Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Peridis

Nuestra existencia es un acúmulo, una amalgama de circunstancias que se van sumando para conformar nuestra personalidad, nuestra forma de pensar, de actuar. Los límites de ese tesoro vital son infinitos. Y su valor va a depender de nuestro gusto (o de nuestro tino) para elegir las fuentes o los referentes con que nos guiemos en la construcción de ese complejo edificio que acabará siendo, en el curso del tiempo, nuestro Yo más identificable. Es fácil que uno de los primeros pasos que hayamos de dar sea una cuestión de base elemental. Un simple criterio moral. Elegir entre lo Bueno o lo Malo. Por no citar siempre a los filósofos, recurramos, esta vez, a la literatura. Concretamente a Agatha Christie. En su fabulosa Némesis, Miss Marple le responde a una preocupada exdirectora de colegio sobre sus creencias: “Creo en el Mal, en la Vida Eterna y... ¡ah, sí!: en la Bondad...” Y es, precisamente, el análisis diáfano de ese concepto lo que acaba aclarando la misteriosa clave del enredo. Pues bien. Pocas personas habremos conocido (son como gemas brillantes que se hacen notar muchísimo) que lleven en su ADN esa cualidad. Personalmente, he podido conocer a muy pocas. Hay quien les adjudicaría el adjetivo de santos. Religiosos o laicos, que tanto nos da. Uno de ellos se llama José María Pérez. Aunque la gente lo identifica como Peridis...

¿EL CORAZÓN CON QUE VIVO....?

Este hombre encantador, arquitecto de oficio, ha influido mucho en toda mi generación. Su peculiar forma de ser nos resultaba irresistible cuando nos enseñaba en tiempos, en televisión, aquello que era, en sentido estricto, Las claves del Románico. El mejor pedagogo para materia tan deliciosa, desde luego. Y como escritor, qué decir de la novela que le valió el Premio Alfonso X el Sabio, Esperando al rey. O de la penúltima, La reina sin reino. Una altura insólita. Y lo más cotidiano, lo más explícito, lo que crea todos los días y lo ha hecho tan popular: sus viñetas en El País. El patriarca Feliciano Barrera diría que son, en realidad, editoriales. Su última obra es absolutamente excelsa, y le ha valido, el pasado febrero, muy justamente, el Premio Primavera 2020. Se llama El corazón con que vivo y ha sido editada por Espasa. El título está entresacado de un verso de José Martí perteneciente al poema Cultivo una rosa blanca. El relato, situado en tierras palentinas, en plena Guerra Civil (de julio del 36 a octubre del 41), nos habla de amistad, de cómo se puede enfriar debido a distintas posturas políticas, de lo más crudo de los hechos, por otra parte rigurosamente históricos (los personajes son conocidos del autor), pero, sobre todo, de reconciliación. Imprescindible...

14 jul 2020 / 00:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.