y negocio para los jeques del petróleo
el acuerdo lleva el nombre de uno de los tres patriarcas del judaísmo en una evidente demostración de coherencia. Es lo que es. Un paso más del posicionamiento de Israel en el mundo. Claridad y/o desfachatez se convierten en sinónimos en esta ocasión.
Por su parte, la foto da para explayarse. Una reunión de compañeros de intereses entre los que nunca ha habido guerra alguna que justifique un acuerdo de paz. El argumento es que con este movimiento consiguen neutralizar las intenciones de Irán y acabar con el conflicto palestino. O sea, un acuerdo que pretende imponer la paz. Los señores de la guerra, los poderosos del terror, luchando por la paz. Contradictio in terminis que tiene un significado. Unos tienen muchísimo dinero, los otros la tecnología y las armas. Firman un pacto comercial de aprovisionamiento militar y le llaman acuerdo de paz. Niquelado.
Además, en la foto vemos a los nuevos en las esquinas. Un motivo protocolario es que EAU y Baréin enviaron a ministros y no a presidentes. Otro es que se trata de corporaciones económicas con forma de estado de corta historia, incluso menos que Israel. Se trata de dos recientes protectorados del Reino Unido que se declaran independientes a principios de la década de los 70 del pasado siglo. Hoy siguen siendo dos monarquías absolutistas, que vulneran sistemáticamente los derechos humanos, donde no existe la vida digna y las condiciones del trabajo son inadmisibles. Son “países” en bancarrota donde todo el dinero está en manos de sus dirigentes. Estas fortunas las sitúan fuera y para poder funcionar con regularidad, se ven obligados a aceptar los chantajes que finalmente derivan en estos acuerdos comerciales encubiertos.
Es también, la siguiente foto necesaria del álbum, la que tiene que venir después de aquella del acuerdo del siglo de hace unos pocos meses. Allí aparecía el yerno sionista de Trump, Jared Kushner, y aquí sigue estando, aunque ausente. Esto también lo cuenta la instantánea. Y lo cuenta porque detrás de esas dos imágenes, está la constatación del poder del sionismo en el mundo. Del cada vez mayor poder de decisión que ostentan en EE.UU. y Europa. Una Europa que sigue cautiva, ambigua en los mensajes y cobarde en los silencios.
Irán y Palestina no son los enemigos a batir, son los cebos necesarios para concentrar la atención por un lado y así distraernos sobre el gran objetivo por el otro. Hoy son ellos y mañana nos puede tocar a nosotros. Todo está escrito. Pablo Neruda dijo: “Podrán cortar las flores pero no podrán detener la primavera”, esperemos que así sea.