El oficio artesanal se revaloriza con la crisis

ORFEBRERÍA EN OUTES La pandemia ha golpeado a los artesanos, pero ha conseguido que la ciudadanía valore más su trabajo. Esto es al menos lo que nota en la desescalada el orfebre Fernando Gallego después de que en la crisis sanitaria muchas personas encerradas en sus casas se hayan atrevido con las manualidades.

Entre los de su sector ya no se escuchan frases del estilo de que cualquiera da forma a una obra en su casa en apenas una hora. Y perciben interés y ganas de conocer de manera minuciosa los detalles de elaboración y el tiempo empleado en ello, uno de los efectos de un enclaustramiento en el que ha habido muchas horas para discurrir.

Lo mismo en su caso pues, cuenta A Efe, ha tenido “tiempo de parar, de pensar, de idear nuevos diseños y de dar forma a nuevas ideas”.

Ante su tienda de Outes ha habido colas, ante lo que se ha sentido gratamente sorprendido. Como le ha ocurrido a su pareja, Paula Iglesia.

Gallego, que aprendió el oficio de muy niño viendo a su padre en su taller, explica la sensación de despachar a una hilera de clientes: “El comercio online ha ayudado en el confinamiento, pero no ha habido muchas ventas porque el ánimo de la gente no era el propicio para adquirir joyas, que son para momentos felices”. ana martínez