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Del muy bien al “pregunta tú”: así pasó el emérito por Galicia

El momento más tenso, que derivó en risas, llegó cuando el monarca contestó con un “¿explicaciones de qué?”

Con americana azul y corbata granate, así llegó este lunes Juan Carlos I al Palacio de la Zarzuela –arropado por medio centenar de simpatizantes con sus respectivas banderas españolas– para reunirse con su hijo, el rey Felipe VI, y su mujer, la reina Sofía, así como demás miembros de la su familia al amparo de un reencuentro que la Casa Real enmarca en un evento “privado”. No se distribuyeron fotografías, como sí sucedió en alguna otra ocasión similar, y los periodistas tampoco pudieron acceder a las instalaciones donde se desarrolló la cita. Lo único en claro, a falta de imágenes y declaraciones, son los múltiples interrogantes que dejó el viaje a Madrid, última parada antes de su regreso a Abu Dabi.

La transparencia durante su visita a Sanxenxo, en la que cámaras y reporteros pudieron seguir de cerca al Borbón, campeón del Trofeo Viajes InterRías con el ‘Bribón’, chocó con el hermetismo que se vivió ayer en la capital, que el exmonarca pisó tras aterrizar en el Aeropuerto de Barajas para dirigirse a la Zarzuela.

Pasadas las 10.00 horas ya estaba a las puertas del palacio, vestido más formal que en la localidad pontevedresa, en este caso con chaqueta azul y corbata granate. Sentado en el asiento del copiloto –como fue común verle a lo largo de estos días– y escoltado por otro coche de seguridad, allí recibió el calor de aproximadamente 50 personas que estaban congregadas para animarle. Entre gritos de “¡viva el rey!” y el color rojigualda de las banderas que portaban los simpatizantes que apoyaban al emérito, Don Juan Carlos entró en la que fuera su residencia durante casi seis décadas (57 años).

Preguntado por lo que esperaba de la visita a su hijo, insistió en “abrazos” y de nuevo dio “muchas gracias por todo” a los periodistas. Conforme manifestó su amigo Pedro Campos –empresario, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo (RCNS) y anfitrión del Borbón– el rey no estaba “para nada nervioso”, sino que se encontraba “muy tranquilo y con ilusión” de volver a ver a su familia.

La reunión, que duró más de los previsto (casi medio día) y atrasó a las 22.00 horas el vuelo de vuelta del exmonarca a Abu Dabi, se enmarcó en un acto que la Casa Real definió como “un encuentro familiar en el ámbito privado”. El mismo no se incluyó en la agenda de actividades oficiales de Felipe VI por lo que los medios de comunicación no pudieron acceder a la Zarzuela.

Asimismo, no se distribuyeron fotografías de la cita, algo que tampoco estaba previsto pese a sí haberse hecho en casos parecidos como en el arranque escolar de Doña Leonor en Gales; o en las celebraciones de 2018, cuando Don Juan Carlos y Doña Sofía cumplieron 80 años.

Tras la visita, la Casa Real emitió un comunicado dirigido a los medios en el que informaron brevemente de la visita. Según el mismo, padre e hijo mantuvieron “un tiempo amplio” de conversación sobre distintas “cuestiones familiares” así como sobre diversos hechos y su impacto en la sociedad española.

A continuación, añade el escrito, tuvo lugar un almuerzo familiar al que acudieron el rey Felipe VI y la reina Letizia, la infanta Sofía, Don Juan Carlos y Doña Sofía; así como la infanta Elena y sus hijos, Froilán y Victoria Federica; la infanta Margarita, hermana del Borbón, y su esposo, el médico Carlos Zurita.

En este sentido, fuentes de la Zarzuela indicaron que Doña Sofía –que junto a al rey Felipe VI no ha visitado en estos casi dos años al emérito– no pudo compartir la comida “al haber dado positivo por Covid a su regreso de Miami”, aunque estuvo con su familia en el salón “provista de la preceptiva mascarilla y las medidas de ventilación correspondientes”.

Del mismo modo, la Casa Real dejó claro que, como hizo público en su carta al rey vigente el pasado 5 de marzo, el abdicado manifestó en primer lugar, “su voluntad de establecer su lugar de residencia de forma permanente y estable en Abu Dabi por razones personales”; y en segundo lugar, “su decisión de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado, tanto en sus visitas como si en el futuro volviera a residir en España, para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible”.

“Todo ello, junto con los demás extremos que figuran en dicha carta, constituye el marco de referencia de las actividades” de Don Juan Carlos”, remata la nota, enviada una vez el exmonarca ya había dejado el palacio y sin ninguna imagen adjunta: lo que plantea ciertos interrogantes.

Juan Carlos I, que pasó 3 días y 4 noches en Galicia tras aterrizar el pasado jueves después de 21 meses de exilio voluntario en Abu Dabi sin pisar España, hizo algunas declaraciones en la comunidad que han finalizado con un “explicaciones de qué” tras empezar con un agradecimiento por una acogida “muy buena”.

Su caravana de seguridad no pudo poner coto a los momentos en que el emérito quiso dirigirse a los medios de comunicación, al causar gran expectación mediática su presencia en la localidad de Sanxenxo.

El primer contacto con la prensa (con conversación incluida) fue al día siguiente de su llegada, cuando recogió un regalo entregado por una periodista, mientras que la última ocasión en la que ocurrió fue un tú a tú el pasado domingo por la tarde noche cuando el anterior jefe de Estado contestó a una serie de preguntas antes de volver al chalé del regatista Pedro Campos: empresario, amigo personal y anfitrión del rey.

JUEVES 19 DE MAYO. Cuando su avión privado tomó tierra, en Peinador (Vigo), el monarca fue recibido precisamente por Campos, su mujer Cristina Franze (que grabó a los periodistas desde el coche), y la infanta Elena, que lo había estado esperando en una sala exclusiva tras llegar en un vuelo regular de Iberia.

En el lugar de Nanín, donde se encuentra la residencia en la que se hospedó el emérito, a la altura del callejón que conduce a la vivienda con un solo punto de entrada y de salida, bajó la ventanilla para saludar y levantó el pulgar cuando fue preguntado por si estaba todo bien. En esta línea, los trayectos en el Volvo de Campos y los interrogantes lanzados al Borbón, que respondía desde el automóvil de su confidente, fueron una constante en este fin de semana marcado por la inestabilidad de las condiciones climatológicas.

VIERNES 20 DE MAYO. En su reaparición en el Real Club Náutico de Sanxenxo, flanqueado por Campos, presidente del mismo, el emérito se dio un baño de masas y no dudó en recoger unos zuecos que le entregó una periodista de la Televisión de Galicia con las imágenes de la reina Sofía, en uno, y de él en otro.

Con la reportera tuvo un breve encuentro sin micro para conocer la historia del sorprendente obsequio.

SÁBADO 21 DE MAYO. Al día siguiente, en la zona portuaria y a bordo del vehículo de Campos, una vez más, el rey dio las gracias porque su estancia estaba siendo “muy buena”.

Con la jornada de regata en la que iba a participar cancelada, pudo fundirse el emérito en un cálido abrazo con su nieto Pablo Urdangarín al término del partido de balonmano que el joven deportista disputó en Pontevedra con el Barça B en el pabellón del Club Balonmano Cisne, que logró el ascenso a la Liga Asobal, máxima competición nacional, con su victoria ante el filial blaugrana.

En ese pabellón tuvo una caída que finalmente quedó en nada. Horas más tarde diría que con su nieto muy bien, “todo estupendo”.

DOMINGO 22 DE MAYO. Al dejar el puerto de Sanxenxo tras una entrega de premios, el padre de Felipe VI respondió a unas cuestiones de La Sexta centradas en el reencuentro este lunes con su hijo, con la reina Sofía y otros miembros de la familia en el marco de lo que la Casa Real considera un acto privado.

Qué le iba a decir al rey fue la primera interpelación de la cadena televisiva. “¿Perdón?”, la respuesta. “Que qué le va a decir mañana (por hoy) a su hijo...”, segundo intento. “¿Como que qué le voy a decir?, ¿tú que le dirías a tu hijo”, la réplica. “Supongo que tendrá ganas de verlo”. “Muchísimas”, la reacción más clara.

Entonces se produjo el momento más tenso. “¿Le va a dar algún tipo de explicación?”. “¿Explicaciones de qué? (risas). Ahí el motor arrancó. El motor del mismo vehículo (el particular de Campos) que ayer lo llevó al aeropuerto vigués de Peinador para volar a Madrid. En el aeródromo Juan Carlos I dio las “gracias”.

En la jornada dominical tuvo dos acercamientos más a los medios. En un primer instante, el Borbón había rehusado hacer declaraciones a la prensa, pero, tras desayunar y pasar en el interior del club algo menos de una hora, abandonó las instalaciones rumbo al pantalán y, en ese momento, sí atendió a los periodistas.

“Pregunta. Pregunta tú”, le dijo a uno de los informadores que le inquiría acerca del encuentro con los miembros de la Casa Real, una respuesta dada en un tono seco y cortante, cerrada con un gesto con su mano derecha. “Yo estoy aquí, en Sanxenxo”, añadió acto seguido.

Y, más tarde, tras más de dos horas en el mar, el emérito regresó a tierra y participó en una entrega de trofeos, donde él mismo recibió el galardón que acredita a su embarcación como la ganadora de la prueba, en un escenario al que subió junto a Campos y los demás integrantes de la tripulación del Bribón 500.

A su salida de esa ceremonia, y de nuevo desde el coche de Pedro Campos, Juan Carlos I atendió otra vez más las preguntas de la prensa y sus palabras fueron más amables que por la mañana. “Muchas”, fue su respuesta acerca de las ganas de ver a su familia. Y dijo, además, esperar de ese encuentro “muchos abrazos”.

Simpatizantes
“Queríamos darle cariño”

··· A las puertas de la Zarzuela, varias decenas de personas se congregaron para recibir al emérito en el que fue su único día en Madrid. “Queríamos demostrar nuestro cariño al rey padre. Espero que tengamos ocasión de verle muchas más veces y demostrarle el agradecimiento por todo lo importante que ha hecho por España”, dijo Fernando a EFE-TV. Por su parte, Elena mostró su deseo de que Don Juan Carlos regrese lo antes posible y “se quede en España” de manera indefinida, “porque el país le necesita”, mientras Ana manifestó que el anterior jefe del Estado “ha hecho por España lo que no ha hecho nadie”.

··· Entre otras personas que brindaron apoyo al exmonarca estuvo también Carlos Espinosa de los Monteros, alto comisionado de la Marca España durante el Gobierno de Rajoy.

Más tirar que aflojar en torno a la figura del Borbón

Santiago. A nivel político, el paso de Juan Carlos I por España no ha hecho otra cosa que despertar un debate que parecía cerrado –por lo menos en buena parte de los hogares de nuestro país– y ahora ha vuelto para quedarse, como parece que también desea hacerlo el emérito.

En esta línea, el Ejecutivo central lamentó ayer que el Borbón perdiese la oportunidad de pedir perdón a los españoles y dar cuenta de los hechos “nada éticos” que le rodean. Así lo dijo la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, mientras el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, reiteró que el monarca debe dar explicaciones. A ambos se sumó Podemos, retando al rey vigente a que “ dejar de ser inviolable” y rendir cuentas si aspira a ser “mejor” que su progenitor.

Por la derecha, la postura es completamente opuesta. Al eurodiputado Jorge Buxadé le parece “razonable” que un español venga a España, vea a sus hijos y sus nietos” y cree que no es Zarzuela sino Moncloa quien debe dar explicaciones, pero en este caso por sus políticas. Por su parte, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó este lunes a Pedro Sánchez de “desprestigiar” la jefatura del Estado, señalando que es el “más irrespetuoso e irreverente con todas y cada una de las instituciones”.

Desde Galicia, el nuevo presidente de la Xunta y del PP gallego, Alfonso Rueda, se limitó a señalar que es Juan Carlos I y solo él quien debe decidir si da explicaciones. Otros compañeros de su partido, como el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, o la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmaron que hay que “desdramatizar” las visitas del emérito cuanto antes y transmitieron “la mayor de la simpatía y aprecio” hacia su figura, respectivamente.

Pero no todo fueron rosas, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, remarcó que a los ciudadanos españoles les “abochorna” la “impunidad” del rey emérito, derivada de su “inviolabilidad”, una vez que admitió que “delinquió” en la regularización fiscal de su fortuna. J. GARNELO

23 may 2022 / 23:15
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