Voz y piano en el “IX Ciclo Hilario Courtier”, en el Paraninfo da Universidade

Primer concierto del “IX Ciclo Hilario Courtier”, en las programaciones del Conservatorio Profesional Superior de Música, que se convoca en el Paraninfo da Universidade-20´30 h-, y que ofrecerá la sesión de clausura en el Auditorio del propio Conservatorio. Alba Díaz Taboada, estará acompañada al piano por Clara Santos Blanco, para ofrecernos un par de piezas, “Lachen und Weinen D. 777” (Reír y llorar), de Franz Schubert, perteneciente a un grupo de cinco poemas, que destacan por su belleza y la ostensible diferencia entre ellos y que en este caso, la parte del acompañamiento pianístico es realmente importante, en la que una docena de compases de ritornelos, preludian, posludian y unen las dos partes del “lied”, caracterizado por su temple ágil y animoso, teñido de un estimulante humorismo. Gabriel Fauré, tendrá “Adieu”, a partir de un texto de Charles Grand-Mougin, en Sol b M (Moderato), de este ciclo fundamental, que venía a ser muestra y testimonio de la gran actividad de este creador, generoso en la entrega de breves piezas y que se sitúa aproximadamente hacia 1878, al mismo, pertenecen “Chanson d´amour”, “En prière”, “Claire de lune” o “Les Roses d´Ispahan”, ya sobre poéticas distintas, pero ejemplo de su sobresaliente dominio de este género.

Siguiendo con Fauré, y para mayor satisfacción “Aprés un rêve”, en Do M. (Andantino), de la serie “Mélodies en recueil” , que nos traslada a una poesía toscana anónima, en traducción versificada por el poeta y cantante Romain Bussine, y que también pertenece al año 1878, pieza como se sabe, especialmente interpretada por su cantantes más prestigiados, por lo que abundan los registros discográficos de excelente aceptación, por lo que guarda de genuina obra de arte en cuanto a su delicadeza, que invitó igualmente a la realización de interesantes transcripciones. El final, se resuelve en un comedio y largo suspiro de desvanecimiento, que resulta especialmente atractivo. Para su interpretación, tendremos a David Montoto Pintos, asistido al piano por Xiao Pereiro Soto.

Jenifer Paz Caneda, con el pianista Martín Vispalia Otero, de nuevo con Franz Schubert en otro de los lieder del grupo perteneciente a esos cinco sobre la poética de Rückert, adalid señero del espíritu y la sensibilidad romántica crecida de ánimo, se trata de “Du bist die ruh D. 776” (Tú eres la paz), el anterior al que se escuchará previamente, un poema que en un principio contenía cinco pequeñas estrofas iguales de cuatro versos cada una. El músico agrupará los cuatro primeros de dos en dos, repitiendo la última. Un tranquilo preludio del teclado, en Mi b M., da entrada al “lied” y un ritornello une los tres grupos de estrofas. Los dos primeros grupos son una repetición idéntica en ls que viene a ser una plegaria que no altera el ánimo de la pieza. Felix Mendelssohn, con la breve “Romance”, dentro de su amplísimo catálogo de grupos como los “Lieder und Gesang Op. 8 y 9”, o los “Sechs Gesänge Op. 47”. Importantes serán las diferencias de los suyos, con respecto a los de Robert Schumann, ya que él se veía como un heredero de la Escuela de Berlín, que provenía de Krause, C.Ph. E.Bach, Schulz, Reinhardt o Zelter. Fue la década gloriosa que iba desde 1820 a 1840, la que este género arraigó en toda una generación de músicos, en especial en los países alemanes.

Mozart, que nunca falta, estará con dos de sus “lieder”, de los que serán intérpretes Clara Santos Blanco, cantante, con el acompañamiento al piano de Iria Bra Suárez. “Sehsucht nach dem frühlinh K. 596” (Anhelo de primavera), de un grupo de tres composiciones para soprano y piano de comienzos de 1791, y que fueron editadas por Alberti, en Viena. Un tiempo en el que el salzburgués entregaba a las obras para ballet y para el carnaval vienés, quedando como “Drei Teusche Lieder” siendo los últimos profanos escritos antes de la obertura de “Die Zauberflöte K. 621”. El tema del “lied” en cuestión, evoca el final del “Concierto K. 595”, el mismo que se había inspirado en la melodía popular Ich bin ein Schwabenmädchen” (Soy una joven bávara). El otro “lied”, será “Gessellenreise K. 168” (El viaje de los compañeros), ejemplo de espiritualidad emotiva y que ofrece la alternativa de escucharse con acompañamiento de órgano. Mientras abordaba el “lied”, se enfrentaba a obra de gran calado, como los “Conciertos para piano K. 466 y K.467”.

Cristina Castro Pintos con Víctor Camacho, al piano, se decide por “Venice” de Charles Gounod, encuadrada en la serie del “Recueil A”, y para la que tomó un poema de Alfred de Musset, de 1842, puro estilismo dentro de la “mélodie” en sus mejores trazos, al que también corresponden “Audabe”, que no traslada a Victor Hugo, o la “Chanson de printempts”, sobre Tourneux. Las piezas que fueron cayendo cual goteo, a partir de febrero de 1855, estimularon en el compositor la necesidad de completar un ciclo entero, que es este primer grupo que se editará en 1863. Un Donizzetti por “Il barcariolo”, casi un detalle disperso entre las piezas de corte cameristico, del que será santo y seña las Nuits d´éte à Pausilippe”, un capricho irrenunciable en galas líricas, que se deciden por tenerle en cuenta.

Andrea Torrado Garcia, también con el pianista Víctor Camacho, vuelve a Gabriel Fauré, con “Aurore”, del mismo grupo que “Adieu”, pieza en Sol M. (Andante), con texto de Silvestre y que pretende evocar el mundo de la noche, enaltecido por la sinuosidad de un melodismo continuo, tan en el dominio del músico. Se acepta que el texto tiene en realidad poco interés, pero es la música en sí misma la que le concede auténtico sentido y valor. Para completar, Robert Schumann con el primer “lied” del ciclo “Myrthen Op. 25”, uno de los más apreciados. “Widmung”, sobre texto de Rückert, era una dedicatoria a s compañera y que pone un primer peldaño en su acercamiento a Heine. Schumann, en un arrebato de inspiración, se entregó pasionalmente a la realización de una serie de 26”lieder”, un puro florilegio que tendrá continuidad en ciclos como “LiederkreisOp. 39”