¿Por qué el Apóstol Santiago es el patrón de España?

La estatua del Apóstol Santiago situada en la Catedral

La estatua del Apóstol Santiago situada en la Catedral / Antonio Hernández

Muchos son los mitos que rodean a la figura del Apóstol Santiago, leyendas que tienen lugar tras la muerte del Mesías. La tradición, en textos de la Iglesia, señala que, después de fallecer Jesús, sus doce discípulos se desperdigaron a lo largo de todo el mundo y que, de todos ellos, el Apóstol Santiago fue el que llegó a predicar en la Hispania romana después de desembarcar en la ciudad de Cartagena, atravesar la Península Ibérica hasta la región de Gallaecia y dar la vuelta para llegar a Tarraco, lugar del que zarpó en barco para emprender su último viaje a Jerusalén, en donde fue decapitado por Herodes Agripa I en el año 42 d.C. Sin embargo, sus restos fueron trasladados por sus seguidores en una barca sin timón que, por azar del destino, le llevaron nuevamente a Galicia, donde fue enterrado.

Ocho siglos después, un ermitaño llamado Paio, vio una luminosa estrella que llamó su atención y le acercó hasta un altar con tres monumentos funerarios entre los cuales se encontraba un letrero que indicaba que en aquel lugar yacía “Santiago, hijo del Zebedeo y de Salomé”. La noticia del hallazgo de la tumba del Apóstol Santiago fue de gran importancia para el pequeño Reino de Asturias, que era constantemente amenazado por los musulmanes por el sur y los normandos por la costa, puesto que de repente comenzó a recibir gran ayuda, tanto económica como militar, de otros reinos europeos que le permitieron avanzar hacia el sur.

El mito de ‘Santiago Matamoros’

La figura del Apóstol Santiago fue de gran importancia para el Reino de Asturias, pero su veneración como defensor de la cristiandad surge tras la batalla de Clavijo, que habría tenido lugar el 23 de mayo del 844, sin embargo, este enfrentamiento probablemente nunca se llegó a producir. “En principio, la batalla de Clavijo se supone que probablemente no tuvo lugar nunca, que, más bien, se trate de una leyenda de la época del rey Ramio I de Asturias, quien se supone que se enfrentó en esta contienda con las tropas del emir Abderramán II tras rechazar pagar el tributo de las cien doncellas a los musulmanes”, señala a ELCORREO el catedrático de Historia del Arte de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Alfredo Vigo Trasancos.

La leyenda, como bien recuerda Alfredo Vigo Trasancos, cuenta que “el Apóstol Santiago se le aparece venido de los cielos al rey Ramiro I de Asturias a caballo, con espada en mano, una gran capa y su estandarte para ayudar al ejército del monarca cristiano a vencer a los musulmanes, ratificando así la figura del Apóstol Santiago como patrono celestial de la monarquía cristiana de la época”. “Todo esto va fomentando que el culto a Santiago Matamoros vaya prosperando aunque hay que tener en cuenta que ya desde el siglo VIII, el reino astur, ya había considerado al Apóstol Santiago como su patrón, porque en el siglo anterior se había pensado que el Apóstol Santiago había evangelizado la península ibérica. En el siglo VIII ya se le considera al Apóstol Santiago, patrón -de manera prácticamente oficial- de la monarquía cristiana de la época, siendo rey de Asturias Mauregato, quien fue el primer monarca astur en pagar el tributo de las cien doncellas a los musulmanes tras recibir la ayuda de Abderramán I para subir al trono, un hecho que de otra forma no hubiera podido conseguirlo al tratarse de un hijo natural de un monarca, por lo que no tenía derechos legítimos a acceder a la corona”, destaca Alfredo Vigo Trasancos.

Patrón de España

Tras la supuesta batalla de Clavijo, poco a poco, el Apóstol Santiago va ganando importancia como patrón de los reinos cristianos de la época, pero también como defensor de los ejércitos cristianos contra el islam. “Esto se produce sobre todo en el momento en el que se crea la Orden de los Caballeros de Santiago, quienes defendían el Camino de Santiago al mismo tiempo que luchaban contra los musulmanes. Ahí hay una serie de carambolas que van haciendo e impulsando la figura del Apóstol Santiago como patrono celestial y defensor de la cristiandad. Iconográficamente, los primeros testimonios que se sepan son, al parecer, de principios del siglo XIV y, a partir de ahí, no hacen más que crecer. No hay batalla de los reinos cristianos de época medieval que han conformado la actual España y, sobre todo, en época moderna, en donde el estandarte de Santiago y su nombre no aparezca. Incluso en las batallas navales, en época moderna, sabemos que muchas veces el galeón principal de la Armada se encomendaba a Santiago, que era el paladín celestial que ayudaba a nuestros ejércitos a conseguir sus victorias, tropas que colocaban las banderas enemigas obtenidas como trofeo de guerra en una capilla de la catedral de Santiago”, afirma Alfredo Vigo Trasancos.

Tal era la importancia de la figura del Apóstol Santiago en los ejércitos españoles, especialmente en los tercios españoles, que estos, para envalentonarse, hasta contaban con un grito de guerra con el que lo invocaban que no era otro que “¡Santiago y cierra, España!”, grito que servía para ordenar la formación de los soldados y clamar por la patria por la que iban a luchar.

Finalmente, fue en el siglo XVII, concretamente en 1630, siendo Felipe IV rey de España, cuando el Papa Urbano VIII decretó de forma oficial que el Apóstol Santiago el Mayor fuera considerado el único patrón de España.