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Joe Biden: “Si China amenaza la soberanía de EEUU, actuaremos”

El presidente deja entrever que optará a la reelección en un discurso interrumpido por los republicanos al grito de «mentiroso»

Si quedaban dudas de que Joe Biden tiene intenciones de buscar la reelección como presidente de Estados Unidos en 2024 se deberían haber disipado ayer en el discurso sobre el estado de la Unión. El demócrata, a los 80 años, realizó una intervención que bien podría haber sido un acto de campaña, repasando con vigor sus logros, planteando objetivos, sin huir del diálogo pero tampoco de la confrontación con los republicanos y con un mensaje recurrente: «Acabemos el trabajo». El tono y el mensaje enérgicos de Biden no son asunto baladí. Con su edad como uno de los factores que más juegan en su contra para esa candidatura, provocando rechazo incluso entre sus votantes según una encuesta de AP, el demócrata se esfuerza por concentrarse en los resultados políticos que despejen dudas sobre su capacidad para gobernar. En ese terreno, Biden presentó con «orgullo» legislación aprobada de infraestructuras, de producción de semiconductores y de lucha contra la emergencia climática. Y presumió también de la buena situación económica, subrayando a datos como la creación de puestos de trabajo, el freno de la inflación, la caída del índice de paro al nivel más bajo en más de cinco décadas o el descenso en el precio de la gasolina.

Tensiones. Ese mensaje sobre resultados protagonizó el discurso, en el que Biden no rechazó marcar el contraste con los republicanos, que ahora controlan la Cámara de Representantes. Porque les hizo llamadas repetidas al trabajo bipartidista, incluso sabiendo que tendrá poco recorrido en cuestiones como inmigración o aborto, pero también cuestionándoles y advirtiéndoles de que usará el poder de veto cuando sea necesario. En ningún momento de su discurso lohizo más que al referirse a la batalla abierta para conseguir elevar el techo de la deuda, un paso que los conservadores amenazan con frenar mientras no haya recortes de gasto. Tras recordar que lo hicieron sin problema en tres ocasiones durante el mandato de Donald Trump, Biden dijo que ahora «algunos quieren tener secuestrada la economía si no accedo a sus planes económicos», acusándoles de querer imponer renovaciones cada cierto tiempo para los gastos en la Seguridad Social y a Medicare, el programa de sanidad pública para mayores.

Mensaje a China. En ese momento llegó uno de los choques más agudos durante un discurso que antaño era un ritual respetado pero en el que los últimos años ha ido degenerando. Y por más que el speaker Kevin McCarthy insistiera a mantener una actitud respetuosa, como sucedió en 2009, cuando un congresista del Tea Party espetó a Barack Obama «¡mientes!», esta vez varios republicanos empezaron un alboroto y la extremista Marjorie Taylor Greene gritó a Biden «¡mentiroso!». En vez de callar, el presidente reaccionó a los reventadores tirando de ironía. «¿Así que, aparentemente, ahora estamos de acuerdo en que la Seguridad Social y Medicare ya no están sobre la mesa?», dijo. En otro momento, cuando tras mencionar las 70.000 vidas perdidas por sobredosis de fentanilo en EEUU un republicano le gritó «¡es tu culpa!», Biden ha optado por el silencio.

Más allá de esos choques, los republicanos escenificó también la brecha y la división de poder que imperan en Washington regalando pocos aplausos a Biden incluso cuando tocó en su discurso uno de los temas más candentes en el momento político: las tensiones con China, intensificadas por el incidente del globo espía que fue derribado el fin de semana tras pasar unos días sobre suelo estadounidense. Y eso que el presidente, aún reiterando que «busca competición, no conflicto» con China, se mostró firme en su mensaje a Pekín. «Como dejamos claro la semana pasada, si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país», declarado. Todos al final, en cualquier caso, acabaron gritando «¡USA, USA!».

También fueron recibidas con silencios o murmullos propuestas lanzadas por el mandatario en el discurso, como subir los impuestos a las grandes corporaciones (cuadriplicando la tasación de la recompra de acciones para tratar de fomentar las inversiones a largo plazo) y a las personas de más altos ingresos. Biden hizo también en su discurso un alegato por la democracia («con democracia todo es posible, sin democracia nada lo es»), y dejó claro la acusación a su predecesor por haberla puesto en peligro, incluso sin citar a Trump directamente. Y con Paul Pelosi entre sus invitados, que fue agredido como ha recordado Biden por un seguidor de «la gran mentira» del inexistente fraude electoral arengada por Trump, el demócrata aseguró que «No debemos dar refugio a ningún tipo de odio y extremismo. La democracia no debe ser un tema partidista».

Entre los invitados de Biden estaban también los padres de Tyre Nichols, el joven negro brutalmente asesinado por una paliza de agentes de policía de Memphis, y Biden aprovechó su caso para reclamar la aprobación de leyes de reforma policial y llamó también a la prohibición de las armas de asalto y a más legislación para control de armas, de difícil aprobación en un Congreso con una cámara en poder republicano.

09 feb 2023 / 06:00
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