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La USC redujo entre un 20 y un 30 por ciento su gasto corriente a raíz del covid-19

Calculan un déficit de dos millones de euros, muy por debajo de otras administraciones

La crisis del covid-19 puso del revés al mundo y obligó a cambiar comportamientos tanto sociales como económicos y sanitarios. La educación fue uno de los ámbitos que tuvo que reinventarse instantáneamente al pasar de una docencia presencial a otra telemática.

La Universidade de San-tiago de Compostela no quedó fuera de esa revolución y tuvo que hacer frente a muchos imprevistos, entre ellos la llamada brecha digital, con el gasto añadido que supone para una administración pública que tuvo que conceder ayudas al alumnado con problemas económicos o préstamos relacionados con la tecnología.

Pero también llevó a cabo una contención de gasto desde el inicio de la pandemia. El xerente de la USC, Javier Ferreira, calcula que en gasto corriente se habrá ahorrado entre un 20 y un 30 por ciento, casi 500.000 euros, en energía, por ejemplo para la calefacción, aunque también reconoce que gran parte es debido a los casi tres meses que llevan cerradas muchas de las instalaciones de la institución académica.

Esa puede ser la razón por la que la previsión de déficit que tienen de aquí a final de año sea de algo más de 2 millones de euros, “en un escenario razonable”, asegura Ferreira. Supone entre un 1-2 % de los presupuestos (254,26 millones de euros en 2020), una quinta parte de lo que prevén otras administraciones, ya que el Fondo Monetario Internacional (FMI) habla de un 10 %.

Y es que la USC tuvo una caída fuerte de ingresos. Además de los que llegan de empresas por la transferencia de conocimientos de la cinco veces centenaria, hay que tener en cuenta que dejó de cobrar tasas, mensualidades de residencias –el alumnado no pudo utilizarlas por tanto no se le cobraron–, actividades deportivas, culturales, etc.

Aún así, la universidade compostelana prevé abrir otra línea de ayudas para aquellos estudiantes con problemas económicos debido a circunstancias extraordinarias derivadas de la crisis del coronavirus, además de continuar con los apoyos para la compra o préstamo de material informático.

CAFETERÍAS Algo parecido pasará con las cafeterías dentro de sus instalaciones, con las que el xerente valorará esta semana si van a abrir en la fase 2 o no. Se supone que no tendrán mucha clientela si los estudiantes no pueden estar en sus facultades. En este sentido, Javier Ferreira manifiesta que “tratamos de ser solidarios con todos y, si tienen algún problema y no abren no se les cobrará el canon pertinente”. Una merma económica más para la USC, que desde el comienzo de la pandemia hizo un desembolso importante pero pocos ingresos.

VUELTA AL TRABAJO PRESENCIAL Desde el comienzo de la fase 1 de desescalada, la USC –la primera universidad que aprobó una resolución rectoral para su regulación–va reincorporando paulatinamente a parte de sus trabajadores, aunque se mantiene preferentemente el trabajo no presencial, como marca la orden ministerial para la aplicación del Plan para la transición hacia una nueva normalidad.

Desde el lunes 11 se posibilitó la apertura de laboratorios, bibliotecas –únicamente para el préstamo de libros, todavía no para lectura– y una parte de las instalaciones deportivas y, de acuerdo con el xerente, “está funcionando muy bien”.

“El compromiso de la USC es bueno, la responsabilidad de la gente es alta y prácticamente tenemos abiertas más de 30 instalaciones donde hay laboratorios con una presencia total de 900 personas”. Matiza que no trabajan a la vez, sino que hacen turnos porque la mayor parte pertenecen al CiMUS y al CiQUS y se siguen los protocolos que va marcando el Gobierno central.

De hecho, se utilizaron ya 6.000 mascarillas y tienen pedidas otras 10.000. Cuen-tan además con gel hidroalcohólico –la USC elaboró para el Sergas 9.000 litros– y están a la espera de que les llegen termómetros y test serológicos, ya adquiridos.

Duplicará los espacios para hacer la prueba de ‘selectividad’ este año

Santiago. La Universidade de Santiago duplicará este año los espacios para hacer los exámenes de la ABAU (la antigua selectividad) por indicación de la CIUG, de manera que el aforo sea más reducido en cada uno. Actual- mente se está coordinando con el xerente de la USC para que el proceso tenga todas las garantías y para que la llegada de los alumnos no interfiera con los docentes de los propios centros. Aunque todavía no están decididos, Javier Ferreira sí que confirmó que se harán en instalaciones de la USC. Es previsible que esta semana quede determinado.

Se coordinarán los horarios y se efectuará una limpieza a mediodía y otra al final de la jornada para garantizar la seguridad sanitaria. Además, van a habilitar más tiempo para el momento de las llamadas, es decir, cuando entrar entran al examen. También se coordinarán para que abran las cafeterías de los centros. C.B.

Salas ‘blancas’ para uso de universitarios

Santiago. La USC va a habilitar lugares donde los estudiantes puedan hacer sus exámenes telemáticos dentro de sus campus, además de las salas de la red Cemit de las que pueden disponer. Se trata de salas blancas –una en el campus norte y otra en el campus sur compostelano y una en el lucense–, es decir, espacios desinfectados, libres de covid-19, y con enchufes para que los alumnos puedan ir con sus ordenadores, si los necesitan para hacer los exámenes. De momento, está decidida una en la Facultade de Dereito y la otra en Santiago podría estar en Xornalismo. Su capacidad será para 50 o 60 personas.

18 may 2020 / 21:01
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