La USC seguirá coordinando a nivel estatal la transferencia con perspectiva de género

Con la idea de centrarse en esta nueva etapa en aspectos como la financiación con perspectiva de género, puesto que “las empresas basadas en el conocimiento, las start-ups, necesitan al principio de ese capital riesgo, de una financiación específica que queremos analizar cómo se lleva a cabo”, según explica la coordinadora del Programa Innovatia 8.3, Eva López Barrio, la Universidade de Santiago acaba de firmar con el Instituto de la Mujer la renovación de un convenio que vienen manteniendo desde 2011.

Eva López indica en conversación con este periódico que durante el período de vigencia de este nuevo acuerdo, entre 2023 y 2026, pondrán el acento en la financiación porque “muchas veces, cuando se trata de mujeres jóvenes sin aval, aunque vengan del ámbito de la ciencia, son tratadas de forma infantilizada, dándoles consejos con paternalismo”.

Con un presupuesto de medio millón de euros, entre las acciones a desarrollar destaca asimsmo el impulso al intercambio comercial entre las emprendedoras o la perspectiva de género en los proyectos europeos científicos, un apartado en el que recuerda que “fuimos reconocidas para representar a España a nivel de la Unión Europea como la mejor iniciativa de apoyo al emprendimiento en 2022”.

Innovatia 8.3 fue distinguido entre los tres mejores proyectos europeos en la categoría de iniciativa empresarial responsable e integradora, en la que se reconocen las actuaciones para fomentar el emprendimiento y la creación de empresas desarrolladas en Europa que tuvieron éxito.

Un ámbito el europeo sobre el que su coordinadora resalta la importancia de la transferencia de conocimiento con la perspectiva de género, puesto que “estamos en una situación nueva, ya que si antes Europa solo recomendaba esta perspectiva, ahora obliga a que todos los proyectos de investigación europeos la contemplen”, lo que ha dado lugar, asegura, a que “estamos recibiendo muchas peticiones de centros de investigación a nivel nacional para que les prestemos asesoramiento y formación sobre cómo incorporar esta perspectiva en sus proyectos”.

La digitalización y el sector TIC, “ámbitos en los que hay muy pocas mujeres, será también donde tengamos que hacer acciones positivas y de refuerzo, así como romper esa dicotomía entre ciencias y tecnología, puesto que las TIC pueden ser transversales a todas las áreas del conocimiento, incluyendo las humanidades”, recalca Eva López.

Serán algunos de los puntos más destacados en esta nueva etapa del convenio recién revalidado, y mediante el cual desde la Universidade de Santiago se organiza y dirige toda la labor con el resto de las universidades públicas españolas y algunas privadas encaminada a integrar la perspectiva de género en los procesos de transferencia de conocimiento y la creación de empresas de base tecnológica en el entorno universitario mediante la metodología de intervención creada por el Programa Innovatia 8.3.

Se trata, resalta su coordinadora, de “que cada vez que una oficina de transferencia realice una actividad relacionada con esta idea de devolverle a la sociedad lo que dentro de las universidades tiene lugar, se haga con perspectiva de género; que no se reproduzcan esos sesgos de género que de forma consciente o inconsciente aparecen”.

Sostiene que “al igual que con el emprendimiento genérico, con el de base científica también se producen los sesgos de género, y es que el modelo de start-up es un modelo que está muy masculinizado”.

Innovatia 8.3 trabaja desde 2011 para que los procesos de ayuda a la creación de empresas de base tecnológica desde las universidades rompan con los sesgos de género y ayuden a visibilizar a las mujeres que se han puesto al frente de iniciativas empresariales, spin-off académicas en sectores altamente competitivos, donde se genera valor social y empresarial.

Mediante la renovación del acuerdo se continuarán desarrollando herramientas y actuaciones que permitan garantizar la incorporación de la transversalidad de género en los procesos de transferencia de conocimiento de todas las universidades y centros tecnológicos de innovación, así como avanzar en la implantación de su metodología en la totalidad de universidades del territorio, y de las herramientas y actividades exclusivas que a lo largo de todos estos años se han puesto en marcha”.

Tanto el Instituto de la Mujer como la USC recuerdan que nueve de cada diez puestos de trabajo requieren en la actualidad de capacidades digitales básicas, si bien las mujeres representan el 17% de las personas que estudian o trabajan en el campo de las TIC en la Unión Europea y el 36% de los graduados en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), pese a que ellas tienen mejores resultados que ellos en las competencias digitales.

Además, y según recoge la Universidade de Santiago en una nota, en la publicación She Figures de 2021, en la que se analizan varios indicadores sobre igualdad de género en la investigación y la innovación a nivel paneuropeo, se observa que mujeres y hombres realizaron un número similar de publicaciones científicas entre 2015 y 2019 durante las primeras etapas de su carrera. Sin embargo, ellas lo hacían en menor medida que ellos según iban adquiriendo antigüedad, lo que indica una brecha de género que se acentúa según va pasando el tiempo.

Por otra parte, y tal y como se apunta tanto desde la USC como desde el Instituto de la Mujer, ellas “estaban significativamente infrarrepresentadas como inventoras a nivel de la Unión Europea”, dándose la circunstancia de que en el período entre 2015 y 2018 de cada cien solicitudes de patentes en poder de hombres, las mujeres tenían 12, lo que representa únicamente el 10,7% en el conjunto de la UE.