“Mis letras caminan mucho hacia el respeto a la naturaleza”

Zeltia Irevire, grupo folk emergente, trabaja para ser mucho más que flor de un día. Su cantante y autora, Zeltia Acuña Barros (también guitarra), activista en favor de la naturaleza, sabe que las primaveras no llegan solas, como tampoco lo hacen las riadas. Forma esa banda desde 2018 con Migui Carballido (bodhran, instrumento de percusión tradicional típico de Irlanda) y Cibrán Seixo (violín).

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Zeltia vino con Migui a la nueva sede de EL CORREO GALLEGO para cantar en la segunda entrega del ciclo Concertos na Azotea, tomando el relevo de Grande Amore en este proyecto que promociona la música actual en Galicia, con la mirada centrada en la escena de Compostela. Zeltia actúa descalza, dando brío a su guitarra Crafter, tiene voz, nervio y frasea sintiendo lo que canta mientras Migui suma ritmo y coros bien templados con temas del disco Vacaloura.

¿Que tal tocar en una azotea?

Bien, tenéis un equipo simpático y se agradece el trato. Además, las vistas desde ahí son muy bonitas.

Ese formato de acompañamiento a dúo en esta visita es atípico pero suena genial.

El bodhran con la guitarra acompaña muy bien y es una forma diferente de acompañamiento a lo que estamos acostumbrados a ver. Y entre otros temas, elegimos tocar Agardando o mencer porque hemos lanzado el vídeo de ese tema. Es una canción que sentimos como un himno de la ría, un tema que compartimos a gusto con el público que nos sigue porque es la canción que más anima en nuestros conciertos.

Zeltia Irevire es un proyecto que nace en Santiago pero hay un ayer que nos lleva hasta Irlanda.

Me influyó bastante la experiencia de vivir allí, en Galway, y estar en contacto con muchísimos tipos de música porque Galway tiene parecido con Santiago, que es una cuna de peregrinación a la que viene gente de distintas partes del mundo. Allí la música está a la orden del día y las influencias del folk de Irlanda se notan en nuestras canciones. Yo lo veo más cuando me lo dice la gente, dicen que nuestra música les transporta a esas tierras.

Escuchando el tema A loba, el proyecto suena más moderno por el uso de algunos sintetizadores en los arreglos, ¿el camino de Zeltia Irevire en 2024 pasa por un equilibrio entre esa tendencia y el folkie más clásico que representan canciones como Agardando o mencer?

Sí, justo. Queremos aprovechar la fuerza que tiene la electrónica, los sintes, esos graves, que queremos meter en los acústicos pero manteniéndonos fieles a esa esencia de lo acústico. Nuestras composiciones más nuevas están caminando hacia una mezcla. Empezamos como grupo hace cuatro años, pero yo tenía temas propios de antes, de otras bandas y de mi etapa en solitario, temas que tienen diez años de antigüedad... Ahora mismo estamos en otro punto profesional de nuestra carrera, para nosotros que somos autosuficientes, es difícil tener un resultado inmediato pero estamos contentos de utilizar herramientas como el crowdfunding que usamos para los primeros pasos al sacar nuestro disco Vacaloura.

En la azotea ha lucido unas gafas de sol Ray Ban que remiten a Janis Joplin, ¿es una referencia?

Sin duda, Janis Joplin es un referente vocal muy fuerte en mi vida, forma parte de mi vida desde hace mucho tiempo, ya incluso a través de mi madre conozco su música. Tiene una fuerza muy buena y hay muchos cantantes de esa época que me gustan mucho. Mi madre me dio referencias de Janis Joplin y luego busqué su música. En casa no teníamos discos de ella pero sí de los Beatles, Tom Jones o Jimi Hendrix.

¿Y alguna referencia más actual dentro de lo que es el repertorio presente de Zeltia Irevire?

Florence and The Machine nos gusta mucho, disfrutamos mucho de sus temas. En el grupo, yo pongo la base con mis composiciones y luego cada uno aporta ideas y, al final, la canción es una fusión de tres estilos distintos, con referencias distintas.

¿Sigue cantando temas con letra en inglés?

Canto en las dos lenguas, en galego y en inglés, siempre conectadas con un ambiente muy orgánico, muy ligado a la naturaleza, a una causa ecologista y humanista. Nosotros lo llamamos folk tribal, porque queremos ir a las raíces más de nuestro pueblo, y estamos haciendo nuestra propia búsqueda, buscando el mensaje, otro tipo de musicalidades y ritmos. Ese un trabajo que tenemos que seguir haciendo. Las letras son una búsqueda de información sobre lo que estoy viviendo, sobre lo que me está pasando. Para las letras me van viniendo ideas que voy madurando sobre un tema concreto del que quiero hablar, que me preocupa, que me frustra, y que, a nivel social, también es una forma de ver como está el mundo, de ver como va a responder a esas letras. Eso me parece una herramienta muy interesante de conocimiento y autoconocimiento. Son letras que caminan mucho hacia el respeto a la naturaleza y a un rural vivo, hay una preocupación en mis letras relacionada con el hecho de que le estemos dando la espalda a la tierra en muchos sentidos.

Eso hace pensar en nombres como Ses y Lila Downs.

Sí, claro. Ses es una guerreira de la profesión, una de las voces de nuestra tierra que más se levanta ante cualquier tipo de injusticia. Me parece muy importante tener referencias así en una sociedad porque nos hace avanzar como civilización.

¿Habla de una visión combativa de la música a nivel social?

Más bien de una visión comunicativa. Busco hacer puentes, hacer una denuncia pero sin buscar confrontación ni frustración, si no todo lo contrario, señalar y mantenerse serios frente a ciertas cosas y que se pueda abrir un debate sobre ciertos temas que a veces son muy tabú. Es una excusa para debatir, para concienciar y hacer que la gente se una.