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Escasez de demanda y recursos, bajas cotizaciones y la inactividad en el sector del marisqueo justifican la bajada // Las rulas del litoral comprendido entre Rianxo y Caión sólo ingresaron 6,5 millones desde el pasado 14 de marzo

Cae un 50 % la facturación de las lonjas tras la crisis sanitaria

La parálisis provocada por la crisis sanitaria del covid-19 está pasando factura no sólo a los sectores que se han visto obligados a cesar en su actividad debido al estado de alarma decretado el 14 de marzo, sino también a aquellos que, como la pesca y el marisqueo, siguen activos, aunque con muchas restricciones.

Así lo reflejan las estadísticas de las lonjas de la zona, ubicadas en el litoral comprendido entre Caión y Rianxo, cuya facturación total ha caído un 50 % respecto al mismo período de 2019. Así, desde el 14 de marzo los ingresos bajaron a sólo 6,5 millones de euros, cifra que contrasta con los más de 13 millones del pasado año. En cuanto al volumen de capturas que se pusieron a la venta en las rulas, el descenso fue menor, pasando de 5,5 millones de kilos subastados en 2019 a 4,4 desde mediados de marzo, según los datos de Pesca de Galicia.

El bajón fue generalizado en todas las lonjas. La de Ribeira, que es la que registra una mayor actividad en esta franja costera, vio rebajada su facturación de 6,8 a 4,4 millones de euros; la de Muros pasó de 788.000 a tan sólo 95.000 €; la de Portosín, de 416.000 a 68.000 €; la de Fisterra, de 508.000 a 297.000 €; la de Camariñas, de 702.000 a 250.000 €; y, finalmente, la de Malpica, de 468.000 a 332.000 €.

Son varias las causas de la pérdida de ingresos, pero una de las principales es la rebaja de las cotizaciones del producto por el descenso de la demanda, motivada especialmente por el cierre de restaurantes y demás locales hosteleros.

Otro de los motivos, según explica el patrón mayor de Camariñas, José Ramón Lema, es la casi nula actividad de los mariscadores. “No noso caso, o percebe está pechado, e a maioría dos demais profesionais acolléronse ao ERTE porque agora non hai demanda de marisco, xa que a hostalería está pechada e este non é un produto de primeira necesidade”, indica. En el caso del pescado, “segue habendo demanda, aínda que menos, pero os prezos son bastante cativos”, añade.

A todo ello hay que añadir la escasez de pulpo, uno de los productos estrella y de los que más ingresos genera a la flota de bajura. “Apenas houbo este ano, e a maioría dos barcos xa cambiaron de arte”, señala Lema Romero.

El sector confía en que se pueda seguir avanzando en el plan de desescalada y que, una vez que reabra el sector hostelero, comience “unha relativa normalidade”, que permita al menos aumentar la demanda de producto y, con ello, los ingresos de todos los profesionales que viven directamente del mar.

También asegura que una de las claves para remontar esta crisis “vai ser a venta online”. Según su opinión, las subastas a través de la red están ofreciendo resultados “moi satisfactorios”, desde que las implantaron en la lonja local.

Finalmente, dice que éste será un paso que tendrán que dar todas las rulas, “pois isto permíteche atraer a moitos máis compradores, tes menos intermediarios e, con iso, unha mellor cotización do produto”.

En Camariñas ya lo experimentaron con el berberecho que, antes de la crisis sanitaria, llegó a cotizarse por encima de los 10 euros el kilo, un precio de récord para ellos.

areadecompostela@elcorreogallego.es

“tentamos capear o temporal”

En el puerto de Fisterra, la actividad pesquera apenas se ha resentido desde el comienzo de la crisis, pero sí los ingresos, debido sobre todo al marisqueo y a las escasas capturas de pulpo, según indicó el patrón mayor, Manuel Martínez. “Tentamos capear o temporal como se pode e, alomenos, ata o de agora o peixe estase vendendo bastante ben; de feito, os compradores dinnos que a nosa é a lonxa que máis está comercializando”, asegura Martínez Escarís. De hecho, en los últimos días “tivemos xornadas de tres subastas de peixe”, añade al respecto. La mayor merma de recursos en la rula fisterrana viene motivada por la escasez de pulpo y por la reducción de la actividad marisquera. “A navalla é un produto que depende da restauración, a captura do ourizo pechou e os percebes tampouco teñen saída, polo que hai mariscadores que están traballando na recollida de mexilla”, explica el patrón mayor. Por ello, el consumo de pescado es el que está manteniendo la demanda, que se ha visto favorecida también por el hecho de que está prohibida la práctica de la pesca deportiva.

10 may 2020 / 21:26
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