Un buen destino para él

HAY QUE CONFIAR en Rubén Guerrero y su salto al Obradoiro. Es un muy buen defensor, es muy intenso y esa es su mejor virtud.

Rubén es capaz de chocar con el cuerpo sin amilanarse ante nadie. Tapa las líneas de pase con sus largos brazos, usa muy bien su cuerpo y además es un notable taponador porque tiene un buen timing de salto (pone tapones igual con la mano derecha que con la izquierda).

Posee mucha fortaleza bajo el aro y es un gran reboteador en defensa y en ataque. Al contraataque es capaz de correr casi como si fuera un alero porque tiene unas magníficas condiciones físicas.

Es atlético y capaz de jugar por encima del aro para hacer mates. Tiene capacidad de pase y es un pívot que juega en equipo.

Es un buen bloqueador y continúa muy rápido hacia canasta. Tiene buen gancho de izquierda y bajo el aro es efectivo porque sabe usar bien ambas manos a la hora de finalizar.

Eso sí, Rubén Guerrero debe mejorar el tiro de media distancia y los libres. Ese es su gran hándicap.

Un base experto como Leo Westermann puede ayudar a que Rubén mejore sus prestaciones de puntos y rebotes. El Obradoiro es un buen destino para él.