Retener el sur del país, absoluta prioridad para los ucranianos

Ucrania intentó este jueves con todas sus fuerzas retener el control sobre el sur del país, donde se encuentran sus principales puertos marítimos, claves para el abastecimiento de su población.

“Putin perdió la guerra. El mundo está con Ucrania”, rezaba un cartel que se podía ver en la capital ucraniana.

Rusia negocia con una mano un alto el fuego en Ucrania y con la otra sigue al pie de la letra su plan de “desmilitarización” de Ucrania y el tendido de un corredor terrestre entre el Donbás y la anexionada península de Crimea.

Ucrania logró mantener un día más su bandera en Mariúpol, principal puerto en el Azov, que Moscú quiere convertir en un mar interior para garantizar la seguridad de la base naval crimeana de Sebastópol.

“Los soldados de la horda de Putin martillean constantemente la ciudad y no nos permiten evacuar a heridos, mujeres y niños. Esa escoria no encuentra otra forma de doblegarnos”, aseguró Vadym Boychenko, su alcalde.

Acusó también a las tropas rusas de impedir el restablecimiento de los suministros de electricidad, agua y calefacción, dañar la red ferroviaria y bloquear la llegada de alimentos para su medio millón de habitantes.

“Están haciendo un bloqueo como en la antigua Leningrado. Deliberadamente destruyeron la infraestructura vital para el funcionamiento de la ciudad”, subrayó.

El mando ruso insistió, por su parte, en que sus fuerzas y las milicias separatistas prorrusas habían tomado varias poblaciones en los alrededores de esa irreductible ciudad que los rebeldes fueron incapaces de tomar en 2014.

“Las unidades de la república popular de Donetsk estrecharon el cerco alrededor de la ciudad de Mariúpol”, afirmó el portavoz de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.

Campaña de asedio total. El Ejército ucraniano espera que ahora el enemigo golpee con toda la fuerza de su puño militar el puerto de Berdiansk y las ciudades de Zaporozhie y Melitopol.

Si las tropas rusas logran enlazar esas ciudades con Jersón, urbe controlada desde hace días por Moscú, entonces el próximo objetivo sería Odesa, el puerto ucraniano más importante en el mar Negro y la base de su Armada.

“Quieren destruir nuestra Odesa, pero lo único que verán será el fondo del mar Negro”, dijo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Cuatro buques de desembarco rusos se desplazan en dirección a Odesa, mientras un avión enemigo fue derribado cuando atacaba una guarnición militar ucraniana de la región homónima.

Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, la Armada enemiga también hundió un mercante estonio, Helt, con bandera panameña y seis tripulantes a bordo, dos rusos.

“Hasta el tiempo está de nuestro lado. Hace días que en el mar hay tormenta, que, da la casualidad, también combate por Odesa al impedir el desembarco de los marines rusos”, comentó a Efe Inga Kordinóvskaya, voluntaria que distribuye ayuda a los defensores de la ciudad.

Mientras, la aviación rusa mató en un barrio residencial de la ciudad septentrional de Chernígov al menos a 33 personas y destruyó completamente Yakovlivka, un pueblo de 600 habitantes en Járkov.

“Ha llegado la hora de aumentar la presión sobre el enemigo, que ha perdido la iniciativa. Es hora de pasar a la resistencia total”, señaló Oleksii Réznikov, el ministro de Defensa, en Facebook.

Mientras, Kiev refuerza sus defensas en el interior de la ciudad. La plaza de la Independencia fue tomada por los militares, que apostaron soldados en cada esquina e instalaron barreras antitanques en la misma calzada.

Un escenario de guerra ante el que el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó que la campaña avanza exitosamente, destacó el heroísmo de los soldados rusos y denunció que los combatientes ucranianos han utilizado a extranjeros como rehenes.

En una conversación con su homólogo francés, Emmanuel Macron, aseguró que su ofensiva sobre Ucrania va “según lo previsto” y se va a recrudecer a menos que Kiev acepte sus condiciones, entre ellas la de la desmilitarización, indicaron fuentes del Elíseo, que señalaron que el presidente francés extrajo de ese intercambio telefónico que “lo peor está por llegar”.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, pidió a su homólogo ruso sentarse a dialogar porque, a su juicio, “es la única manera de parar esta guerra”. “Siéntate conmigo. No a 30 metros de distancia”, dijo en rueda de prensa.