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Reseña Musical

¿Recuerdan el “Festival Via Stellae”?

    Puede sonar a tópico, pero efectivamente las mejores ediciones del “Festival Via Stellae” ayudaron a colocar en el mapa a nivel internacional a nuestra ciudad, marcando diferencias en cuanto a exigencias artísticas y de programación. Basta con recordar la primera de 2006, que, como todas, se mantuvieron bajo la dirección de José Víctor Carou, un perfecto equilibrio entre grandes nombres del panorama internacional y la participación de profesionales que trabajan en Galicia. Santiago como epicentro, con visitas a otras localidades, comenzando con la “Europa Galante”, de Fabio Biondi-“A Europa das Nacións”-, con obras de Vivaldi, J.S.Bach o Haendel, manejándose con instrumentos de época. La “OSG”, dirigida por Giovanni Antonini- “A sinfonía clásica: de Haydn a Beethoven”-, Antonini fue miembro fundador de “Il Giardino Armónico”, de la que fue titular desde 1989. “L´Arpeggiata”, de Christina Pluhar, con la aportación en pasos de danza de Anna Dego, para “Os Imposibles: Tarantelas, chaconas e fandangos do Vello e do Novo Mundo”. Obras desde G.Kapsberger, D.Castelle, D. Ortíz o L. Ruíz de Ribayaz. Pluhar venía precedida ya por sus colaboraciones con grupos como “La Fenice (Jean Tubéry), “Ensemble Elyma” (G. Garrido), “Ricercar Consort” (P. Pierlot) o “La Grande Ecurie et la Chambre du Roi” (J.C. Malgoire) y destacó siempre en los dominios del arpa barroca.

    “La Capella della Pietà de´Turchini”, de Antonio Florio, con la azione sacra (oratorio en dos partes) “La Betulia Liberata K. 118”, de Mozart, para seis solistas y la participación del “Collegium Compostelanum”, de J.C.Dorgambide. Florio dio vida a esa formación en 1987, con el objetivo recuperar el patrimonio napolitano de obras olvidadas. Habían sido sus maestros Nino Rota y Francesco d´Avalos, antes de dedicarse en exclusividad al barroco. “Al Ayre Español”, de Eduardo López Banzo, en su mejor especialidad “A cantada española en América”, esta vez con el contratenor Carlos Mena: J. de Nebra, J. de Torres y algún anónimo del XVIII. Suya había sido el estreno en España de la zarzuela barroca “Júpiter y Semele”, de A. de Literes. López Banzo conoció la docencia de Gustav Leonhardt y ya había dirigido con la “OSG”, el oratorio “La Resurrezione”, de G.F. Haendel. A Carlos Mena, le tuvimos recientemente como director en las programaciones de “Amigos de Ópera de A Coruña”. La Venice Baroque Orchestra”, de Andrea Marcon, prestaron la serenata veneciana (ópera) “Andromeda Liberata”, en versión de concierto: solistas, Simone Kermes, Max Emanuel Cencic, Ruth Rosique, Romina Basso y Mark Tucker. La soprano Simone Kermes, se reservó una fecha con la misma orquesta para “Unha noite en Venecia”: algún concierto entre arias esplendorosas de “Farnace”, “Griselda”, “L´Olimpiade”, o el motete “In turbato mare irato RV. 627”. Destacaron también como solistas en chelista Francesco Galligione y el flautista Michele Favaro.

    “Les Musiciens du Louvre”, de Marc Minkowski, con un programa poco frecuente en ellos: “Sinfonías Londinenses de Haydn”. Minkoswki, “alma pater” de esa agrupación, es un defensor a ultranza del repertorio barroco francés y ha recuperado obras postergadas como “La Dame Blanche”, de Boildieu, en la ´”Opera Comique”; “Le Domino Noir”, de Auber, en “La Fenice” o “Robert et le Diable” de Meyerbeer. De los barrocos franceses, los grandes popes, Lully, M.A.Charpentier, J.P. Rameau o M.Marais. El “Ensemble Matheus”, de Jean-Christophe Spinosi, apoyando al contratenor Bejun Mehta, para arias operísticas de Vivaldi: “Cara sposa”, “Sovente il sole”, “Mentre dormi” o “Se i ogni guardo”, con alguna sinfonía. El grupo es precisamente una formación especializada en repertorio vivaldiano y Spinosi dirigió entes como el “Théatre des Champs Elisée” o el “Théatre du Chatelet”.

    La mezzo Cécile van de Sant, acompañada al clave por Laurence Cummings, apunto un tentador programa: “Lettera Amorosa”, con páginas de Monteverdi, Mozart, G.Frescobaldi, o las cantatas “Arianna a Naxos”, de Haydn, y “Vedendo Amor”, de G.F. Haedel, cantante con reconocida experiencia por su presencia en óperas como el “Orfeo ed Euridice”, de Gluck, “La Clemenza di Tito”, “Belshazzar”, “Guilio Cesare”, “La Cenerentola”, de Rossini, “Pelléas et Mélisande”, de Debussy. Su escuela se forjó en el Conservatorio Sweelinck, de Amsterdam. El “Concerto Italiano”, de Rinaldo Alessandrini, propuso “La notte e il giorno, la guerra e l´amore”, serie de madrigales de Claudio Monteverdi, para un sexteto de voces. “Concerto Italiano”, supo alterar en su idea la evolución de los criterios de interpretación de la música antigua, partiendo del repertorio madrigalístico, al barroco del XVII.

    La clavecinista Céline Frish, se enfrentó a las “Variaciones Goldberg”, de J.S.Bach, una intérprete procedente de la “Schola Cantorum Basiliensis” y que, en esos momentos, colaboraba con la orquesta “Café Zimmernann”, de la que era fundadora junto a Pablo Valetti. La obra elegida, la había hecho merecedora de un ”Diapason d´Or” y un “Choc de l´Anné du Monde”, al tiempo que cultivaba el interés por la exploración de la música francesa del XVIII. Manuel Vilas, incondicional como siempre y en su especialidad, el arpa de dos órdenes, en su programa “Luz e Norte. Música española para arpa de dúas ordes”: Anónimos, L. de Ribayaz, Fernández de Huete o Martín i Coll. Las raíces de Vilas, estaban en los cursos de Música Antigua de Daroca, con Nuria Llopis y una beca Marco Fodella, para estudiar arpa doppia en la “Scuola Civica de Milán”, con Mara Galassi.

    “Gli Incogniti”, de Amadine Beyer, en obras concertantes de .S.Bach, para un septeto. Beyer también estudió en la “Schola Cantorum Basiliensis”, con Chiara Banchini, Chritopher Coin y Hopkinson Smith. Se especializó en estilos barrocos y renacentistas y probó con la fídula medieval con Pedro Memelddorff en el grupo “Mala Punica”, realizando trabajos para “Erato” y “Harmonia Mundi”. La “Real Compañía Ópera de Cámara”, de Juan Bautista Otero, puso en producción semiescenificada, el “drama per musica” “Ifigenia in Tauride”, de Martín i Soler, destacando como solistas Olga Pitarch, Betsabée Haas, Leif Aruhn-Solén, María Espada y Céline Ricci. J.B. Otero había estudiado en el “King´College”, con Dominique Veillard, del “Ensemble Gilles Binchois” y con Hans Martin Linde.

    La “RFG”, no podía faltar con su titular Antoni Ros Marbà, contando como solistas el arpista Xavier de Maistre y el flautista Michael Martin Kofler, para un programa muy clásico repartido entre J.Christian Bach, Mozart- “Concierto para flauta y arpa en Do M. K. 299”- y F.J.Haydn. Nueva aportación de “Al Ayre Español”, de López Banzo, con las voces de la soprano María Espada y el contratenor Carlos Mena, con el “Stabat Mater: Pergolesi y Alessandro Scarlatti”, seguido en el Teatro Rosalía Castro de A Coruña. La mezzo Marta Infante, bien acompañada por Manuel Vilas al arpa, para “Cantos de amor divino e humano. Sacros y profanos do barroco español (séculos XVII e XVIII”, una auténtica especialidad en manos de estos dos intérpretes. El “Cuarteto Klavier”: “A música de cámara de Mozart: o cuarteto con piano”. Un grupo circunstancial para el festival y que integraron Raquel Castro Pego- violín-, Humberto Armas- viola-, Barbara Switalska- chelo-y el pianista Matteo Corio.

    Seguíamos jugando con colaboraciones de casa como la “Camerata Quiodi”: “Unha pequena serenata nocturna: divertimentos e serenatas de Mozart”. Formaban el grupo los violinistas Grigori Nedobora, Nikolai Velikov, Anca Smeu, Ildiko Oltai, Victoria Jurov e Ilia Fisch Fischer; los violas Tilmann Kircher y Natalia Madison; el chelo Plamen Velez y el contrabajo Carlos Méndez. La soprano Mercedes Hernández y “Resonet”, en una propuesta de propio cuño: “Les Pellerins. A moda da peregrinación na Francia do Barroco”: E.Moulinié, F. Couperin, J.B. de Boismortier, S. de Brossard, R. de Brissé, M.A.Charpentier, entre otros. “The Dufay Collective” con “Cancions e danzas dos trovadores”-Ourense y Lugo-, un grupo veterano e que contaba con experiencias en bandas sonoras. El “Trío de Compostela” Grigori Nedobora-violín-, Tilmann Kircher- viola- y el chelista Plamen Velez, se repartieron el “Divertimento en Mi b. M. K. 563”, de Mozart y un trío de Luigi Boccherini. José Enrique Pedrosa-canto-, con el tiorbista y guitarrista Fernando Reyes: “Cantabo Domino. Tons divinos, motetes, arias e cantatas do barroco (séculos XVII e XVIII). Los inicios del cantante, le llevaron al “Grupo Universitario de Cámara”, de Carlos Villanueva.

    El dúo Plamen Velez- chelo- y Javier González Abraldes- guitarra, con el reclamo de “Guitarra”: A.Vivaldi, F.Schubert. J.Nin y Radamés Gnattili. Javier tuvo como maestros a D.Russell, Leo Brouwer, José Tomás, M. Berrueco y J.M.Moreno. La guitarrista Isabel Rei Sanmartin, cerró la convocatoria con “L´infidèle”: S. Leopold Weiss, M.Giuliani, J.Dowland y Leo Brouwer, becada por la “Fundación Segundo Gil Dávila”, siguió las docencias de J.Tomás, J.Mills, F.Zanon, Marco Socías, M.Trápaga o William Kanengiser. En fechas similares, el “Cuarteto Oberton”, añadió “O Cuarteto de cordas: un xenero clásico”, y de nuevo repetíamos con profesionales del país: Grigori Nedobora, Nikolay Velikov, Tilmann Kircher y Plamen Velev, entrega que no falta, para obsequiarnos con obras de Manuel Canales, Buono Chiodi y el “Cuarteto de Las Quintas”, de F.J.Haydn.

    15 jul 2020 / 00:00
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