De cuando la arena pasó a ser cristal

Revistas y periódicos de la envergadura de La Vanguardia, ABC, El Español, GCiencia, Traveler o incluso National Geographic ya han hablado de ella. Se trata de la playa de los Cristales, anteriormente conocida como playa de los Botiños, en Laxe, un fenómeno natural que atrae cada año a miles de turistas con la intención de disfrutar del paisaje del arenal, compuesto por piezas de vidrio pulidas por las aguas del océano Atlántico.

La zona, situada en el cabo de Laxe, en la ensenada de Baleeira, funcionaba como un vertedero donde se desechaban los residuos de cristal, tales como botellas o tarros. La acción del oleaje consiguió volver a depositar los restos de vidrio en las orillas, limados por el fuerte movimiento de la resaca.

Tanto es así que en el año 2004, el Ministerio de Medio Ambiente emprendió un plan de limpieza de la playa con el objetivo de eliminar estos sedimentos. La ejecución se vio cancelada por las quejas del vecindario y de los ecologistas, que, aún conscientes de que el paisaje no sería nunca una zona habilitada para el baño, quisieron preservar el aspecto especial de la playa.

Aún así, la singularidad de este paraje, ha despertado la curiosidad de los viandantes, que intentan recolectar una colección de los cristales del arenal para llevarlos consigo.

De hecho, está prohibida y vigilada por la Dirección General de Costas la adquisición de los cristales por parte de aquellos visitantes que se los llevan de recuerdo.

La playa de los Cristales se ha convertido en un emblema del municipio de Laxe debido a su particular belleza, que incluso ha atraído a directores de cine para grabar sus secuencias, como es el caso de la serie Mareas vivas. Además, también supone una parada obligatoria para aquellos turistas que deciden comenzar el Camiño dos Faros. Una de sus etapas comienza en el monte Insua, pasa por Camelle y Arou y finaliza en la playa de los Cristales, dejando a los caminantes con un buen sabor de boca para finalizar su viaje.