La Reina Sol, quijotesca criatura que pone en jaque a la Monarquía

La presidenta electa de Madrid es de las que piensan que antes muerta que sencilla. Si Casado quiere ir por la vida de sosaina es su problema –y así le va–, pero ella no estaba dispuesta a permitir que hasta Rosa Díez, una de las organizadoras del acto, destacara más que su persona en la procesión hasta la plaza de Colón. Como mucho, transigiría en compartir una mínima parte de su apellido con la política vasca, Isabel Díez Ayuso, pero poco más. Los titulares de ese día, aún sin nacer a la hora que ella programó pasarse de frenada, habían sido concebidos exclusivamente para mayor gloria de su figura. Ayuso estaba convencida de que así sería cuando a primera hora de la mañana se arregló ante el espejo, y así fue. Aunque se lleve la monarquía por delante, nadie, absolutamente nadie, pasará por encima de ella en el centro de ese Madrid castizo que domina con libertad a su antojo desde la Puerta del Sol.

El escritor Andrés Trapiello, que en su último libro narra su historia de amor con la capital de España –parece que en esta época todos los caminos conducen a Madrid–, quiso también cobrar su parte de protagonismo con un discurso vehemente que calentó más las cabezas de los asistentes que el duro sol de la mañana. Es este un autor que ya se atrevió a desafiar a Cervantes, más de cuatrocientos años después, con una reescritura moderna de su gran obra, El Quijote. Tal vez por eso sea tan del gusto de Ayuso, que empezó su carrera política como una humilde Dulcinea del Toboso y ahora ya se ve como una caballera andante llamada a “desfacer agravios y enderezar entuertos”. Pero, como el pobre Alonso Quijano, más que deshacerlos, los crea. El domingo volvió a ver gigantes donde sólo había molinos, un rey indultante donde sólo había un monarca desvalido y, subida a caballo del líder de su propia formación, arremetió contra la monarquía hasta comprometerla cuando en realidad sólo quería derribar a Sánchez. Lo pagará Casado, que iba de su mano como un novio feliz en su primera cita.