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NAUFRAGIO en camelle. Este mes se cumplen 86 años del importante accidente marítimo que fue protagonizado por un petrolero soviético // Provocó una gran marejada política al creerse que llevaba armas para los anarquistas TEXTO X.M. Lema

‘Boris Sheboldaev’: Marea negra, chatarra y fiebre revolucionaria

Faltaba poco más de un mes para que se declarara la huelga general revolucionaria que convulsionó a España. El ambiente ya estaba un tanto enrarecido, cuando en un pequeño pueblo de la costa coruñesa naufragaba un petrolero soviético. Era el 20 de agosto de 1934. En la Pedra do Porto de Camelle sufría un accidente el Boris Sheboldaev provocando una pequeña marea negra controlada... y otra marea de carácter político.

Porque se llegó a creer que el buque transportaba armas para entregar a los anarquistas. Las alarmas se encendieron en el Gobierno Civil y hasta se inició una investigación. Para animar un poco más los rumores, en la zona había varios focos de activismo sindicalista vinculado a la C.N.T. En Ponte do Porto y también Camariñas había germinado la semilla ácrata.

No había nada de eso, pero la bola de nieve se hizo tan grande que se dispararon las especulaciones. El diputado republicano Emilio González López dejaría testimonio en uno de sus libros: “El hundimiento del Boris Sheboldaief -buque de bandera rusa- en las rocas de Camelle tuvo una pintoresca secuela de baja política española. El capitán de la Guardia Civil de Corcubión, D. Rodrigo Santos, que nos conocía tanto a mí como a Evaristo Mouzo, recibió un anónimo que le remitían de Pontevedra, acusándome a mí y a Mouzo de que estábamos en Camelle para recibir este barco ruso que venía lleno de armas para la revolución socialista de 1934. Tan absurda y pintoresca acusación no encontró eco en las autoridades gubernativas coruñesas, ni de la provincia, ni de la comarca, que sabían perfectamente de la historia del hundimiento del barco ruso y sabían también cuán ajenos éramos nosotros a la revolución que se preparaba por elementos marxistas y sindicalistas”.

El teniente Santos, que no era capitán, tendría un triste protagonismo en los años posteriores. En aquellas fechas también se señaló al diputado de la comarca, Pepe Miñones. Para echar más leña al fuego, el rotativo catalán La Vanguardia del día 29 de agosto de 1934 publicaba una noticia con el titular “Llegada de un delegado ruso”.

Informa el reportero de la visita de un cargo de la URSS en tren a A Coruña y en coche a Camelle para conocer el suceso del naufragio del Boris. En la noticia se decía que “por ferrocarril ha llegado un delegado del gobierno de los soviets de Moscú, llamado J.B. Cubitt. En automóvil salió para Camelle, para recoger sobre el terreno impresiones sobre la pérdida del vapor petrolero Boris Cihaldaeff”. El caso es que, o bien este comisario soviético o el capitán de aristocráticas costumbres del barco, dejaron una curiosa anécdota cuando les fue servida en el pueblo una fuente de percebes, que por ser la primera vez que tal curiosidad vieron en una mesa, degustaron, por cierto, con el uso de cuchillo y tenedor.

PUJA POR LA CHATARRA. La tormenta política y la marea negra dejaron otro frente abierto: el de la puja por la chatarra del petrolero. El Boris Sheboldaev fue a parar a Camelle a consecuencia del temporal y los malos bajos, pero lo que para algunos fue una gran pérdida para otros se convirtió en ganancia, sobre todo para varios prohombres de la izquierda local, que gestionaron los restos de la embarcación, precursora de los petroleros modernos, el mayor de la URSS y el más vanguardista de Europa en su época.

areadecompostela@elcorreogallego.es

09 ago 2020 / 01:00
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