Rusia, aislada
LA reacción de los países occidentales a la invasión de Ucrania ha consistido, entre otras cosas, en cortar las relaciones comerciales, industriales, científicas y tecnológicas con Rusia, en otras palabras, aislarla. En la actualidad solo puede tener relaciones con países asiáticos, como China o India, de Medio Oriente, como Turquía, y africanos.
No es la primera vez que Rusia esta aislada del mundo occidental. Durante la mayor parte de su historia lo ha estado, algunas veces por voluntad propia y otras veces impuesta. Ese aislacionismo ha hecho que muchas de las transformaciones sociales o no se han dado o han llegado muy tarde a Rusia. Intentos de romper el aislamiento han sido cortadas de raíz por guerras y revoluciones, ocasionando grandes sufrimientos al pueblo ruso
El primer intento de abrir Rusia al mundo occidental en los últimos siglos fue quizás el del zar Pedro el Grande, quién al fundar San Petersburgo a principio del siglo XVIII atrajo un gran número de artistas y arquitectos, esencialmente italianos y franceses, para construirla. Al mismo tiempo llevó a varios científicos a su corte. El matemático Euler es el ejemplo más emblemático.
Era el intento de que la gran revolución cultural iniciada en el renacimiento en Europa y cristalizada posteriormente en la ilustración llegase a Rusia. Sin embargo, esa transformación apenas se notó. La invasión francesa de Rusia por parte de Napoleón y su derrota cortó de raíz cualquier apertura y, por el contrario, hubo una reacción a las ideas enmarcadas en la Ilustración, identificadas con la revolución francesa, consideradas como un intento de dominio y sumisión a occidente.
La esclavitud sigue siendo natural en este tiempo y no llega a abolirse en Rusia hasta el inicio del siglo XX. La revolución rusa y la implantación del comunismo cerró toda posibilidad de contacto y apertura con el mundo occidental. La segunda guerra mundial, con las cruentas batallas y cercos, fueron pagados por millones de muertos rusos a los que hay que sumar los millones ocasionados por las purgas soviéticas de Stalin. Se habla que la suma estaría entre 30 y 50 millones de muertos de una población que no superaba los 150 millones.
Desde luego no han sido muy positivos los contactos con el mundo exterior, aunque quizás fueron peores los sufrimientos a los que les sometieron las dictaduras interiores.
Con la caída de la Unión Soviética, y después de 10 años de penurias económicas, se abrió a principios del nuevo milenio una mejora económica y una apertura a Occidente, incrementándose los contactos de todo tipo. Ahora, de nuevo, la invasión de Ucrania por Putin vuelve a aislar a Rusia, con el sufrimiento y atraso de la población que lleva consigo.
España también estuvo grandes períodos de su historia aislada. Europa acababa en los Pirineos. Afortunadamente esa etapa acabó y con ello nuestra mejora en el bienestar y libertad. Ojalá, que se acabe la invasión, se alcance la paz y Rusia pueda abrirse a Europa.