Unos líderes sorprendentes

CON EL PARÓN impuesto por los partidos de selecciones y con unos campeonatos de liga que en el mejor de los casos llevan disputados siete jornadas y en el peor apenas tres hay, sin embargo, un hecho significativo y que convendría destacar. Aunque sea prematuro aventurar cómo transcurrirán las distintas competiciones domésticas, si echamos un vistazo a las clasificaciones nos encontramos con que en los países con más tradición futbolística ninguno de los actuales líderes son los equipos que vienen marcando tendencia desde hace años, por no decir, desde siempre, salvo en el caso de LaLiga donde el Real Madrid, a pesar de no estar realizando un fútbol brillante, le ha bastado para colocarse al frente de la tabla, una posición que bien podría igualar un irregular FC Barcelona que esta a tres puntos pero con un partido menos.

En el resto de competiciones al menos, hasta la fecha, sus líderes son equipos con los que nadie contaba y es que se están dando unos resultados, cuando menos, sorprendentes, como ese 7-2 que le endosó el Aston Villa a todo un Liverpool, equipo el de la ciudad de los Beatles considerado, junto al Bayern Munich, entre los mejores de Europa. Pero si los de Jurgen Klopp dieron la de arena y de qué forma, peor le va al Manchester City de Pep Guardiola que en tres partidos ha sumado solo 4 puntos -ocupa el décimo cuarto lugar-, con derrota en casa de esas que duelen, por dos 2-5 ante el Leicester.

Así, en la Premier League marcha al frente el Everton de un viejo conocido, Carlo Ancelotti, que ha hecho pleno en sus cuatro partidos, marchando con 12 puntos, a tres del segundo clasificado, el sorprendente Aston Villa que lleva un partido menos y el Liverpool va quinto con 9 puntos. Aunque lo de un histórico como el Manchester United es para echarse a llorar ya que ocupa el décimo sexto lugar, con solo tres puntos en otros tantos partidos, habiendo sido humillado por el Tottenham de Mouriño que le hizo media docena de goles en el último partido disputado en el estadio de Old Trafford.

Serie A. Pero si en Inglaterra las cosas van como van, más llama la atención, aunque seguramente al final arriba estarán los de siempre, la clasificación de la SerieA italiana capitaneada por el Atalanta que suma 9 puntos en tres encuentros, los mismos que el Milan, seguidos ambos a dos puntos por el Inter de Conte. Por su parte la Juventud de Cristiano Ronaldo, eso sí, con un partido menos, ocupa el octavo puesto con 4 puntos de seis posibles.

Si a continuación nos vamos a la Bundesliga, territorio Bayern Munich por excelencia, el actual líder no es un desconocido, pues el Leipzig ya sacó la cabeza la pasada temporada en plena Champions League. Lo que llama la atención es que en tres partidos haya conseguido 7 puntos los mismos que Augsburgo y Frankfurt, a los que siguen a solo un punto los dos equipos que figuran como favoritos en todas las quinielas, que no son otros que el flamante campeón de Europa, Bayern y el Borussia Dortmund.

Precisamente los de Hans-Dieter Flick se vieron sorprendidos hace dos jornadas por el Hoffenheim, que le endosó nada menos que un contundente 4-1 y a punto estuvieron de ceder un empate en la última jornada ante el Herta al que doblegaron con cuatro goles de Lewandowski, el último, que sería el del triunfo, conseguido de penalti en el tiempo de descuento.

El PSG, cuarto. Y es que como te confíes lo más mínimo, en esto del fútbol el más tonto hace relojes y sino que se lo digan al multimillonario PSG que lleva años imponiendo su dominio en la Ligue1 pero que tras jugarse las primeras seis jornadas se tiene que conformar con ocupar el cuarto lugar, con 12 puntos, a dos de los líderes Rennes y Lille y a uno del Lens que marcha tercero. Aún le escuece a Neymar y compañía la derrota, en la primera jornada, ante el Lens.

Un situación atípica. Cierto que apenas llevamos unas pocas jornadas y que no sirven para sacar muchas conclusiones, salvo esas goleadas encajadas por equipos punteros ante rivales inferiores y que podrían tener su explicación en todo lo que está rodeando al mundo del deporte en general y al fútbol en particular, con una pretemporada atípica, unos equipos que llevan meses descansando y otros que han estado jugando hasta finales del mes de agosto y a los que les está costando coger, de nuevo, el ritmo a la competición.

Pero, también es cierto que muchos de los favoritos que ahora están atravesando por dificultades, al final ya veremos cómo van a estar ahí luchando, como siempre, por llevarse el gato al agua.

Sin olvidarnos de que seguimos con protocolos estrictos para combatir la covid-19, lo que impidió, en su momento, entrenar con normalidad y más a aquellos equipos que por diversas circunstancias han tenido una pretemporada mucho más reducida y, encima, sin el ambiente que da el contar con público en los estadios lo que afecta a todos los equipos pero, seguramente, a algunos más que a otros y ya no digamos a la hora de presionar al árbitro de turno.

A LA BAJA Dicen que a la fuerza, ahorcan. Lo que está meridianamente claro es que en esta época de pandemia todos, incluidas las entidades deportivas, tenemos que apretarnos el cinturón por lo que en cuanto al fútbol se refiere no puede sorprender que el mercado de verano, en concreto en los clubes españoles, estuviese marcado por la austeridad lo que puede que también acabe mermando el potencial de nuestros representantes en las competiciones europeas. Este año las compras y las ventas han ido parejas. Se compró por valor de 409 millones de euros y se vendió por 405 cuando el pasado año esas cifras eran de 1.310 millones en compras y 992 en ventas.

Salvo el Sevilla, que ha sido un club que de la mano del siempre activo Monchi ha reforzado todas sus líneas con incorporaciones que ya están ofreciendo un excelente rendimiento, el resto apenas se han movido. Llama la atención el caso del Real Madrid, que a la espera de poder incorporar el próximo año a Kylian Mbappé, no ha hecho una sola compra -todo su remanente parece destinado a la renovación del Bernabéu- y, sin embargo, ha prescindido de jugadores que tenía cedidos como Acharf, Reguilón y Óscar, además de desprenderse de dos activos como James y Bale -este en calidad de cedido- para aligerar así el dinero de las nóminas.

Y otro al que no le quedó más remedio que desistir de fichar a Eric García y Depay, es el Barcelona que se tuvo que comer con patatas a Dembelé, al que querían colocar en el Manchester United, además de repescar a Coutinho, aligerando la nómina con la salida de Rafinha, casi regalado, al París Saint Germain y la cesión de Miranda y Todibo, al Betis y Benfica, respectivamente.

El otro miembro del triunvirato, el Atlético de Madrid, se las prometía felices cuando el último día llegó el Arsenal con la chequera y se llevó a Thomas, un centrocampista con el que contaba, y mucho, Simeone, pero que no se sentía valorado por los dirigentes por lo que decidió irse a la Premier donde, eso sí, le triplicarán su ficha.