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Pecados

    EL cura de As Neves, tras haber prohibido el uso de ataúdes en la procesión de Ribarteme, vuelve a ser noticia al negarse a bautizar a una niña porque la madrina vive sin casarse. Pecado es la transgresión grave o leve de lo que la tradición católica establece como normativo, por lo que la madrina no es virtuosa. El cura sin embargo se niega a admitirla con cierta rigidez al no considerar que el catolicismo no es en España históricamente religión de elección sino cultural.

    Es decir una práctica social hasta hace poco obligatoria que reguló el ciclo vital: nacimiento matrimonio y muerte, por lo que es natural que una parroquiana se crea excluida socialmente por no poder participar en un rito social tradicional, pues no fue ella sino las autoridades quienes durante siglos contribuyeron a hacer de la religión católica un hecho más social y civil, con vínculos con el código penal, que electivo, íntimo y personal.

    Para el mundo no cristiano, el pecado es otra cosa, pues la virtus no está tanto en la obediencia a una autoridad cuanto en el despliegue de la potencia, la propia capacidad de ser, y ambas –virtud y obediencia– se oponen a veces, de modo que el primer problema ético que puede plantearse a la perspicacia natural de un niño es la dolorosa e inequívoca sensación interna de que tal o cual representante cultural (padre, cura, maestro...) obra mal.

    Entran así en conflicto a menudo la moral, norma social dominante inducida desde fuera, y la voz, mandato profundo interior dirigido al propio despliegue e independiente de tal moralidad. En Occidente, dos grandes tradiciones espirituales, con sus vínculos: la dualista cristiana, donde bien y mal son dos opuestos bien definidos y excluyentes, y la grecolatina, donde aquello que procede del universo inescrutable no debemos juzgarlo como bien o mal absolutos, y mal y bien constituyen un continuo no dual donde nunca acabamos de saber del todo lo que es para mal o para bien, y éste se sitúa en la adquisición personal de una ecuanimidad incondicionada que acepta el orden natural de las cosas y actúa en consonancia con él.

    El cura cumple estrictamente contra el pecado de amancebamiento y no se le puede negar su derecho, lo que no quita que en la historia humana haya habido infinidad de pecadores mucho más virtuosos que sus censores.

    06 sep 2022 / 01:00
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