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martes, 23 abril 2024
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El entretenimiento en tiempos de resistencia (2)

Algunos de los protagonistas de este reportaje lamentan ver las calles llenas de vacío. Otros han dejado de conjugar el verbo salir fieles a una fe agnóstica en el teletrabajo. Uno de ellos rechaza las noticias falsas en tiempos de guerra en paz. Los hay que suspiran por aniversarios incumplidos en soledades acompañadas de videollamadas, libros o películas. Son periodistas, músicos, escritores, artistas, actores o guionistas. Ellos aportan su granito de arena cuando la distancia es el mejor acercamiento. A la vez que el coronavirus ha desterrado la vida al oxímoron, ocho rostros conocidos de la comunidad cuentan a EL CORREO GALLEGO a qué dedican la cuarentena.

“Poder salir a trabajar
me da la vida”

Noelia Rey, Reportera de ‘Malicia noticias’

Estas semanas de cuarentena, la periodista ourensana las pasa en su piso de Santiago, sola, indignada cuando escucha ciertos discursos. “Estamos sobreinformados y habría que tener un poco más de tacto. Hay cierta información que a mí no me hace daño, pero sí a mis abuelos. Siempre que hablo con mi abuelo me dice que tiene la televisión apagada porque no aguanta más”. Seguramente encienda de nuevo el botón del televisor para ver a su nieta, de domingo a miércoles, en Malicia noticias, el programa de humor en el acceso al horario de máxima audiencia de Televisión de Galicia. Pese al parón impuesto, ella sigue trabajado. “Poder salir a grabar me está dando la vida porque es el único momento en el que estoy con gente. Eso sí, cuando llego a casa por la noche me siento agotada mentalmente porque estoy los cuatro días con la presión en el cuerpo por hacer los reportajes fuera. Y eso que las medidas de seguridad que tenemos son altísimas, nos desinfectamos todo el rato y no tenemos contacto con nadie”, descubre la reportera. Noelia relata cómo fueron mutando los días de enclaustramiento. “La primera semana estaba en ‘shock’. Iba a trabajar y hacía todo como por repetición. Ahora voy siendo más consciente”.

El resto del tiempo, se alía con los fogones y se atreve a experimentar. “Cocino muchísimo. Hice por primera vez risotto. El arroz es lo que mejor se me da y también lo que más me apetece comer estos días”. No renuncia a quedarse sin postre. “Me regalaron una caja de fresas y me pregunté: «¿qué hago con esto yo sola?, se me van a poner malas» e hice, por primera vez, una mermelada”. Para rematar la faena está leyendo la novela de misterio El símbolo perdido del estadounidense Dan Brown, uno de sus escritores favoritos. “Justo quince días antes de que empezara el confinamiento mi hermano me dio el libro que me faltaba por leer”, cuenta. Cuando se quita el delantal, se enfunda en el mono rojo para devorar la cuarta temporada de la serie La casa de papel (Netflix). “En cuanto termine la entrevista, la vuelvo a poner”, sonríe y sus hoyuelos regalan luz en medio de esta brumosa tristeza.

Diestra en el manejo de las redes sociales, reconoce que no se imagina el encierro sin ellas. “En otras pandemias anteriores la gente no tenía recursos tan avanzados tecnológicamente y era más difícil comunicarse. No sé cómo harían. El móvil lo estoy cargando dos o tres veces al día, que me parece ya de enfermedad, pero lo necesito”. Su atención se centra en las ‘Instagram stories’: “Miro los vídeos porque coges ideas y pasas el rato intentando hacer lo que ves. Al final el mundo se para, pero nosotros en casa seguimos haciendo cosas”.

Una fecha ha quedado pendiente en la segunda semana de este mes de abril: la de su cumpleaños. Por eso, en cuanto este vendaval vírico termine avisa: “Me iré a Ourense para celebrar mi aniversario con una fiesta para mi familia y con otra para mis amigos”. Sin duda, no podrá faltar ni el arroz ni la mermelada.

“Hasta que no se pueda grabar con total seguridad, seguiremos paralizados”

Alejandro Jato, Actor en ‘Servir y proteger’

El único escenario posible para este actor vigués, hasta que esto cambie, es su casa en Madrid. Desde allí, contempla desde el balcón cómo esta maldita pandemia ha silenciado totalmente a su barrio. “Solo los vecino de abajo, de vez en cuando, ponen techno duro en bucle durante horas”, puntualiza Alejandro. Relajado, desvela sus rituales para sobrellevar este tiempo tan titubeante: “Veo mucho cine, hago deporte con YouTube y practico inglés por videollamada con un colega”.

Mientras, se mantiene vigilante aunque sabe que el gremio de la interpretación no saldrá incólume de esta crisis. “Fuimos de los primeros en cerrar y probablemente seremos de los últimos en volver a la ocupación”, lamenta.

En lo que concierne al teatro, le preocupa el futuro de Ricardo III, la adaptación de la obra de Shakespeare en la que Alejandro es el rostro de ocho personajes diferentes. “La gira está paralizada. La mayoría de las funciones que teníamos en el calendario se han pospuesto para otoño. Buena noticia, si es que la actividad teatral vuelve para entonces. Y, sobre todo, si se retoma como la conocíamos hasta ahora”, sentencia.

Los tentáculos de esta crisis sanitaria también se extienden hasta la ficción diaria que ve peligrar sus emisiones. Es el caso de la serie policiaca Servir y proteger en la que participa. El serial tiene asegurada su continuidad hasta el 9 de junio, pero para ello habría que retomar el rodaje, como mínimo, tres semanas antes. Ante esto, TVE amortiza los capítulos reduciendo su duración. “Llevamos parados desde que se decretó el estado de alarma y con pocas perspectivas de reanudar el rodaje pronto. Es difícil hacer previsiones. Hasta que la situación no permita volver a grabar con total seguridad, seguiremos paralizados”, aclara Jato. Cada tarde, se coloca el uniforme para interpretar a Toni Ríos, un joven agente descarado, pero muy noble que mantiene una relación con Verónica (María Molins), una mujer casada. “Un amor clandestino hay que llevarlo con mucha paciencia y mucha videollamada a escondidas”, bromea. Y lanza una idea para los guionistas: “Sería interesante llevar a la ficción la crisis del coronavirus para reflejar la labor de la Policía”.

Cuando se despoje de estos días medio vividos, Alejandro quiere acribillar a abrazos a toda la gente que echa de menos, además de celebrar su cumpleaños.

“Se está haciendo un gran esfuerzo creativo en Televisión”

Arturo Fernández, Presentador de ‘Malicia noticias’

La jaula de Arturo Fernández es un piso situado en el centro comercial Área Central. “Si viniese una hecatombe zombi podríamos sobrevivir perfectamente. Somos un barrio autosuficiente”, ríe. En este encierro ordenado por el Gobierno le acompaña un ‘click’ de Playmobil gigante a modo de guardián.“Es un caballero medieval que tiene una espada. Lo tengo custodiando la separación entre el salón y el pasillo”, admite. Para el presentador de Malicia noticias, el humor en estos tiempos “une a la gente”. Por eso, aunque en un principio dudó si mantener el programa durante el estado de alarma, ahora está convencido de que su decisión fue acertada. “Malicia noticias está haciendo una misión fundamental porque la gente está volcada con nosotros y nos manda muchas historias. Hemos reconvertido el formato. Ahora metemos muchos más vídeos de lo que hacíamos antes”, razona. Además, le resulta hipnótico analizar cómo los programas de televisión se adaptan a esta dramática situación: “Se está haciendo un esfuerzo de creatividad y de originalidad como pocas veces se ha hecho. Y en un contexto en el que está subiendo de una manera brutal el consumo de televisión. Malicia noticias se está moviendo en torno al 11% de share, expone el periodista lucense.

Tiene claro que, a largo plazo, esta batalla va a dejar un rastro profundo y no solo en lo económico. “Costará volver a la normalidad en el aspecto más interno, cultural y personal”. En cierto modo, esta crisis le evoca el espíritu de la emigración gallega. “Fue una época dura como identidad social. Se iban para vivir mucho peor. Cuando trabajé de guionista en Alalá lo más bonito era comprobar que la gente mantenía la música, los cuentos y la cultura gallega”, recuerda y no duda en citar a Luis Davila como referente del humor gallego. “Siempre refleja el carácter gallego, la retranca”.

Además de su faceta como presentador, también teletrabaja. “Por la mañana estoy preparando Diario dun inimitable, un especial con lo mejor de las cuatro primeras temporadas de Inimitables”, comparte. Cuando desembarcó el coronavirus estaba en pleno vórtice de carretera, entrevistas y guiones y tuvo que llenar de tachones su agenda de trabajo. “Tengo dos proyectos colgados. Estaba haciendo un programa musical sobre la alfarería de Niñodaguia. Teníamos a los grupos convocados y tuvimos que cancelarlo todo. Otro trabajo fue un Inimitables dedicado a Supermartes que también ha quedado a medias”, completa.

Aprovecha estos días de barbecho para tontear con la Thermomix y para cortejar descaradamente a sus orquídeas sin perder el fuelle de su acordeón. “No me da tiempo a pensar en el aburrimiento”, confiesa. Aficionado a la astronomía, intenta encontrar una explicación a esta pesadilla en las páginas de El universo en tu mano escrito por el divulgador ciéntifico Christophe Galfard, discípulo de Stephen Hawking. Y como de momento nada parece tener lógica, planifica qué hará cuando la pandemia se apague: “Primero, ir a ver a la familia y, después, disfrutar de una pinchada del grupo Monoulious Dop el primer día de sol después del confinamiento”.

02 may 2020 / 23:38
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