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Vivir la vida

    CUANDO el premio Nobel portugués José Saramago afirma que “la vida hay que vivirla”, nos está recordando que la vida no consiste sólo en existir, pues todo lo que tiene vida existe pero no todo lo que existe tiene vida.

    La vida no consiste solo en durar sino en ser conscientes de su temporalidad, por eso se dice que, paradójicamente, la vida tiene valor porque conduce a la muerte y que por eso se llaman seres vivos, precisamente, a los que mueren.

    El valor de la vida depende de su temporalidad. Si el hombre no muriese, la vida no tendría valor, pues éste reside, precisamente, en su extinción o desaparición.

    Para los místicos, la vida es el medio necesario para alcanzar la Gloria, pues sólo los méritos que se adquieren en la tierra sirven para conseguir la salvación. De ahí surge la paradoja del misticismo que se refleja en la frase de Santa Teresa “vivo sin vivir en mí y tan alta dicha espero que muero porque no muero”.

    Por otra parte, el filósofo existencialista Heidegger consideraba al hombre como un ser para la muerte y creía que no sería posible una vida auténtica sin afrontar las verdades de la existencia, de las que la muerte es una de ellas.

    Vivir y actuar son sinónimos, pues sólo tiene sentido la vida si nos sirve de estímulo para vivirla. El valor de lo que existe depende de que pueda desaparecer, de tal manera, que un objeto o un bien cualquiera sólo tienen valor si realmente es necesario conservarlos para evitar que dejen de existir o desaparezcan.

    Es cierto que las cosas no existen para siempre, ni desaparecen definitivamente, cambian y se transforman pero sólo lo que dura tiene valor cuando se sabe o se teme que puede desaparecer o perderse.

    En relación con este tema, no es ocioso recordar que el valor de los bienes depende de que en ellos concurran las tres condiciones siguientes: ser raros o escasos, tener utilidad y el apremio de su necesidad, de tal manera que un bien por muy raro o escaso que sea y por mucha utilidad que tenga, carece de valor si no es demandado o querido por la sociedad.

    06 oct 2021 / 01:00
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