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Pim, pam, pum

    EL pleno del Congreso en el que el presidente del Gobierno, ha explicado (?) el cambio de posición de España con respecto al conflicto de la excolonia española del Sahara Occidental, y en el que ha dado cuenta de la última cumbre de la Unión Europea sobre las sanciones a Rusia por la guerra de Putin, donde también se han mezclado asuntos como la próxima cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid, junto con la petición de más fondos por parte de la ministra de Defensa, se ha convertido en un nuevo pim, pam, pum, contra Pedro Sánchez, que una vez más se ha quedado solo porque ni la oposición de derechas, ni sus socios de Gobierno y de investidura le han dado árnica, dado que todos consideran que ha traicionado al pueblo saharaui, y otros que sus políticas favorecen al complejo industrial-militar.

    Sánchez reiteró los argumentos sabidos desde que se conoció el acuerdo con Marruecos, pero no explicó las razones por las que cambió de posición política mantenida durante más de cuarenta años, que contaba con el respaldo de la mayoría de las fuerzas parlamentarias y del pueblo español que ha apoyado la causa saharaui.

    Tres meses después del acuerdo entre el Gobierno y Marruecos, que vino precedido de acciones unilaterales de Marruecos, desde la presión migratoria, la invasión de Ceuta y el supuesto espionaje de los servicios secretos de Marruecos a través de Pegasus, siguen sin conocerse las causas profundas que llevaron a Sánchez a complacer al país alauita, del que algunos portavoces manifestaron su desconfianza acerca de que vaya a cumplir los compromisos adquiridos, de los que todavía no se ha visto ningún resultado, además de haber envenenado las relaciones con Argelia.

    La portavoz del PP, Cuca Gamarra, recriminó a Sánchez que su cambio de posición con respecto al Sahara no contaba con el respaldo del Congreso. Pero no aclaró tampoco si cuando lleguen al Gobierno volverán al status quo anterior. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, no le dijo nada al primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, cuando se entrevistó con él en Roterdam, salvo que mantendrá con su país una relación de lealtad.

    Desde los partidos de la oposición de derechas se insistió en la contradicción de que la mitad del Gobierno, la correspondiente a Unidas Podemos, mantenga posiciones antiatlantistas frente al compromiso del PSOE con la OTAN como garante de la seguridad y defensa europea, y las consecuencias que esas discrepancias puede tener para el prestigio del país y el éxito de la cumbre de Madrid.

    Coaligados y socios no escatimaron críticas a Pedro Sánchez por la ruptura de la neutralidad de España con respecto al Sahara, y por la previsión del aumento del gasto militar que habría que detraer del gasto social. Salvo en el portavoz parlamentario socialista, el presidente del Gobierno no encontró una palabra de aliento o de respaldo a su política de seguridad y defensa. Ni a la económica.

    09 jun 2022 / 01:00
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