Cataluña aplica mano dura: cierra bares y restaurantes y limita aforo en el comercio

Cierre de bares y restaurantes durante un mínimo de 15 días, limitar el aforo de los comercios al 30 %, reducir el de cines y teatros al 50 %, y suspender las actividades deportivas no profesionales, mientras recomienda limitar al máximo la movilidad. Fue la drástica decisión del comité del Plan de Emergencias de Protección Civil de Cataluña.

Se trata de una serie de medidas “dolorosas pero necesarias”, anunció el gobierno catalán, para frenar el constante incremento de contagios de la covid-19 y que prevé poder aplicar a partir del viernes a primera hora después que las valide el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Estas restricciones son “las únicas que pueden ser útiles para frenar el crecimiento” de la epidemia, según ha afirmado la consellera de Salud, Alba Vergés, que ha comparecido en rueda de prensa telemática para dar cuenta de lo acordado junto al vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Pere Aragonès; la consellera de Presidencia y portavoz del ejecutivo, Meritxell Budó; y el conseller de Interior, Miquel Sàmper.

De acuerdo con estas nuevas medidas el interior y las terrazas de bares y restaurantes deberán cerrar al público y solo podrán servir comida a domicilio, una decisión que el gremio de la restauración ya anunciado que recurrirá ante la Justicia. Una medida que se ha debido tomar, defendió Aragonès, porque en estos espacios es donde hay más “relajación” y más riesgo de contagio, pese a los esfuerzos que toman los restauradores.

El vicepresidente, que ejerce las atribuciones de presidente en funciones tras la inhabilitación de Quim Torra, ha anunciado que el ejecutivo aprobará ayudas para la restauración con una dotación inicial de 40 millones de euros y una nueva línea de avales para cubrir necesidades de liquidez.

Mientras que Budó ha explicado que se incorporará en el Código Civil catalán una cláusula llamada ‘rebus sic stantibus’ que busca “acompañar a aquellas actividades que no podrán hacer frente a su alquiler” debido a las medidas restrictivas decretadas ahora o en el futuro.

En el ámbito del comercio, Sàmper ha indicado que se mantendrán las peluquerías abiertas, mientras que se limitará el aforo al 30 % en los locales comerciales y además las grandes superficies –donde los espacios comunes deberán permanecer cerrados– de más de 400 metros cuadrados tendrán que controlar el aforo en tiempo real.

Otras de las medidas acordadas son que cines, teatros y salas de conciertos, con un aforo máximo del 50 %, tendrán que cerrar a las 23.00 horas y los usuarios deberán estar siempre sentados en butacas preasignadas. Los gimnasios también ven limitado su aforo a la mitad.

Budó explicó que también se ha decidido dejar en suspenso la competición deportiva, a excepción de la que se desarrolla a escala estatal, internacional o profesional, con el objetivo de detener la movilidad asociada a estas actividades, especialmente los fines de semana, pues los entrenamientos podrán seguir efectuándose entre semana.

Asimismo, los parques públicos y las áreas de juego infantil deberán cerrar a las 20.00 horas y se cierran al público salones de juego, casinos y bingos.

Estas restricciones van acompañadas de la “recomendación general de reducir al máximo la movilidad y permanecer en el domicilio siempre que sea posible”, en palabras de Aragonès. También se anima a teletrabajar, siempre que se pueda, y a seguir las clases universitarias a distancia, mientras se mantiene la prohibición de que las reuniones superen las seis personas. Sàmper reconoció que es “imposible” que los Mossos y las policías locales controlen en “cada casa” el cumplimiento de las restricciones para evitar el contagio del coronavirus, ante lo que ha animado a los ciudadanos a delatar a quien se salte las medidas y ha avisado de que se efectuará un control “más exhaustivo” del incumplimiento de las restricciones del que se produjo en la primera fase de la pandemia.