Tregua trampa de Putin
LAS treguas por Navidad en los enfrentamientos armados son más un mito que una realidad, unos acontecimientos aislados a los que por su valor humanitario se quiere ensalzar y reproducir cada vez que una guerra pasa por esos días del año, y en muchos casos tienen lugar más por decisiones de los soldados contendientes a lo largo de las líneas de fuego que de las órdenes de los estados mayores. En otras ocasiones sirven para que los bandos además de descansar por unas horas se recompongan y reordenen sus fuerzas.
La tregua por la Navidad ortodoxa decretada por el presidente ruso, Vladimir Putin, era por 36 horas desde el 6 al 7 de enero. Para que una tregua tenga sentido y virtualidad tiene que ser aceptada por las dos partes en conflicto y por parte de Ucrania fue rechazado de plano. Para Ucrania no hay ninguna otra posibilidad de tregua o de paz que no vaya acompañada por la retirada de las tropas enviadas por Moscú que han ocupado sus territorios.
La tregua fue instada por el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, en un rasgo de cinismo y revela hasta qué punto la guerra desatada por la invasión de Ucrania tiene un componente religioso por parte de Rusia, dado que Kiril la ha bendecido y aunque en esta ocasión hace alusión a que en el territorio donde se desarrolla la guerra vive un gran número de creyentes ortodoxos, lo cierto es que la Iglesia ortodoxa rusa está separada de la de los ortodoxos de Kiev.
Además, Kiril arrima el ascua a la sardina rusa cuando pide la tregua en “el conflicto intestino” que se desarrolla desde el pasado mes de febrero, dando a entender que se trata de una suerte de guerra civil cuando se trata de una guerra por la anexión ilegal y militar de una parte de Ucrania. De ahí que la respuesta inmediata por parte del Gobierno de Kiev haya sido la de considerar el ofrecimiento de la tregua de “una trampa cínica y un elemento de propaganda”, y en el mismo sentido se ha expresado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Las autoridades de Kiev pueden estar tranquilas porque los países occidentales han identificado perfectamente las intenciones del Kremlin y aunque los ataques se hayan reducido, queda claro que Moscú tendió una trampa a Kiev para quien no tendría consecuencias si el alto el fuego se rompe en algún frente.
De forma paralela, pero sin relación con la petición del patriarca Kiril. El presidente turco Recep Tayipp Erdogan ha pedido a Putin que declare una tregua unilateral que de pie a la celebración de conversaciones de paz, pero es una iniciativa que tiene mucho que ver con las relaciones bilaterales y los intereses mutuos, desde la utilización de Turquía como la plataforma de Rusia para burlar el bloqueo, hasta la petición de Erdogan de que le ayude en la lucha contra los kurdos de Siria.