El Clínico de Santiago crea un modelo que facilita la terapia personalizada con fármacos antipsicóticos

Desarrollado por el Servicio de Farmacia del CHUS, 600 pacientes del área están siendo ya tratados con un método innovador que incluye un software muy versátil y adaptable a casi cualquier medicamento

Irene Zarra, Ángel Facio, Luz Couce y Anxo Fernández Ferreiro en el Clínico de Santiago

Irene Zarra, Ángel Facio, Luz Couce y Anxo Fernández Ferreiro en el Clínico de Santiago / Jesús Prieto

Garantizar que cada paciente recibe la dosis precisa de uno de los antipsicóticos inyectables más pautados, dando un paso más hacia la medicina personalizada en el ámbito de la psiquiatría, es lo que han logrado en el Servicio de Farmacia del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) gracias al desarrollo de un modelo farmacocinético poblacional, a través del que ya están siendo tratados más de seiscientos pacientes del Área Sanitaria de Santiago y Barbanza.

Financiado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y puesto en marcha dentro del Plan Galego de Saúde Mental, el coordinador de la Unidad de Investigación e Innovación de Farmacia del CHUS, Anxo Fernández Ferreiro, explica en conversación con EL CORREO GALLEGO que “primero estuvimos desarrollando este modelo y posteriormente lo pudimos implementar en los pacientes, integrándolo dentro de un software propio que también desarrollamos, con el objetivo de poder trasladar los resultados a la práctica clínica de forma inmediata”, Y es que, como subraya, “ése es uno de los objetivos de la investigación traslacional”. 

Implementación asistencial

Considera que una de las conclusiones más importantes del estudio llevado a cabo durante los aproximadamente últimos tres años es que “la implementación asistencial es necesaria para aumentar la eficiencia de todo el proceso de manera rotunda, puesto que se vio que un porcentaje importante de los pacientes con esquizofrenia requirieron de una adaptación posológica, ya que no tenían las concentraciones efectivas”.

De ahí la importancia de poder determinar la dosis correcta en función de las características individuales de cada enfermo, sobre todo teniendo en cuenta que los inyectables pueden ser mensuales, trimestrales o incluso semestrales, ya que además de incrementar la efectividad, se reducen los efectos secundarios, recalca la investigadora principal del proyecto Cristina Mondelo.

Efectos que, como comenta la psiquiatra del CHUS María Vidal, “son una de las causas principales de abandono de los tratamientos farmacológicos en pacientes con diagnóstico de esquizofrenia”. 

Su colega María José Durán incide en que “los pacientes que padecen trastornos psicóticos requieren tratamientos, en gran parte de los casos, para toda su vida; de ahí la importancia de individualizar las dosis y mejorar la calidad de vida y la satisfacción con los tratamientos”.

Dosis precisas e individualizadas

Y eso es lo que se consigue con este método, predecir las concentraciones de fármaco que tendrá cada paciente y las recomendaciones de dosis precisas e individualizadas en base a sus características individuales, genéticas y a la ingesta de otro tipo de medicamentos.

Recién publicado en la revista Psychiatry Research, según el también investigador del proyecto Kiko Toja, su gran aportación “se basa en predecir cuál es la dosis de antipsicótico adecuada para cada paciente, optimizando la terapia de manera completamente individualizada”.

En el desarrollo de este innovador modelo que por ahora únicamente se ha puesto en marcha en el CHUS, “ha habido muchísima colaboración por parte de Psiquiatría y Medicina genómica, así como de los compañeros de Farmacia; ha habido un importante grupo de investigadores asistenciales y básicos que estuvieron implicados durante todo el proceso”, subraya Anxo Fernández, quien reivindica la necesidad de “visibilizar la importancia de la investigación en el mundo sanitario, que se sitúe en el lugar que merece”.

En el caso de este proyecto, indica que además han configurado un software de farmacocinética, el PKPDrugs, que es “muy novedoso y versátil, con un potencial tremendo porque permite utilizar cualquier otro tipo de fármaco”, mientras que los que había hasta ahora son antiguos, “no se adaptan a las características potenciales y no permiten incorporar nuevos fármacos”.

Ingenieros informáticos del grupo Varpa de la Universidad de A Coruña contribuyeron a desarrollarlo, pensando en cubrir las necesidades existentes y dotar a los especialistas en Farmacia Hospitalaria de una herramienta versátil y fiable.

Para la jefa del Servicio de Farmacia del Clínico de Santiago, Irene Zarra, “estos avances demuestran la importancia de seguir promoviendo la investigación sanitaria traslacional, buscando soluciones a las necesidades reales de pacientes y profesionales sanitarios”.

Cree que tiene “una repercusión directa en la mejora de la salud y el bienestar de los pacientes, y avanza en la eficiencia del sistema ”.

Enrique Badín, farmacéutico investigador del IDIS, agrega que “el software permite obtener el mejor balance beneficio riesgo”.

Desde Santiago al resto de España

La idea de los creadores de este innovador modelo farmacocinético desarrollado en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago es exportarlo al resto de Galicia y de España. De hecho, y tal y como indica Anxo Fernández Ferreiro, en el Curso de Investigación Biomédica de Farmacia Hospitalaria que se desarrolla esta semana en Santiago, “uno de los talleres específicos se centra en presentar este modelo, de forma que lo puedan implementar en sus respectivas comunidades, al igual que el software que les facilitaremos”, puesto que cree que “la usablidad del software y la adaptación de los modelos se han hecho de manera que sean fácilmente aplicables a cualquier servicio con unas nociones básicas”. Un encuentro en la capital gallega en el que se promueve la investigación como pilar fundamental en los servicios de Farmacia, y que este miércoles fue inaugurado por el gerente del área sanitaria, Ángel Facio; la directora del IDIS, Luz Couce; la jefa de Farmacia, Irene Zarra, y el propio Fernández.