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Sunakmi

    LO de Johnson, que empezó siendo un soplo de aire fresco para la anquilosada cámara británica, hace tiempo que hacía presagiar un temporal. Y es que, por más que el poder quiera en ocasiones revestirse de autoridad, la solvencia, si no se tiene, acaba por dejar al descubierto cada vez más conglomerados de insolvencia difíciles de tapar.

    No se trata sólo de un montón de fiestas improcedentes en época de pandemia. Que también. Se trata de que, cuando uno se empeña en mear por sistema fuera del tiesto y querer hacer creer a los demás que llueve, lo lógico es que alguna que otra gota, por no decir un aluvión de gotones, acabe por salpicarte. Y gota a gota, lo dice el saber popular, lo que era gotera acaba por convertirse en inundación.

    Siempre hay fontaneros que se empeñan en sofocar las fugas colocando parches. Desgraciadamente, es una práctica muy socorrida. Pero cuando una tubería se encuentra a punto de que explote en cada uno de sus centímetros cuadrados, los profesionales de peso saben que los parches no hacen sino desviar la presión hacia otro punto que, generalmente, acaba por reventar en poco tiempo y con más fuerza.

    Liz Truss era un parche. Todos los sabían. Ella también. Pero duró poco. Y es que el reventón se produjo mucho antes de lo que la mayor parte de los técnicos presagiaban. La pregunta, soldada de nuevo la avería, es: ¿será Rishi capaz de contener de una vez el sunakmi inglés? Difícil pregunta para tiempos tan turbulentos y tuberías tan desgastadas.

    A pesar del efecto mesiánico que siempre se insufla con un soplo de aire fresco, el de Southampton no lo tiene fácil. Dicen los que le conocen que sus orígenes asiáticos, su ascendencia migrante, su hinduismo profeso y su excelsa formación, que incluye un título por Stanford, le han ayudado a conformar un carisma y un liderazgo que le posiciona en la cúspide de valoración política de los británicos, equiparándole en popularidad al Blair de las mejores épocas.

    Pero también dicen que va a tener que lidiar con la sombra de su pertenencia a los mal logrados gobiernos de May y Johnson, así como con su apoyo manifiesto al brexit, que enfrenta a la sociedad inglesa como pocos otros temas en el momento actual. ¿Conseguirá Sunik erigirse como el dique capaz de frenar el sunakmi que asola el 10 de Downing Street?

    Depende. Tiene muchos egos y bocas que alimentar. Y no sé yo si dispondrá de pienso suficiente para apaciguar la voracidad de tantas fieras.

    27 oct 2022 / 01:00
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