“Sería temerario levantar el estado de alarma hasta controlar el covid”

¿Cómo ha vivido el confinamiento?

Pues, imagino que como muchos otros ciudadanos, quedándome en casa, trabajando, leyendo y escribiendo, sin olvidar alguna que otra tarea doméstica. Madrid se ha convertido en estos meses, aunque resulte paradójico, en un lugar habitable y desconocido frente a la desbordante vorágine a la que estábamos habituados.

¿Considera, desde su formación jurídica, acertada la declaración del estado de alarma por el Gobierno?

Sin duda. La expansión del coronavirus hacía necesaria una respuesta por parte del Gobierno, por medio del estado de alarma, que está previsto para estas situaciones de gravedad provocadas por una epidemia altamente contagiosa, como es la de ese maldito bicho. Donoso Cortés ya advirtió que ante un trastorno grave, gobernar con la legislación ordinaria es de imbéciles, y hacerlo fuera de la ley es temerario. Precisamente para estas situaciones extraordinarias está el derecho de excepción.

Pero, ¿no cree que la declaración del estado de alarma ha producido una excesiva limitación de los derechos y las libertades?

Dice usted bien al hablar de limitación y no de suspensión de derechos fundamentales. Las limitaciones de la libertad de desplaza- miento eran imprescindibles para evitar los contactos y la propagación del virus. Así se prevé en la ley orgánica y el Gobierno ha hecho lo que se debía hacer.

Ahora que comenzamos la desescalada, ¿ve acertada la manera en que se pretende llevar a cabo?

El Gobierno y las Comunidades Autónomas han acordado las fases de esa desescalada, que son razonables, en función del grado de posibles infecciones según los territorios. Los controles y medidas de prevención tienen que ser el factor determinante para el inicio de la vuelta a esa llamada nueva normalidad. Galicia ha hecho sus deberes, mientras que en Madrid hay serios problemas para llegar incluso a la primera fase del desescalamiento.

¿Cree que han existido errores en la gestión del Gobierno de la nación en esta crisis ?

No tengo ninguna duda que ha habido errores y contradicciones en el Gobierno, como estoy seguro que lo creen también sus miembros. Estamos ante una insólita situación en la que a mi juicio han funcionado los poderes públicos en su misión más básica de proteger la salud y la vida de los ciudadanos.

El estado de alarma se ha prorrogado cuatro veces, ¿usted cree que habrá más?

No lo sé, naturalmente. Ahora bien, considero que hay razones jurídicas para que continúe el estado de alarma hasta que tengamos la certeza de que la covid-19 está controlada y no hay riesgos para la población. Volviendo a Donoso Cortés, creó que sería temerario levantar ahora el estado de alarma para reducir la actuación de los poderes públicos a la legislación ordinaria.

Pero se ha indicado desde distintos partidos políticos, empresarios y medios de comunicación que hay leyes para reemplazar las medidas más drásticas del estado de alarma...

Vamos a ver. Se han citado algunas como la ley de seguridad nacional, que a todas luces no está prevista para una situación de crisis sanitaria, y también otras leyes, éstas sí de carácter sanitario, como son la ley de medidas especiales en materia de salud pública y la ley general de salud pública. Pues bien, ninguna de estas leyes contempla mecanismos viables para un aislamiento de la población, aunque ya sea parcial, con el objetivo de evitar contagios. Creo que algunos están haciendo un mal uso del Derecho en estos momentos tan difíciles para el país.

Alfonso Villagomez Cebrián se doctoró en Derecho en la Universidade de Santiago de Compostela, donde fue también profesor de Derecho Administrativo hasta que en 1991 ingresó en la Carrera Judicial. Ha sido asesor del Defensor del Pueblo y de dos ministros de Justicia, letrado del Tribunal Constitucional y magistrado del TSXG. Actualmente ejerce en Madrid en los juzgados de lo contencioso administrativo de la capital.

El ‘Boletín Oficial del Estado’ (BOE) lo publicó ayer, pero EL CORREO GALLEGO se adelantó y el pasado 5 de mayo. Alfonso Villagómez lo escribió y argumentó en el artículo de opinión de su sección ‘Los pasos contados’.