Nuevos en el vecindario
Y yo, que he puesto el foco en no pocas ocasiones en la emigración interregional, es decir, la que se produce hacia otras zonas de nuestro Estado, me veo moralmente en la obligación de celebrar también públicamente los últimos datos que ofrecía el Instituto Gallego de Estadística.
En 2020 Galicia recibió, por primera vez en siete años, más gente de la que emigró a otras comunidades, 6.208 concretamente, 6.208 personas que en plena pandemia llegaron a Galicia para fijar su residencia desde otros puntos de la piel de toro.
Es la repercusión en números de un fenómeno tan repetido recientemente, y es que apostaría algo a que durante el último año todos hemos conocido o sabido de alguien que apostaba por cambiar de vida lejos del ajetreo de la ciudad, muchos, incluso, ya no han vuelto al mundanal ruido desde sus segundas residencias tras los confinamientos.
Supongo que es normal después del tiempo de reflexión forzosa que hemos vivido, de repente mucha gente se ha visto sin excusa para pensar qué tipo de vida quiere vivir y, lo más importante, dónde quieren hacerlo, aquella decisión postergada, el “algún día” o “en el futuro” se han visto precipitados y, de repente, el espacio y el contacto con la naturaleza se volvieron importantes o casi vitales, de repente mucha gente se dio cuenta de que necesitaban “aire”, y de que correr por correr está bien, pero únicamente tiene sentido por deporte o supervivencia.
Y es que puede que esta pandemia no nos haya hecho mejores, parece claro que no viendo las noticias de las últimas semanas, pero, de una u otra forma, ha pasado por nosotros, y ya no somos los del 2019.
Sea como fuere, este año somos 6.208 habitantes más solo con la emigración entre comunidades, 14.616 más si contamos también la emigración internacional, 14.616 nuevos habitantes que aunque parecen pocos representan una población similar a la de Villalba, Betanzos o Gondomar. Nuevos habitantes que no vienen solos, traen su ilusiones y proyectos de vida en la maleta, hablo con conocimiento de causa, mi padre lo hizo años antes de nacer yo, emprendiendo ese mismo viaje de vuelta desde Cataluña.
La historia se repite, como entonces, muchos lo hacen con ideas de negocio por materializar, esas que tanto necesitamos, y con toneladas de ganas de poner en valor todo aquello que les atrajo para venir.
14.616 nuevos habitantes que hacen Galicia un poquito más grande y nos brindan un futuro más luminoso, a nosotros y a nuestro rural, porque nuestros concellos más beneficiados por este fenómeno migratorio no han sido ninguna de las 7 ciudades, el rural se enciende, casi diría que literalmente, y con él la esperanza de muchos pueblos y villas. Más gente traerá más servicios, más movimiento, más opciones, más peso, al fin y al cabo representan también más votos, de momento pocos, pero tiempo al tiempo.
Vale que solo es un indicio, vale que hay mucho por repoblar y recuperar, pero como soñar es gratis, soñemos en grande, aunque sea por una vez, soñemos!