Galicia evita de momento la huelga de profesores que iniciará Madrid
Faltan protocolos de actuación ante la aparición de un positivo, algún centro ya tiene planes propios
A falta de 20 días para el inicio de las clases, nadie sabe a ciencia cierta cómo se realizará la operación retorno. Cada vez más comunidades autónomas reclaman que se acuerden medidas comunes a través de la Conferencia de Presidentes. No hay una fecha concreta para su celebración. Pero en Madrid, los sindicatos de profesores ya han acordado la convocatoria de una huelga durante los primeros días del curso escolar. De momento, los paros no se extienden al resto de España. Y Galicia evita, salvo cambio de última hora, esas movilizaciones. De todo modos, el personal docente gallego sí que denuncia cierto desamparo al carecer de protocolos incluso para gestionar un posible contagio.
La Xunta presidida por Alberto Núñez Feijóo se ha adelantado a otras comunidades en la imposición de la mascarilla en los colegios e institutos, en todo momento (salvo en los menores de seis años). ¿Qué ocurre en Madrid que no ocurra en la comunidad gallega? Los centros de la capital se encuentran masificados, algunos superan los 600 e incluso los 1.000 alumnos. “Faltan espacios para cumplir las ratios o para desdoblar las aulas si se sobrepasan los 25 alumnos, tal y como recomiendan las administraciones”, indican los docentes. La huelga madrileña (convocada por CCOO, UGT, CGT y STEM) se dirige contra la gestión de la comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso.
Los paros irían por días en las diferentes etapas educativas(día 4 guarderías, día 8 colegios y día 9 institutos), hasta llegar a una huelga conjunta el 10 de septiembre. El comunicado de los sindicatos indica que “la inacción del Gobierno regional y de la Consejería de Educación es total, y no se han previsto las medidas adecuadas ni el imprescindible incremento de recursos”. Se acusa a la administración autonómica de “poner en peligro a la comunidad educativa y a toda la sociedad”. Pero las reclamaciones van en la línea del profesorado del resto de España, incluido el gallego: bajada de la ratio de alumnos por aula, aumento del profesorado, más personal de limpieza o más recursos para corregir la brecha digital.
Ante las presiones de Galicia, Murcia o Cantabria, Moncloa no aporta una fecha concreta para la Conferencia de Presidentes. Sólo aclara que se celebrará entre la última semana de agosto y la primera de septiembre. En las pautas aportadas por el Gobierno de Sánchez a las comunidades, figuran únicamente la distancia social, el lavado de manos y el uso de mascarillas. Y se celebra que las comunidades autonómas ya aplican las medidas más eficaces.
En el caso de Madrid, la presidenta Díaz Ayuso prometió un plan en cuestión de días para solventar la escasez de profesores o de personal de limpieza en aulas que llegan a los 35 alumnos. Según los cálculos de CCOO, se necesitarían 11.000 profesores y una inversión de 424 millónes de euros. Al igual que en el resto de España, faltan protocolos de actuación ante la aparición de un posible positivo entre el alumnado o el equipo docente. Al final, los propios centros se están encargando por su cuenta de las pautas de emergencia, con sus propios planes de contingencia y con aulas de aislamiento preparadas en caso de detección de un positivo en horario lectivo. Los claustros coinciden en que por un lado el riesgo cero es imposible, pero por otro sienten que “las administraciones han dejado sus responsabilidades en nuestras manos”. También falta por saber qué ocurrirá en el patio, los comedores y las actividades extraescolares.
De todos modos, la comunidad docente apuesta por un arranque presencial. Incluso centros de Formación Profesional ya reservan material en caso de confinamiento, para que se puedan continuar las actividades a domicilio. Más dudas: la gestión ante la falta de un protocolo común a las 17 comunidades autónomas, el posible reparto de turnos entre mañana y tarde, o qué hacer con las mascarillas en niños con necesidades especiales. Y queda la patata caliente de cómo retomar una posible educación online en casos de confinamiento, debido a los problemas evidenciados con la gran brecha digital.