ilícito de recursos públicos, más graves para muchos que la falta de ejemplaridad del anciano monarca.

    Teniendo en cuenta estas circunstancias, no es de extrañar que resulte un tanto exagerado cuando no ridículo impedirle a un hombre de avanzada edad pasar la última etapa de su vida en compañía de su familia, especialmente con aquellos hijos y nietos que así lo deseen.

    También se antoja desproporcionado darle vueltas una y otra vez a este tema en un país que está sufriendo una inflación que impide a las familias salir adelante económicamente tras la crisis sanitaria, y en el que el conflicto político entre los constitucionalistas y aquellos que quieren romper la unidad territorial se recrudece exponencialmente.

    Viendo la incertidumbre actual a nivel económico, político y social que sufre nuestro país, y que se proyecta más allá de nuestras fronteras, no parece el mejor momento para pensar en regímenes alternativos a la monarquía actual. El sistema no será perfecto, no cabe duda, pero ya vemos los pobres resultados de experimentos y coaliciones y, sobre todo, dudamos de ciertos políticos que no parecen recordar de dónde veníamos ni tienen muy claro hacia dónde quieren llevarnos.

    01 jun 2022 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.