España se sitúa a la cola de Europa en ayudas a autónomos y pymes

Siete meses han pasado ya desde la llegada de la pandemia al continente europeo y lo peor todavía está por venir. El covid-19 ha evidenciado, más que nunca, que las políticas sociales y económicas están íntimamente relacionadas y que las unas no pueden funcionar sin las otras.

Para nadie resulta una novedad decir que España es el país más afectado por el virus, no solo a nivel de contagios, sino también de gente que se ha quedado sin trabajo. Sin embargo, pese a nuestra dramática situación, estamos lejos de ser un país de referencia aportando soluciones a pymes y autónomos, la parte más débil de la crisis económica.

La diferencia con respecto a otros países europeos reside en que España se ha convertido en la economía de los ‘aplázame’. El Gobierno, para ayudar a los autónomos, se ha centrado en el aplazamiento de sus pagos fijos (luz, alquiler, agua...), más que en proporcionar ayuda directa. Así, se permite a estos establecimientos hosteleros y de restauración acumular deudas en facturas por un valor de hasta 30.000 euros.

De este modo, se les ofrece una prórroga para que los negocios permanezcan abiertos aún sin ingresos, pero esa prórroga más temprano que tarde terminará, y ese dinero habrá que reembolsarlo a las arcas públicas. De manera que, la gran preocupación para este sector, desesperado por ver cómo día tras día se reducen sus ingresos, es: ¿realmente conseguiremos, cuando esto acabe, ingresar más que antes para solventar los pagos pendientes?

Frente a esta opción, el resto de países europeos apuesta por el apoyo a pymes y autónomos de manera directa, otorgándoles ayudas a fondo perdido para que mantengan abiertos sus establecimientos. Francia, Italia y Alemania (tres grandes economías europeas) han puesto en marcha más ayudas directas y subvenciones para el tejido empresarial. España, por contra, cuenta con el presupuesto más bajo en avales.

POCOS FONDOS EN AVALES PÚBLICOS. Así, nuestro país se convierte en el que menos fondos ha destinado a su programa de avales públicos, tanto en volumen bruto, que ascienden a 100.000 millones de euros, como en porcentaje: un 8% del PIB. El resto de grandes economías han dotado sus avales con entre tres y ocho veces más presupuesto.

Por ejemplo, Alemania ha puesto en marcha un programa de garantías públicas de 820.000 millones de euros, que equivale al 24 % del PIB; frente a los 450.000 millones de Italia, un 25 %; o los 300.000 millones de Francia, un 12 %.

Con todo, las principales diferencias entre los planes de estímulo contra el impacto económico del covid se centran en el formato de las ayudas, aún más que en la cantidad de las mismas.

ITALIA SE CENTRÓ EN FRENAR EL DESPIDO DE TRABAJADORES. Italia, nada más ser conocedora de la crisis que se avecinaba, aprobó un decreto ley para impedir el despido de trabajadores. Además, suspendió el pago de facturas, impuestos e hipotecas a través de moratorias, no con prórrogas como en el caso de España. Por su parte, los autónomos también recibieron ayudas especiales, ya que el paquete ‘Cura Italia’ ofrecía un total de 25.000 millones de euros para financiar distintas medidas laborales.

Además, en la última semana, para aliviar el cierre impuesto por el Gobierno a partir de las 18.00 horas en empresas de restauración y hostelería a consecuencia del aumento del número de contagios, Italia destinó 1.200 millones más de ayudas directas. Se incluyen en un nuevo paquete de ayudas de al menos 4.000 euros. De ellos, unos 1.600 millones irán destinados a refinanciar el llamado sistema ‘caja de integración’, que viene a ser similar a nuestro famoso expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

FRANCIA FUE EL PRIMERO EN AYUDAR A PYMES Y AUTÓNOMOS. El país galo se convirtió en el país que más apoyo prestó desde un principio a las pequeñas empresas, desde el inicio de esta crisis, movilizando 300.000 millones de euros para garantizar su liquidez. De esta cantidad, una parte se destinó a aplazar las obligaciones fiscales y de la seguridad social.

Además, activó una especie de fondo solidario francés para brindar ayudas de 1.500 euros para pymes y autónomos. Y el pago de facturas de servicios y alquiler también quedó suspendido para pymes con dificultades económicas.

Con todo, su medida más importante fue el haber reconocido el coronavirus como causa de fuerza mayor en relación con las contrataciones públicas, de manera que no se penaliza la demora en los contratos de los gobiernos.

Asimismo, con motivo del reciente nuevo confinamiento decretado por el gobierno galo hasta el 1 de diciembre, se anunció un plan especial para autónomos y pymes, con hasta 10.000 euros mensuales, en función de su pérdida de facturación.

ALEMANIA Y EL MAYOR PLAN DE EMERGENCIA DESDE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Finalmente, por lo que respecta a Alemania, este país impulsó un paquete multimillonario de medidas en respuesta al covid-19, movilizando unos 750.000 millones para amortiguar el impacto del virus: el mayor plan de emergencia desde la Segunda Guerra Mundial. Este cuenta también con un fondo de rescate para autónomos y pymes de 50.000 millones de euros.

Y, tras el cierre de autónomos y pymes, obligatorio hasta diciembre, aquellas empresas que cuenten con hasta 50 empleados, así como los autónomos, recibirán el 75 % de las pérdidas que esto pueda ocasionarles, en relación a las cifras de ingresos correspondientes a noviembre del pasado año. Esta ayuda se prolongará hasta mediados de 2021.