El Armagedón nuclear está más cerca que nunca desde el inicio de la invasión

Kamikaze, loco, terrorista, enfermo, criminal, asesino, depravado, desnortado... Son muchos y muy variados los adjetivos que, a lo largo de estos meses, desde el inicio de la guerra en Ucrania, se han venido utilizando para definir al presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin. Todos ellos van en una única dirección: un hombre despiadado al que no le importa llegar hasta las últimas consecuencias en un conflicto que para la comunidad internacional ya habría perdido.

Y sabido es que cuando el animal se siente acorralado, en muchas ocasiones, decide terminar con su vida antes de que lo hagan otros. Trayendo el símil a la situación de conflicto actual: si Putin se ve acorralado (y lo está cada vez más), ¿quién sabe lo que sería capaz de hacer? Pero hay algo que ronda por la cabeza de todos: el inicio de una guerra nuclear y el consecuente fin del mundo tal y como lo conocemos.

Bien es cierto que son ya muchos los meses que se lleva hablando de esta posibilidad, desde el momento en que los soldados rusos entraron en la central nuclear de Zaporiyia y en la de Chernóbil para hacerse con su control. Sin embargo, ahora hay toda una serie de factores sumatorios que hacen que el Armagedón (si así se le quiere llamar) esté más cerca que nunca desde el inicio de la guerra el pasado 23 de febrero.

Después de los referendos llevados a cabo en las autodenominadas Repúblicas Independientes de Donetsk y Lugansk el pasado mes de septiembre, nada se sabe sobre la anexión a Rusia de estos territorios. La resistencia internacional no está siendo tarea sencilla de esquivar para el Kremlin y esto está desesperando cada vez más al régimen.

Así las cosas, las amenazas nucleares siguen cayendo a cuentagotas. Este mismo martes empezaban los entrenamientos nucleares anuales del ejército ruso con un vuelo sobre el océano Pacífico de más de doce horas, surcando el cielo del espacio internacional de los mares de Bering y Ojotsk (fronterizos con Estados Unidos), así como el océano Pacífico. Se trataba de dos bombarderos cuatrimotores TU-95MS (un diseño de los años 50 del siglo pasado), acompañados de interceptores MiG-31 de largo alcalce de la Flota del Pacífico.

Aunque se trata de maniobras anuales que no deberían ir más allá de eso, de simples maniobras, lo cierto es que la OTAN parece haber querido curarse de espantos, y ya que estas estaban programadas y eran de conocimiento público, un día antes, el lunes, empezaron los ejercicios de disuasión nuclear de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con la presencia de bombarderos B-52 con base en Estados Unidos. Los vuelos se llevaron a cabo sobre los cielos de Bélgica, Reino Unido y el mar del Norte.

Y es que más vale prevenir que curar, sobre todo sabiendo que de un país como Rusia no hay que presuponer nada, pues las sorpresas que trae consigo, como ya se demostró con la inesperada invasión a Ucrania en febrero, no suelen ser buenas.

EL GERMEN NO AFECTARÍA SOLA A EUROPA. Y que nadie se equivoque, pues pese a lo que pueda parecer estando en el lado europeo, Rusia no está sola en su locura de prestarse a iniciar una guerra nuclear. Sus tradicionales aliados, entre los que se encuentra Corea del Norte, también han mostrado ya sus cartas. Fue el pasado 4 de octubre cuando el país asiático lanzó lo que se presume fue un misil balístico de alcance intermedio sobre el norte de Japón, lo que obligó al gobierno del país nipón a emitir una advertencia para que los habitantes de la isla de Hokkaido buscaran refugio en sus sótanos, además de a suspender temporalmente algunos servicios de trenes.

El misil terminó cayendo en el océano Pacífico, a unos 3.000 kilómetros de Japón. Con todo, lo novedoso del hecho es que esa fue la primera vez que Corea del Norte lanzó un misil sobre el espacio aéreo japonés desde el año 2017. Y, ahora, va un paso más allá, con el anuncio de una séptima prueba nuclear, esperada para antes de las elecciones de mitad de periodo de Estados Unidos, fijadas para el próximo 8 de noviembre. Esta posibilidad fue, sin ir más lejos, admitida por el Gobierno ruso ya en el mes de agosto.

Con este panorama, puede comprenderse que el germen de la guerra nuclear no solo afectaría a Europa, sino que la extensión de la misma ya llega a todo el planeta.

UN MUNDO CON DOS BANDOS ENFRENTADOS. Actualmente en el mundo existen cinco países que forman parte del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT), un tratado que restringe la posesión de armas nucleares a aquellos territorios que no habían detonado un ensayo nuclear antes de 1967. En él, actualmente, solo están integrados los cinco países, precisamente, que sí realizaron este tipo de ensayos antes de 1967 y que, por tanto, aún estando adscritos al tratado, no tienen que desmantelar sus arsenales nucleares: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China.

Dentro de este grupo, en caso de que llegase el supuesto Armagedón, se trataría de un tres contra dos: Estados Unidos, Reino Unido y Francia contra Rusia y China. Sin embargo, habría que contar aquí con la entrada en juego de otros cinco países que tienen armas nucleares, pero que realmente se encuentran fuera del tratado, porque no realizaron ejercicios posteriores a 1967 y, por tanto, no consideran justo que por entrar en el tratado tengan que desmantelar sus arsenales.

Se trata de India, Pakistán, Israel, Sudán del Sur y Corea del Norte, todos ellos clave para Rusia y con una predilección abiertamente declarada por Putin por parte de dos de ellos: Corea del Norte y Sudán del Sur. Ahora bien, ¿cuál es el verdadero poder nuclear de cada uno de estos países?

Rusia por sí sola ya ganaría de calle a todos los demás, con nada menos que 1.444 ojivas nucleares desplegadas en 527 bases, misiles balísticos lanzados desde submarinos y ojivas destinadas a bombarderos pesados. Si se cuentan también las ojivas no desplegadas, almacenadas o esperando desmantelamiento, el arsenal total llegaría a 6.370 armas. Por su parte, China, tendría unas 290 ojivas y aproximadamente 90 misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear. Corea del Norte, mientras, ha realizado al menos seis pruebas nucleares desde 2006 y en 2017 afirmó haber realizado con éxito su primera prueba de un misil balístico intercontinental. Además, cada año contaría con el suficiente plutonio y uranio enriquecido para fabricar 12 ojivas.

En la parte contraria, Estados Unidos tiene 3.750 ojivas nucleares en su arsenal y 2.200 a la espera de ser desmanteladas. Pero Francia no superaría, en ningún caso, las 290 ojivas nucleares; y Reino Unido, no llegaría a las 225. Puede verse, por tanto, que las fuerzas son muy dispares para dar inicio a la guerra.