Descubriendo la magia del Circo del Sol entre bambalinas

Un total de 23 tráileres desplazan todo el material de la compañía: escenario y backstage incluidos

La plantilla de la compañía la componen 100 personas, de las que 52 son artistas en el escenario

En los lugares en que actúan también generan empleo, contratado a cien ayudantes para montaje y desmontaje

A las 20.30 de este miércoles el Circo del Sol (Cirque du Soleil) estrena en el Multiusos Fontes do Sar su espectáculo Ovo, un show de amor y amistad protagonizado por una mosca azul, una araña roja, grillos, bichos palo y una hermosa mariquita que "llama la atención de un extraño e inusual insecto que acaba de mudarse a este barrio animado y ambos se enamoran al instante".

Alrededor de 5 horas antes de que comience la función, el multiusos acoge un ensayo... Luces, música y 13 grillos asaltan el escenario realizando acrobacias en el suelo, mortales y volteretas atraviesan todo el escenario de norte a sur y de este a oeste, sin que falten saltos desde la cama elástica hacia la pared de fondo, desafiando todas las leyes de la gravedad. Kilian Mongey y Wellington Lima (de Francia y Brasil, respectivamente) son dos de esos grillos.

Kilian integra el acto final de Ovo realizando mortales en cama elástica y tumbling (acrobacias encadenadas). "Se trata de saltar lo más alto posible", dice el acróbata, "y trasladar a la gente toda la emoción del espectáculo, conseguir sorprenderlos e impactarlos".

Ensayo de una de las escenas del espectáculo 'Ovo' en Fontes do Sar

Ensayo de una de las escenas del espectáculo 'Ovo' en Fontes do Sar / Jesús Prieto

Una impresión que recuerda este artista de 29 años que a los 11 pudo ver en París Alegría, otro de los espectáculos del Circo del Sol. "Desde ese momento supe que quería entrar un día al Cirque du Soleil, y cumplo este sueño cada día -desde hace 9 años-, es mágico poder transmitir cada noche esa emoción que yo mismo sentí", explica Kilian.

Una emoción que no difiere de la Wellington Lima, con dos décadas ya formando parte del circo. Lima llegó a la compañía cuando practicaba capoeira (arte marcial brasileña) así que "soy un poco gimnasta, acróbata de cama elástica". Este artista, que debutó en Orlando y para el que Ovo es ya su quinto espectáculo con el Circo del Sol es, como es natural, incapaz de elegir uno de los shows, pero sí se atreve a reivindicar a la compañía como la creadora, entre otras, "del salto a pared" y que en Ovo realizan también los grillos.

El salto desde cama elástica hacia la pared fue una de las innovaciones del Circo del Sol

El salto desde cama elástica hacia la pared fue una de las innovaciones del Circo del Sol / Jesús Prieto

Svetlana Delous (Canadá) interpreta a la 'araña roja', un insecto que escala una pared vertical, lo que requiere en sus propias palabras "una gran concentración, no pienso en nada más que en lo que estoy haciendo". Movimientos rápidos y cargados de energía para trepar... pero Svetlana también realiza aéreos con telas, "me quedo colgada por el cuello, por los pies", números que requieren, además de concentración, no tener miedo. "El estrés que nos da el riesgo lo usamos para tener mucha concentración, lo transformamos en algo positivo", asegura.

Tras el escenario

La magia de las acrobacias ejecutadas por los artistas del Circo del Sol, el colorido de una función creada en Brasil, con ritmos musicales de ese país, no desmerece si en lugar de estar disfrutando del espectáculo tenemos la fortuna de pasar entre bambalinas horas antes del ansiado debut.

Como en cada uno de los espectáculos de la compañía, todo lo que contemple el público que se acerque hasta el día 7 de enero a ver la función es material traído por el Circo del Sol: escenario, vestuario, estructuras técnicas para la iluminación, técnicos no sólo de luces y de sonido sino también carpinteros, costureras... Una impresionante cantidad de material para los que se han utilizado 23 tráileres, procedentes esta vez de Lisboa y que próximamente llegarán a Zaragoza.

La publicista del circo, la canadiense Janie Mallet es el cicerone en el backstage desgranando una por una las diferentes áreas en que se divide, para que los 52 artistas que se subirán al escenario puedan calentar, ensayar sus números, visionar sus intervenciones... Un elenco al que se suma el resto de personal, sumando un centenar de personas procedentes de 25 países y a los que se suma, en cada localidad en la que actúan y también en Santiago, un centenar más de personas que colaboran con el Circo del Sol en el montaje y el desmontaje.

Entre bambalinas Mallet descubre algunos de los secretos del Circo del Sol, como el espacio reservado a los músicos, ya que los espectáculos de la compañía cuenta siempre con música en directo. Una formación de siete músicos que no son visibles para el público del espectáculo, aunque ellos si pueden verlo, y también el desarrollo del espectáculo.

Separados del trascenio, la parte trasera del escenario, los artistas de Ovo trabajan perfeccionando sus actuaciones gracias a la reproducción de a través de una pantalla de televisor de todo lo que sucede en el escenario y se graba. Un tatami y una estructura especial para poder practicar aéreos (que en el Circo del Sol se desarrollan con correas, telas y cuerdas), realizar estiramientos y calentamientos o entrenar cardio, fuerza y flexibilidad.

Muy cerca de ellos trabaja el equipo técnico retocando elementos de carpintería del escenario, dando el último repaso a la electrónica, las luces... Y, en lo más profundo del backstage, la zona de los artistas, un inmenso camerino en el que se seca todo el vestuario de Ovo. "Viajamos con todo, también con nuestra lavandería", explica Mallet, "ayer pusimos 60 lavadoras, por eso se puede contemplar ahora todo el vestuario, que secamos gracias a unos ventiladores".

Un vestuario lleno de colorido pero que las costureras del Circo del Sol crean partiendo del blanco y añadiendo los distintos elementos necesarios para cada traje, "hecho todo a medida de cada artista", explican. Una indumentaria intransferible y personal que se diseña a partir del "escaneo" de cada acróbata teniendo en cuenta su estatura, volumen, envergadura y aunando en un mismo traje "colorido y funcionalidad".

Janie Mallet muestra en el backstage algunos de los trajes del espectáculo

Janie Mallet muestra en el backstage algunos de los trajes del espectáculo / Jesús Prieto

El cuidado que el equipo de sastrería pone en el diseño y la creación de cada uno de los trajes se justifica en que cada artista, cada número, tiene unas exigencias de operatividad. "El vestuario del elenco que realiza aéreos, por ejemplo", explica Janie Mallet, "es igual de vistoso y colorido, pero es mucho más ligero que, por ejemplo, el de los payasos, formado por muchas capas y muy pesado". Además, la realización de acrobacias exige una vestimenta que deje desnudos brazos y piernas, "para que los artistas puedan agarrarse en sus números".

Y lo mismo sucede con el calzado, también creado por el equipo técnico del Circo del Sol. Vistoso en el exterior, acorde al insecto que representa cada artista, pero deportivos en el interior, para poder realizar los saltos, volteretas y mortales que durante la función tanto impactan al público.

Una vez dentro del vestido de su personaje, al artista le toca maquillarse. Cada uno de ellos se maquilla así mismo siguiendo las pautas establecidas para cada personaje. “El más sencillo es el grillo”, dice Mallet mostrando la fotografía del maquillaje, casi verde en su totalidad, “esto son unos 15 minutos, pero hay otros maquillajes como la mariquita o la mariposa que pueden suponer una hora de elaboración”. Y al fin, se hace la luz, suena la música y toca salir a escena.