Sanidad resuelve inocular Pfizer a quienes recibieron AstraZeneca

Una larga reunión entre los miembros de la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y los representantes autonómicos se convirtió en una controversia constante frente a dos posturas enfrentadas. El Gobierno Central pretendió desde el principio que a los más de dos millones de trabajadores esenciales (sanitarios, profesores, personal de las fuerzas armadas...) menores de 60 años que recibieron la primera dosis AstraZeneca se les completase la pauta con una segunda vacuna, pero de Pfizer. Y al final se salió con la suya. Sanidad se apoya en los resultados de estudio CombiVacs (ver noticia en la parte inferior de esta página) que asegura que es mucho más eficaz esa mezcla.

Son más de dos millones de personas (sobre 60.000 gallegos, según fuentes de la Consellería de Sanidade) ya inoculadas y que esperaban una respuesta para completar la inmunización. Muchos de ellos ya superaron el plazo que se estipula como recomendable en el prospecto de la farmacéutica. Ahora, recibirán la vacuna de Pfizer, aunque al que no la quiera se le respetará su deseo de repetir con AstraZeneca

Frente a esta tesis que se impuso del Gobierno central, los representantes de Galicia, Madrid, Andalucía y Cataluña insistieron en poner esa segunda dosis también de AstraZeneca, según las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA en sus siglas en inglés).

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, reafirmaba este martes cual era la postura de Galicia a las puertas de que la comisión de salud pública adoptase una decisión sobre AstraZeneca: considera que se debe administrar la segunda dosis del fármaco a todos aquellos que han recibido la primera. En todo caso, tanto él como el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, siempre dieron por hecho que Galicia asumiría la decisión conjunta que se adoptase en el órgano sanitario correspondiente.

En el marco abierto en el plano estatal, el presidente gallego, esgrimió que la cuestión de la vacunación no es “un asunto político”, sino “farmacológico”. “Y lo que plantean los expertos del Sergas es que la Agencia Europea del Medicamento y la ficha del medicamento acreditan que lo razonable es administrar una segunda dosis a las personas que se les administró la primera”, reiteró.

“Respetamos mucho la opinión del Ministerio, pero me sorprende que haya una divergencia entre la EMA y la Dirección General de Salud Pública del Ministerio”, dijo Feijóo, antes de subrayar que “hacer un ensayo clínico con 400 ó 600 personas” no le parece “un hecho determinante” para “dejar sin efecto la decisión de la EMA”.

Así, recalcó que “hay muchos más ensayos clínicos” y apuntó a los “millones de personas vacunadas con las dos dosis de AstraZeneca” que hay en el mundo. “Cualquier ensayo clínico que podamos hacer en España siempre será inferior en número de personas al que han hecho los británicos al dispensar las dos dosis a millones de personas”, insistió.

De cualquier modo, Feijóo manifestó que, si el Ministerio trasladaba finalmente que no se puede administrar la segunda dosis a personas que ya tienen administradas la primera, la Xunta “respetará” la opinión, pero “no” la compartiría. Al final, así sucedió, aunque el Gobierno deja la puerta abierta a repetir vacuna a quien así lo desee.

En Vigo, García Comesaña reiteró que la opinión de los técnicos gallegos es “clara”: quienes hayan recibido la primera, que se les administre la segunda. Dicho esto, aseguró que, aunque no esté de acuerdo, al igual que en ocasiones anteriores, “adoptará” la decisión conjunta que se determine y lo hará “con la lealtad con la que lo viene haciendo siempre”.

OTRAS COMUNIDADES. Una de las autonomías más beligerantes con la posición del Ministerio de Sanidad fue Madrid, que desde el principio ha defendido que la segunda dosis debe ser de AstraZeneca; así lo reiteró es el viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19, Antonio Zapatero, quien añadió que si Sanidad no tomaba una decisión pronto, Madrid completaría la pauta con esta misma vacuna a quienes lo pidieran voluntariamente.

De la misma opinión es Andalucía, que ayer tarde insistía en que esta es la mejor opción; ya el pasado día 13, el presidente Juanma Moreno dijo que a su Gobierno “no le temblarán las piernas” a la hora de decidir sobre la segunda dosis voluntaria de la vacuna AstraZeneca “porque no pueden estar eternamente esperando”. Igualmente, Galicia apostaba por dar un segundo pinchazo de Vaxzevria a los menores de 60 años que ya tienen una primera dosis puesta, tal y como reiteró el domingo la directora xeral de Saúde Pública de la Xunta, Carmen Durán.

Y Cataluña, que siempre ha defendido que AstraZeneca no tuviera ni siquiera límite de edad, también se ha posicionado varias veces a favor de terminar de inmunizar a los menores de 60 con esta misma marca.

El aplazamiento continuo de la decisión de la segunda dosis de Vaxzevria ha levantado también críticas porque en la práctica supone tener miles de vacunas en las neveras sin pinchar. Así, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, cree que esta ha sido una de las razones por la cual el ritmo de vacunación regional esté entre los últimos del país, dado que sus congeladores almacenan a día de hoy 62.000 dosis de AstraZeneca y, dado que como actualmente solo se pueden inocular al grupo de edad 60-69 años, ve difícil acabar con ese stock.

También Asturias ya planteó en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud un ajuste de la distribución de vacunas para agilizar la inoculación de las personas de 60 a 69 años debido a que hay comunidades con dosis sobrantes de AstraZeneca al tener poca población de esa edad, un problema que Sanidad parece no querer tener en cuenta en la peor jornada para la vacunación desde hace más de un mes.