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Presión autonómica para un encierro suave, que por ahora el Gobierno rechaza

Los datos de la monitorización de la covid-19 permitirán mediada la semana tener una radiografía en detalle de la efectividad de las medidas actuales // El comité gallego no ve necesario en este momento el confinamiento

Al igual que sucedió con la aprobación del decreto del estado de alarma el domingo 25 de octubre, tras las crecientes peticiones de algunas comunidades autónomas al Gobierno central para que el Consejo de Ministros adoptase esa decisión en una reunión extraordinaria, ahora la presión autonómica va en la dirección de reclamar al Gabinete del socialista Pedro Sánchez un confinamiento de la población.

Y aunque el comité clínico gallego no ve por el momento necesario un encierro en casa, ayer así lo reclamó con rotundidad el Gobierno del Principado de Asturias, que apuesta porque el Ministerio de Sanidad apruebe el confinamiento domiciliario durante quince días. En todo caso, ayer Asturias decretó el cierre de toda la actividad económica no esencial de la región, entre ella la hostelería. Asturias defiende el confinamiento domiciliario como medida de calado para evitar las interacciones sociales y frenar contagios.

Galicia, dista de Asturias en los criterios, tiene receta propia. Según el doctor Sergio Vázquez, del Área Sanitaria de Lugo, A Mariña y Monforte, y miembro del comité clínico, lo lógico es abordar medidas por las zonas más afectadas, diferenciando el ámbito urbano y el rural. Según Vázquez, el confinamiento en Galicia no se planteó y se hará cuando se vea necesario, aunque según diversos especialistas será más laxo.

En todo caso, en la misma línea que el Gobierno asturiano se manifestó el expresidente de la Generalitat de Cataluña Quim Torra, que instó al ministro de Sanidad, el socialista Salvador Illa, a tener “preparado y planificado” un posible confinamiento domiciliario si las condiciones epidemiológicas empeoran.

Ante estos pronunciamientos y otros similares, el ministro descartó ayer mismo decretar confinamientos domiciliarios en los próximos días y confió en que, con las medidas incluidas en el nuevo estado de alarma, se podrá controlar la evolución de la pandemia de la covid-19.

“Ahora no lo prevemos. Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas para poder actuar es suficiente”, aseguró.

Torra reprochó esa actitud al representante gubernamental: “Tendrían que hacerlo, señor ministro. Si alguna cosa nos enseñó esta epidemia es que la anticipación es vital y que todos los escenarios deben estar preparados y planificados”.

Pese a esa negativa contundente de Illa, representantes de otros ejecutivos autonómicos se mostraron convencidos de que España va por el mismo camino que otros países europeos y el confinamiento puede llegar en los próximos días.

Así se pronunció el vicepresidente y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía, Juan Marín. En la estela del confinamiento de la población para evitar la propagación de la covid -19 en Francia, Alemania o Portugal, Marín sostuvo que “esa decisión puede llegar en los próximos días” a España.

Es más, consideró que la reclusión en los domicilios ya se vivió entre los pasados meses de marzo y junio y si volviera a producirse bajo los criterios de los expertos “será entendida por la ciudadanía” porque es lo más efectivo para disminuir los contagios y la presión hospitalaria.

Con los datos del fin de semana encima de la mesa el Gobierno central por boca tanto del ministro Illa como del titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, descartó el inminente encierro de los ciudadanos.

“Sería por ahora cauteloso. Me centraría en ir evaluando el efecto de las distintas medidas y su efectividad”, indicó Escrivá, al tiempo que aclaró que el Ejecutivo “monitoriza continuamente la pandemia” y todas las medidas que se adopten deben ser evaluadas “muy bien”.

Exactamente en el mismo sentido de prudencia que el ministro Escrivá se pronunció el lehendakari vasco, Íñigo Urkullu. Según dijo, primero es necesario evaluar las últimas medidas adoptadas para frenar los contagios de la covid-19 antes de establecer nuevas restricciones, Y, sobre este aspecto, manifestó que “el miércoles o jueves” ya podría tenerse un “análisis con muchos datos”.

Es decir, en el Consejo Interterritorial de Salud que se celebrará mañana, miércoles, las autoridades sanitarias tanto autonómicas como del Gobierno central ya estarán en disposición de actuar con más conocimiento de causa.

Urkullu declinó apostar por el confinamiento no generar “alarma” e aseveró que hay otras medidas más restrictivas que las actuales sin llegar a confinar, como el cese de las actividades económicas no esenciales a una hora determinada.

CRÍTICA. Las restricciones impulsadas por los gobiernos están activando en algunas ciudades protestas violentas de grupos de ultraderecha y antisistema. Si en Italia fue la semana pasada, este sábado y domingo se registraron en España aunque fueron minoritarias y recibieron una condena unánime El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, evitó en Vigo juzgar quiénes están detrás de los disturbios y actos vandálicos que se vivieron el pasado fin de semana en diferentes ciudades de España porque en su opinión todos son iguales. “Los ultras, ultras son; de izquierda o derecha, me da exactamente igual”, dijo Feijóo en un acto celebrado en la Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada de Vigo. “En mi opinión los ultras son de extrema izquierda y de extrema derecha a la vez. Son ultras, gente que no acepta la situación, que no se da cuenta de que, lamentablemente, hay centenares de personas que mueren todos los días, miles de personas ingresadas en los hospitales de España y de Europa”, señaló el presidente. Para Feijóo, independientemente de la ideología política de quienes protagonizaron los disturbios, se trata de “gente que no respeta el derecho por la vida, sobre todo de los mayores que son de los más castigados por esta pandemia”. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, también condenado los incidentes y explicó que responden a una “fatiga pandémica”. En un encuentro telemático con empresarios catalanes organizado este lunes por la consultora Intermèdia Comunicació, Illa reconoció “el cansancio de la población, que lleva a no seguir las medidas, a subestimar los riesgos e incluso a protestas violentas”, y pidió a la ciudadanía un esfuerzo solidario.

El ministro reconoció el civismo de la mayoría de la población, pero declaró que los altercados de este fin de semana “están fuera de lugar” y pidió una actitud firme y contundente ante los negacionistas, en sus palabras. efe

03 nov 2020 / 00:00
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